Munilla y Setién

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Es tal el odio que ha levantado en muchísimos el fallecido obispo de San Sebastián, verdaderamente removido en su día in odium plebis, que una palabras obligadas del actual obispo de la diócesis se han vuelto contra monseñor Munilla en unos cuantos.

Setién se las hizo pasar canutas al sacerdote Munilla, su nombramiento como obispo de San Sebastián sucediendo a Uriarte, alter ego del muerto supuso la más absoluta desautorización de la línea seguida por su dos inmediatos predecesores. Y así fue entendido por una parte muy importante del clero guipuzcoano que rechazó públicamente al nuevo obispo. Monseñor Munilla, en dificilísima coyuntura, desarrolló una línea pastoral  completamente distinta y contraria a la de Setién y Uriarte que poco a poco se va imponiendo en la diócesis donde se empiezan a notar brotes verdes de renacimiento  en el erial que habían dejado sus predecesores.

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Y a él le toco, necesariamente, presidir  el funeral por su predecesor que como obispo emérito de San Sebastián iba a ser enterrado en la que fue su catedral. Y Munilla lo hizo como debía hacerlo. No era el momento de recordar agravios personales, que los tenía, y mucho menos de llamarle hijo de perra como a algunos que no han olvidado mil perrerías de Setién hubieran querido sin tener en cuenta la ocasión y el lugar.

El obispo estuvo como debía donde debía. Enterrando a su predecesor y recordando agradecido una paternidad ordenándole de sacerdote y naturalmente callando que ese padre le amó muy poco y de manera ostensible.

Creo por tanto que se equivocan enormemente quienes critican la caridad generosa de Munilla cuando en mi opinión es merecedora de alabanza. Menuda ceguera la de quienes quieren verle como un Uriarte, un Pagola o un Arregui.

Comentarios
7 comentarios en “Munilla y Setién
  1. Nada que objetar a la homilía que pronunció Munilla. Me decepcionó, empero, que el obispo Munilla se deshacerse en elogios hacia Setien en las redes sociales. De modo que he decidido dejar de seguirle.

  2. Munilla ha estado en su punto.Demasiada frialdad con el muerto le habría traído más problemas que ventajas.En cinco o seis años, con cerca de 63, recibirá el premio que merece por haber liquidado a la iglesia nacionalista vasca: un arzobispado (quizá Pamplona).

  3. Totalmente de acuerdo con Hermenegildo y con María. Hoy el catolicismo se reduce a un papanatismo que solo refleja una falta de fe y un miedo a la Verdad. Están todos cortados por el mismo patrón y hay una cobardía que salta a la vista.

  4. Desde que está Francisco en el Vaticano, muchos obispos y sacerdotes han cambiado mucho. Yo creo que el Compendio del catecismo que tan bien explicó D. José Ignacio, no sé si hoy en día lo hubiera hecho, ni tan siquiera los sermones que daban en la Radio, no lo digo sólo por él ¡ojo!, muchos sacerdotes están medio desaparecidos y han cambiado sus discursos por otros más leves más genéricos y más enfocados hacia las ONGs. Y a contarnos historias de recién convertidos y de los pozos que cavan en Africa. La espiritualidad de Radio María ha cambiado muchos, ahora todos historietas de voluntarios veraniegos y de misioneras.

    1. En Italia, el clero francisquista –cuatro curas ancianos vestidos como hippies y tres monjas mayores que parecen moteras– está que se sale: armando exiguas manifestaciones por las calles sin pizca de rubor y enfrentándose contra el gobierno italiano, pero sobre todo contra el pueblo.

  5. Creo que nadie en su sano juicio ve a Munilla como un Uriarte, un Pagola o un Arregui, pero sí como un «bienqueda»; al menos, en este caso.

    Nadie podía esperar que el actual Obispo de San Sebastián hiciera una crítica pública de Setién, pero sí que mantuviera una actitud más prudente y más distante, limitándose a encomendar su alma a Dios. No era obligado tanto elogio ni tanto agradecimiento por no se sabe bien qué.

    Prueba de que Munilla se ha excedido con Setién es que no ha limitado el panegírico a la insoslayable homilía, sino que en su blog personal ha publicado una entrada para ponderar las supuestas cualidades del obispo fallecido:

    https://www.enticonfio.org/2018/07/10/eskerrik-asko-aita/

    En fin, tampoco tiene que sorprendernos si recordamos, por ejemplo, los esfuerzos de D. José Ignacio por contarnos las bondades de «Amoris laetitia».

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