Dije que en el origen de todo había una cuestión aparicionista que la Iglesia no ha aprobado y en la que las monjas se empeñan. Hasta el extremo de haber sido objeto de una visita apostólica que naturalmente las desautorizó. Por lo que, en eso, las que se encuentran en claro off side son las monjas.
Y esa es la cuestión esencial. Lo otro es anecdótico. Y los tribunales dirán. Y, digan lo que digan, será mucho más cuestión del arzobispo que de la Iglesia. Mientras que el no reconocimiento de las apariciones, es mucho más cuestión de la Iglesia que de Cargnello. Y ya dije que en esos temas la prudencia debe imponerse siempre a la precipitación. Que abundan los visionarios entre los aparicionistas. Aunque sean monjas.
Gracias por las precisiones pero si, por parte de quien sea, se ha introducido en este conflicto la expresión «violencia de género» eso es una gravísima equivocación.
Estas monjas, son desobedientes, les habían ordenado no divulgar los supuestos mensajes, y les importó nada. En un momento, había un informe del obispado de Salta, que informaba, que expertas en lenguaje, habían analizado los mensajes y que había mala expresión, mal uso de las palabras, nada que ver con posibles palabras de La Virgen María. Tambien hablaba de manejos sectarios en la organización de las peregrinaciones. Al escuchar los audios de María Livia, queda de manifiesto la truchada.
Insisto
Lo que importa y lo que se va a dirimir es si al prelado prelado «se le escapó la mano».
Todo lo demás huelga para la justicia civil.
Y para no decir verdades a medias,también parece que abundan los agresores intolerantes entre los no visionarios.De ser cierto,el prelado es un impresentable como la copa de un pino.
Seamos realistas.
De la misma manera que en el proceso del Señor pesó muchísimo más su Pretensión de ser Rey que la de ser Dios,en este va a pesar mucho que un varón haya agredido a una mujer que las creencias de ninguno de los dos.