Luis Fenando PérezBustamante, miserable neocón, ¿qué coño será eso?, y permanente defensor desde la intemperie de la Iglesia y sus principios, los de él coincidentes en todo con los de ella, nos deja un brillante artículo, uno más, impagable asimismo la labor de Infocatólica, por supuesto que neocón también, sobre el oscurísimo porvenir de la enseñanza católica en España.
http://www.infocatolica.com/blog/coradcor.php/1803220241-la-gran-farsa-del-pacto-de-es
La Iglesia española y los católicos que votaban mayoritaria y equivocadamente un partido que les traicionó siempre, cayeron en la trampa de los centros concertados que muy pocos advirtieron y denunciaron. Engañados por un salesiano de infausta memoria del que hoy ya no se acuerda nadie por haber desaparecido. No en combate sino en la entrega y la traición.
Aquello no era ninguna garantía para la enseñanza católica, que además prácticamente casi no existía salvo en el papel y hoy todavía menos, sino una hipoteca preñada de amenazas cada vez más próximas. Pues a ver como salen de esto. Si cabe salida.
En no pocos centros pretendidamente católicos se da a los alumnos una educación religiosa exactamente igual que en uno público. Pues para ese viaje no se necesitan alforjas. Sobran las alforjas, el viaje y hasta el centro.
La fotografía con la que ilustro la entrada, tomada del artículo de Luis Fernando, que me parece encantadora, pienso que es casi irreal. ¿En cuántos colegios de titularidad católica se podría hoy tomar una fotografía así? Pues, eso. En muchos casos, que la entierren. No se habrá perdido nada.
Algunos colegios públicos tienen un buen nivel en enseñanza de conocimientos.
Algunos colegios concertados también.
Algunos colegios concertados tienen un buen nivel en la formación de personas.
Algunos colegios públicos tienen un buen nivel en la enseñanza de conocimientos.
Cheque escolar ya.
Jejeje… La imagen del post es real: es mi colegio: Juan Pablo II de Puerto Real. Y concuerdo con usted: hay pocos colegios católicos que sean católicos. Muy pocos.
María, no te confundas: no son dineros del estado, sino el dinero del contribuyente. Muy distinto. Y los contribuyentes tenemos derecho de elegir la educación que nos plazca para nuestros hijos.
Por cierto, atrévete a decir que el LGTB no anda por los centros públicos haciendo de las suyas. ¡Venga ya!
¿Y a qué extrañas «pedalogías» (hablaron los de las erratas) te refieres?. ¡Venga ya!
¿Que los inmigrantes quieren estudiar?. Pues unos sí y otros no, hija. ¡Cuántas tonterías decís para no admitir que el estado es SUBSIDIARIO!
Tengo dos hijos, de poco más de 25 años.
Cuidadosamente seleccioné un colegio católico para su educación.
En casa siempre han respirado un ambiente católico.
En varias ocasiones pedí al colegio una educación católica, se me contestó que a ese centro iban muchos alumnos por su excelencia académica y que no podían imponer un ideario católico.
Cuando mis hijos pasaron a la universidad hablé con la dirección y les dije que en el aspecto académico estaba contento, pero como católico totalmente defraudado.
Actualmente mis hijos y todos sus compañeros a los que conozco, no son creyentes y mucho menos practicantes.
Ante esto me pregunto ¿no ha sido más bien un suicidio lo de la enseñanza católica?
Yo creo que sí.
Como pueden comprobar todo muy evangélico…
«… De acuerdo con la propia LOMCE, el sistema educativo se propone elevar la calidad y la equidad de la educación. La mayoría de investigaciones concluye que los resultados académicos de los alumnos de los centros concertados son más elevados, pero advierten que ese mayor logro se debe a que provienen de entornos socioeconómicos y culturales más favorables, y no al centro al que acuden.
Esa concentración de familias con mayores ingresos y trabajos más cualificados se produce, en buena medida, porque en muchos centros concertados existen mecanismos ilegales de selección y expulsión del alumnado, como cuotas a las familias disfrazadas de donativos o presiones a alumnos problemáticos para que abandonen el centro. La educación concertada acaba siendo así destino solo de quienes pueden permitírsela, con lo que se pervierte uno de los principios inspiradores básicos de la educación sostenida con fondos públicos: su accesibilidad universal, independientemente de los recursos de las familias. A pesar de ello, la LOMCE no establece medida alguna para controlar aquellas prácticas fraudulentas que desvirtúan los objetivos fundamentales del sistema educativo. Asimismo, en las condiciones actuales la expansión de la educación concertada implica un acceso opaco a la función docente y, dado que la Iglesia es la principal institución que establece conciertos educativos, la extensión de un modelo educativo caracterizado por un ideario religioso-confesional.»
Mire D. Antonio por la forma que tiene usted de hablar se nota que no trabaja en ningún instituto y se lo digo de verdad, usted habla de algo que ha oido. Mire los profesores de la pública los hay que tien su plaza por haberse sacado las oposiciones, y luego existen multitud de profesores que están sujetos a interinidad, hoy están aquí y mañana allí. Privilegios tienen pocos. Y usted le aseguro que no trabaja en ningún instituto y lo de adoctrinar es imposible, y ahí se nota que no es usted profesor. Querido Antoni, no se puede adoctrinar en género a ningún alumno porque las clases son variopintas, hay muchos musulmanes, evangélicos y de otros lugares, con lo cual ese tema está fuera de lugar. Usted se ve que le gusta escuchar algunos defensores de la educación concertada que si quieren mantener privilegios para seguir mangoneando dineros del estado.
Dnjp, con lo viejo que soy ya puedo escribir como quiera. Disculpe la errata.
El neocón es una especie en franco peligro de extinción, gracias al enviado del Cielo papa Francisco. Con èl ya no hay dobleces ni medias tintas y el grueso del neoconismo se ha quedado en el limbo y abandonan en masa la línea media. No les queda mas remedio que alinearse por la derecha o perder toda credibilidad. El resto de papas posconciliares eran maestros del disimulo, practicaban el vals de dos pasitos pà delante y un pasito para atrás. Esto es lo que yo llamo «Los renglones torcidos de Dios».
Estimado señor Antonio, para ser usted profesor esa «escusa» hace daño a la vista. ¿No impartirá la asignatura de Lengua castellana y Literatura, verdad? Porque si es así, vamos apañados.
No quiero ser malpensado, pero ¿no escribirá sólo para desprestigiar a la pública? No me creo, o no quiero creerme, que sea profesor con esos errores ortográficos tan garrafales.
Soy profesor en un instituto público y los centros, por lo menos el mio, se dedican casi exclusivamente a adoctrinar. La mayoría de profesores no se molestan siquiera en disimular su sectarismo izquierdista y arrastran a los niños a las más variopintas actividades organizadas en ese sentido.
Lo de hablar de la excelencia de los profesores y de los alumnos con ganas de estudiar, como comenta María, en la práctica es pura fantasía. Los profesores tan solo se preocupan por mantener sus privilegios y los alumnos por evitar las clases con cualquier escusa, ya sea el día de la mujer, el orgullo gay, la conmemoración de cualquier efeméride republicana o cualquier parida que se le haya ocurrido a los jefes de departamento, que casualmente suelen ser los más izquierdistas y anticlericales.
No se equivoquen, la escuela pública es un ambiente hostil a la religión católica, quizá también lo sea en algunas escuelas concertadas, pero seguro que en menor medida.
En Cataluña el problema adquiere especial gravedad. Todo por culpa del nacionalismo separatista, del que, como es sabido, las escuelas cristianas fueron los principales defensores. En el camino no cesan de cometer ignominias. Todos tienen presentes las aulas de los colegios de frailes y monjas abiertos en el famoso referundum ilegal, con urnas escondidas bajo la falda de la madre superiora o del faldón del padre rector, bajo la cogulla del padre abad o el ropón del señor obispo. Pero es pura anécdota. Lo mollar es la constante agresión de los religiosos y las religiosas contra padres y niños que exigen derechos reconocidos en sentencias judiciales. Como en los peores tiempos nazis, los religiosos (ellos y ellas) de lo que aquí se llama Escola Cristiana han marcado con el dedo ante los otros padres y ante los otros niños quiénes eran esos no nacionalistas.Lea bien, don Paco Pepe: contra niños en los colegios, «Aquells són», son aquellos, rugían los consagrados (ellos y ellas). Por supuesto, los obispos han llamado a rebato y piden que los padres matriculen a sus hijos en centros de Escola Cristiana. Pero en los tribunales, al defender a centros denunciados por acoso y desprecio de las sentencias, argumentan –atención al carro– que a ellos les interesan «los centros», no los niños ni sus padres. El nulo prestigio que en amplias capas de la población tiene Escola Cristiana (no hablemos de los casos de sodomía y abusos sexuales descubiertos en su seno) seguirá mientras mantenga en su dirección nada menos que al jesuita que trabajó en política con Pujol para adoctrinar a la juventud. Como si fuera Coloma de Pequeñeces sus suaves maneras no logran frenar su furibundo separatismo por encima del interés del evangelio. Sólo ahora, cuando ven las orejas del lobo, dicen en su falsa publicidad que Escola Cristiana está abierta a las lenguas. El daño que han hecho a la juventud con sus arengas separatistas, sus actos contrarios a la Constitución, su instigación al odio, no se paliará fácilmente.
Dnjp, exactamente lo has clavado, es así porque tengo familiares en la pública, pero se van a llevar una sorpresa, porque la p´blica tienen muy buenos profesores algunos con dos titulaciones, y con ganas de enseñar al que no sabe, y como cada año están en diferentes institutos, viven más al cabo de la calle. Muchos alumnos de la pública son inmigrantes, pero oh sorpresa que también tienen ganas de estudiar, y sin tantas tonterías ni nuevas y estrafalarias pedalogías como tienen en la privada, que lo unico que hacen muchas veces es vender humo.
Estos colegios concertados son para los padres del «quiero y no puedo». Quiero que mis nenes no se junten con toda la «morralla» que la pública acoge, pero no puedo permitirme pagar un colegio privado, así que a la concertada por módicas cuotas. Lo de enseñanza de la religión a los padres les importa un pimiento, lo que les apasiona es creer que sus retoños se juntan con la «élite». Y lo peor de todo es que a los titulares de estos engendros concertados tampoco les importa un pimiento.