No voy a ocultar mi grave discrepancia con Guillermo Juan Morado

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Explosión de belleza natural - Faro de Vigo

Los principios están muy por encima de otras proximidades y hasta acaban con ellas si alguna vez las ha habido. Guillermo Juan Morado, su Juan no es como mi José sino como mi Fernández de la Cigoña, aunque mucho más breve, acaba de manifestar lo que muchos tradipurísimos sospechábamos y él disimulaba, pero no nos la van a dar con queso a quienes después de haber leído a Trento en latín no nos la colarán con el Vaticano II.

Juan Morado es un hereje excomulgado, naturalmente latae sententiae que defino yo, que acaba de descubrir sus ocultas maldades manifestando, coram populo, la superioridad de la hortensia sobre la camelia. Hasta ahí podíamos llegar.

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https://www.infocatolica.com/blog/puertadedamasco.php/2202060404-camelias-en-la-catedral#more42282

¿Se me entiende? Quiero pensar que no pocos sí. No hagamos de la superioridad de un flor sobre otra en los gustos personales la regla de fe con la excomunión correspondiente. Aunque aquí  tengamos tantos excomulgadores de oficio sin la menor autoridad para ello.

En mi casa gallega tengo camelias y hortensias. La belleza de los camelios en flor es indescriptible e insuperable. Con dos inconvenientes, la fecha y la brevedad. Las hortensias llenan el verano de belleza, Las ven muchos más, son más democráticas. Ahí discrepo de Guillermo. Gustándome las dos prefiero la camelia. Tal vez lo mío se deba a que él disfruta todos los años ambas floraciones y lo mío sea una permanente añoranza de mis camelias.

También creo que todos os habréis dado cuenta de que con Guillermo no tengo discrepancia alguna sino mucha y permanente admiración y que las flores me han servido para apuntar cosas más serias. Que ahí están. Y que nada tienen que ver con Guillermo y conmigo.

Comentarios
6 comentarios en “No voy a ocultar mi grave discrepancia con Guillermo Juan Morado
  1. Cuando leí el post de D Guillermo me acordé del libro de Pete Seewald y Regula Freuler ‘Los jardines de los monasterios’, una preciosidad, ambos.
    Qué bueno el Dios y qué bien supo hacer las cosas, y cómo nos consuela con toda esa belleza.

  2. Hortensias son a camelias,
    cual encinas son robles:
    Éstos son mucho más nobles;
    las otras,son más promedias…
    Y aunque Machado cantara
    a la encina con primor;
    e hiciera de ella su amor,
    aunque enclenque y anodina,..,
    robles quiero,con camelios;
    (y a Mademoiselle Valerý,
    muriendo egregia en París,
    -Traviata,hacia su sepelio…-
    Que esas camelias de un día,
    -que a veces semejan rosas-,
    aun tan breves,…,¡qué grandiosas!;
    y su brillo,¡qué ambrosía!…
    No quiero hortensias,ni encinas;
    tan rechonchas cual grotescas.
    ¡Que me den camelias frescas,
    efímeras;bellas;finas…;
    deslumbrantes…¡Misteriosas!…

  3. AL REBUFO DE CASTELLANI…
    A veces…,se nos cruzan
    personajes extraños
    que,aun siendo tan distintos,
    refuerzan el Creer.
    Satán, aun siendo el padre del vicio y del engaño,
    – con sólo su existencia-
    confirma nuestra Fe…
    Así lo vio sin duda
    el poeta maldito;
    (proscrita vida y obra,prohibido
    hasta leer)…
    Mas él supo,intuyente,
    que- el hombre,hasta pecando-,
    a veces también busca saciar su inmensa sed…:
    Esa sed de Infinito,
    que agrieta la garganta;
    «como teja reseca»,con dicho del Salmista…
    Esa sed abrasante,al tener a la vista
    como el tiempo -imparable- se disipa y se pasa…
    Si a Sicar,tantas veces
    -con sus muchos pecados-,
    se acercó casi a rastras -pero fiel-,la mujer…,
    también a lupanares,
    -sediento de placer-
    (¡y de eterno infinito!)
    -con reseca garganta-,
    arribó
    Baudelaire…
    Y en el fondo harto sucio
    de una copa de vino,
    anidada de posos
    y mugrienta a no más…,
    el poeta-ya ebrio-
    aún buscaba El Destino.
    Y un Licor Perdurable para Siempre Jamás….

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