Los hay excelentes. Y pienso que la mayoría son por lo menos aceptables. En el Blog suelen comparecer los peores porque tiene un afán de protesta de lo impresentable con el deseo de que la inmundicia de Miñarros o Miñorros o de Bonnys desaparezca para higiene de nuestra Iglesia. Por eso sale más lo peor que lo bueno o muy bueno. Evidentemente que no por deleite mío.
Pero es bueno, y hasta seguramente mejor, que también aparezcan, y lo hacen, buenos obispos que ya digo pienso que son no pocos. Hoy os traigo a un chileno del que desconocía su existencia. Parece espléndido. Y con resultados vocacionales envidiables. Si es que cuando las cosas se hacen bien Dios suele bendecirlas. Incluso en este mundo.
Se llama Pedro Felipe Bacarreza, es obispo de Santamaría de los Ángeles (Chile) y tiene 68 años. No sabía nada de él y ni siquiera de la existencia de su diócesis. Leedla entrevista. No pocos os quedaréis con la nostalgia de tener un obispo así.
Me permito reproducir el último artículo del P. Jose Luis Aberasturi Martinez, tomado de su muro de Facebook:
En el mundo occidental, la Iglesia Católica, está muy pero que muy disminuida. Solo en Francia, y gracias en primerísimo lugar al empuje de los laicos, especialmente jóvenes universitarios fuertemente comprometidos con la defensa de la vida y de la familia, que fueron saliendo vez tras vez y cada vez más numerosos en manifestaciones pacíficas que se extendieron por toda Francia. A esa rueda, se fueron sumando prácticamente todos los Obispos franceses, uno tras otro, con cartas pastorales y proclamas en las que hacían frente a las leyes anti-familia del actual Presidente francés. Sin faltar quienes se pusieron al frente de esas manifestaciones: por toda Francia se extendió un clamor y creció una marea que ha hecho que la misma Iglesia Católica esté creciendo. Como «detallito»: llevan ya una buena serie de años en los que solo en la Noche de Pascua se bautizan 3000 adultos en todo el país. Y el numero de sacerdotes ordenados crece, lo mismo que el número de seminaristas. Amén de otras manifestaciones de orden litúrgico, de la profundidad de los escritos y de las conferencias de esos mismos obispos, del crecimiento de corrientes de espiritualidad de profunda raigambre, etc.
No ha pasado así exactamente en España, sino más bien lo contrario. Con las mismas problemáticas de carácter moral -de primerísimo orden-, y con unas leyes de un calado tan hondo que llevan a la implantación de toda una ingeniería social, se alzó como respuesta un frente social en la calle durante años: constantes, numerosas; especialmente emblemáticas en Madrid, con Rouco a la cabeza. Pero la inmensa mayoría de los obispos le dejaron solo; jubilado este, nadie ha seguido su estela, antes al contrario: le faltó tiempo al sucesor para cargárselas; y la fuerza de la buena gente, sin el apoyo de la Iglesia, prácticamente se ha agotado a esos niveles.
Las consecuencias que ha traído esto están ahí: los niveles de ordenaciones sacerdotales están estancadas prácticamente, lo mismo que los ingresos en los Seminarios; las comunidades religiosas están desapareciendo a un ritmo que hasta el mismo Secretario del Dicasterio vaticano ha dicho que el mundo religioso en España no se podía mantener así, y que muchas casas desaparecerían; las provincias de religiosos en su gran mayoría se han reducido a 1 ó 2 en todo el país, cuando hasta no hace tanto eran 4, 5, 6 o más.
Lo mismo podría hablar de otros países europeos, porque las situaciones son muy parecidas: más a la de España -la que más conozco- que a la de Francia, con la que también tengo contactos periódicos.
El resultado de todo eso es que, efectivamente, la Iglesia Católica, en Europa, es ya desde hace hace bastantes años «Iglesia en salida». Vamos que está más fuera que dentro. ¿Incitarla a «convertirse siempre más en Iglesia en salida» no será pretender llevarla al suicidio por la vía rápida? ¿Se pretende con ello prepararle un pack completo para que la misma Iglesia Católica se auto-eutanasie?
Ya sé que «Iglesia en salida» no tiene el significado que le he dado yo. Pero se lo ha dado a propósito; y he aportado algunos datillos y algunos detallitos, por si a alguno le viene bien tenerlos en cuenta.
* * *
Yo, por mi parte, me permito añadir lo siguiente:
Gracias. D. Jose Luis Aberasturi Martinez por no abdicar. ¡Cuánta razón y verdad hay siempre en sus comentarios! Hacen falta muchos más sacerdotes y religiosos comprometidos como Usted en España. Mas, parece ser que muchos miran para otro lado, mientras que los enemigos internos de la Iglesia siguen campando a sus anchas en su tarea de demolerla, sintiéndose legitimados por el actual pontífice.
Lo que hoy sucede ya lo profetizó el jesuita Rafael Pericas ¡en 1971! en su libro «Enraizados en el amor»:
«Tal vez la más estúpida de las soberbias es la que se apoya, no en dones reales, sino en los puramente imaginarios; y aunque parezca increíble, es de las más generalizadas.
Hoy día abunda especialmente en todos aquellos que creen tener el monopolio de la verdad, el monopolio del criterio recto, especialmente en el orden religioso…
Abunda en todos los falsos profetas, o falsos mesías, que derriban todo lo construido a lo largo de los siglos, y pretenden construir un cristianismo totalmente nuevo.
De un solo salto se ponen por encima de todos los grandes hombres, de todos los grandes filósofos, teólogos y santos de los siglos pasados, de toda la Jerarquía de la Iglesia que ha hablado claramente en el último Concilio.»
Hay que ver la diferencia que existe entre los jesuitas auténticos como el citado Pericas a los de ahora, quienes, en su afán de demoler la Iglesia de Cristo lo que están consiguiendo es acabar con la orden fundada por un gigante del espíritu como fue Ignacio de Loyola…
(Johnny-Gin)
Pues su carrera descendente está más que asegurada, al no ser un Obispo misericordioso-discernidor-acompañante al más puro estilo bergogliano. Como no se bese en breve con una parejita gay no tiene nada que hacer. Será misericordiado, como Livieres, que ya pasó a mejor vida, a mucha mejor, gracias a la contribución bergogliana.
Ojalá Bacarreza fuera el próximo Arzobispo de Santiago de Chile.
«Donde se promueve la adoración eucarística surgen más vocaciones al sacerdocio»: ¡Cuánta razón tiene monseñor Bacarreza! Más obispos como él hacen falta en España.
(Johnny-Gin)
Este prelado es extraordinario. Es un hombre sencillo, inteligente y laborioso. Se trata de una persona profunda en su fe. Es ingeniero civil. Obtuvo las más altas calificaciones en la exigente y prestigiada Universidad en la que estudió: Pontificia Universidad Católica de Chile. También es especialista en Sagradas Escrituras. También obtuvo la laurea con las más altas calificaciones en el Biblicum de Roma. No es una persona superficial ni fanfarrón. Es un caballero en la mejor expresión que significa esta palabra. Y, por sobre todo, un hombre que ha sabido y ha querido practicar heroicamente las virtudes de la fe, esperanza y caridad. Repito, se trata tanto de una persona como un Obispo excepcional.
Pues me alegra usted el día, don Francisco José.Que Dios los bendiga a usted y a este prelado.