Evidentemente nunca estuvo en la diana de este blog al menos de modo permanente. Simpatías declaradas, tampoco. Y estoy hablando de lo uno y de lo otro de memoria. Igual en tantos años de vuelo de esta cigüeña ha habido algún elogio o alguna perdigonada.
Creo, salvo error actual por mi parte, las neuronas a los 78 años ya no son las que fueron, que este Francisco, algún otro del mismo nombre y en altísimo cargo me ha superado tres años y medio en edad, que nunca, o casi, trajo al blog a este Miró i Ardèvol. Nunca me gustó pero tampoco me parecía lo peor en la Iglesia catalana. Simplemente blandiblú y con querencias moderadamente separatistas. En lo que puedo estar equivocado pues nunca me interesaron mucho, más bien nada, sus posiciones políticas.
Veo, sin embargo, que se suma a quienes ven la próxima desaparición de la Compañía de Jesús en España. Ya es imposible ocultarla. Se van.
Y al Sosa, Cáustica, lo retrata.
Aprecio mucho a la Compañía de Jesús y reconozco sus grandes servicios a la Iglesia y al mundo. Sin embargo hace ya bastante tiempo que ha enfilado el camino del despeñadero y, aunque quedan jesuitas excelentes, un buen número de ellos son simples operarios de ONG, meros dependientes u oficinistas de los muchos establecimientos «solidarios» que menudean por ahí.