Guadalupe, de momento, está bien. Toledo puede atenderla perfectamente y Extremadura no. Ni como prelatura, un dislate aunque sea metropolitano, ni integrada en una diócesis extremeña. Están, el pueblo, el monasterio es franciscano, y los de la comarca perfectamente atendidos por el presbiterio toledano y si pasara a una diócesis extremeña habría seguramente pueblos del arciprestazgo que no tendrían misa todos los domingos. ¿Pues a qué viene tocar las narices y más por un riojano a quien la devoción por la Virgen de Guadalupe le viene de tres vendimias como mucho.
Ya está bien de postureos que no voy a calificar. Celso Morga me parece un buen arzobispo, discretito, tampoco para echar cohetes, pero bastante trabajo tiene con intentar levantar algo nada floreciente como para dárselas ahora del Supermán recomponedor del no brillante catolicismo extremeño. Guadalupe en Toledo ha sido tan maltratada que sus dos hijos eclesialmente más ilustres terminaron sus vidas de párrocos en los más miserables pueblos de la archidiócesis en los que ni siquiera había bolos porque no había nada. Dos pobres párrocos extremeños despreciados por todos y a quien a archidiócesis vejaba hasta extremos inconcebibles que justificaban cualquier segregación.
Uno de ellos, Don Ángel Rubio, llegó nada menos que a obispo auxiliar de Toledo y luego obispo de Segovia. El otro, Don Juan Sánchez, a deán glorioso de la catedral primada que lo hizo tan mal que la ciudad de Toledo acaba de nombrarle hijo adoptivo. Ya veis lo mal que trata Toledo a sus hijos extremeños. ¿Cabría esperar algo parecido en la dura y hermosa Extremadura?
Don Celso, tiene usted un amplísimo campo por delante de evangelización, clero, vocaciones, presencia católica… Uno piensa que incluso superior a sus propias capacidades que nadie ha considerado nunca espectaculares aunque tampoco inexistentes. Salvo posteriores comprobaciones. Usted ha sido, no voy a decir que un deshecho de tienta vaticano pero no faltaría quien lo pensara. Lo tiene ahora relativamente fácil porque sustituir a García Aracil está al alcance hasta del de Coria. Y no me refiero al obispo. Pues no se empeñe en hacer juegos malabares para engañar al personal. Cabe que un día Guadalupe pertenezca a una diócesis extremeña, que vuelva a la de Santiago o hasta que desaparezca. Creo que nadie me tiene por un entusiasta de Braulio Rodríguez, de Toledo sí, pues dejemos tranquilo lo que de momento funciona bien y ya vendrán días y determinaciones. Los que sean. Pero sacar pecho una Iglesia que no voy a decir que lo tiene tísico pero casi, pues ni un riojano. Incluso lejos de las más manifiestas expresiones etílicas. Que ni me constan pero tampoco descarto. Que el rioja es capaz de hacer maravillas.
Posiblemente la archidiócesis de Madrid o la de Toledo pudieran hacerse cargo sin el menor problema de las carencias de Soria, Burgos, Ávila, Palencia… Pero eso se hace desde la hermandad y no las patadas en los cataplines. Lo de Guadalupe me parece una coz y una sandez. Y ganas de dejar en la intemperie a más parroquias de las ya dejadas.
Pues eso, Don Celso, es lo que hay. Usted verá como lo atiende. Que eso es cosa suya. Ya lo de opinar sobre sus atenciones también es cosa mía. Con Guadalupe o sin él.
Las razones para este cambio son únicamente políticas. No existen razones pastorales, y además éstas son contraproducentes por el simple hecho de que las diócesis extremeñas no pueden asumir los dos arciprestazgos extremeños que pertenecen a la diócesis toledana desde su fundación. Antes de que existiera Extremadura como región política ya estaba la Virgen de Guadalupe en la diócesis primada. Cuando se declara el patronazgo sobre Extremadura ya estaba Guadalupe en Toledo. Cuando se corona canónicamente ya era Guadalupe de Toledo. En el fondo de todo está la nostalgia nacionalista-regionalista de ciertos grupos que presionan a los políticos y a los obispos. Señores obispos defiendan a la Iglesia y no se plieguen a los criterios de este mundo.
Esta ocurrencia del Arzobispo Morga sólo sirve para crear a la Santa Sede un problema donde no lo hay. Y por motivos políticos, que es lo peor.
Por lo demás, siendo justos, D. Celso no fue apeado de la Curia Romana por incapaz, sino por no estar en la onda bergogliana.
A los famosos,les salen pretendidos hijos…
A los sitios ricos en historia y patrimonio,como Guadalupe,pretendidos padres…
Plasencia se mete en Salamanca y Badajoz.
Extremadura,languidece cristianamente.
Es inútil esperar que Morga se «morge» en el tema de los dubia.
Celso?
Más bien…i CENSO !
No parece que este archi arzobispo Morgan, digo Morga, haya aprendido gran cosa del cardenal Piacenza del que fue secretario en la Congregación correspondiente. ¿O no querrá verse degradado como Piacenza por demasiado católico?
En tiempos de su secretaría habían elaborado y puesto en vigor un Directorio recatolizador notable para la vida de los sacerdotes y formación de los candidatos, por cierto que el único que lo asumió que se sepa en España fue el arzobispo Asenjo a pesar de aquella su disparada salida de tono de que para ser católico en la actualidad era necesario hacerse interconfesional.
Tan recatolizador era que al advenimiento del papa Bergoglio al trono, el cardenal Piacenza fue el primero en ser defenestrado hasta limosnero pontificio. Y Morgan dejado en barbecho hasta que le buscaron el arzobispado extremeño.
No necesita hacer méritos francisquitas de armar líos para compensar. La sensibilidad humana y el amor cristiano deberían ser inherentes a todo el escalafón de los clérigos incluidos los candidatos a serlo si realmente siente el amor de Dios.
No es tan fácil como se presume.
Larga y fructífera vida le deseamos desde Segovia a don Ángel Rubio, quien dejó constancia entre nosotros de su enorme corazón, aunque su carácter vehemente le traicionara en alguna ocasión.