A una comboniana no le gustó mi entrada sobre esas religiosas en España y nos comunica lo siguiente :
Buenas tardes, soy una misionera comboniana. Leo con estupor el
artículo publicado en su web: Las misioneras combonianas en puertas no
de cerrar una casa sino todas las de España y el enlace al artículo
que yo misma publiqué el lunes pasado. No se cómo han entendido el
artículo que habla única y exclusivamente de una visita que nuestra
nueva provincial está realizando por nuestras casas. NO ES VERDAD, NI
POR REMOTO ASOMO, que se vayan a cerrar las casas. Su artículo es un
bulo sin fundamento alguno. Con un breve comentario «Eso es lo que
hay» y el enlace a nuestro blog. Somos mayores,…¡si! y con orgullo
de haber gastado la vida por la misión, pero de ahí a decir que
cerramos las casas es lo más absurdo sobre nosotras que he leído.
Me parece sencillamente insultante hacia nosotras que nos traten de
ese modo y que divulguen noticias que son ABSOLUTAMENTE FALSAS.
Por eso le pido encarecidamente, que retiren esa noticia que no
corresponde en nada a la verdad de nuestra congregación.
Gracias por su comprensión.
Pues… Debería usted esforzarse más en entender el lenguaje.
Es evidente que la congregación comboniana no ha decidido cerrar todas las casas de España. Y hasta es posible que de momento no hayan decidido cerrar ninguna. Semejante estupidez no ha debido entenderla más que esa misionera estupefacta. Que no estúpida. Estúpida será la noticia interpretada de ese modo.
Yo sólo dije que viendo la fotografía de las religiosas combonianas por imperativo de la edad de las mismas el cierre no se demorará mucho. Y a no pocos les parecerá una evidencia.
No he dado ninguna noticia falsa. Simplemente expresé una opinión. Y es que, con esos años las religiosas, no cabe esperar muchos para la institución.
¿Y por qué no escribe una carta al cardenal Braz de Avís (el del «peluquín») y a Rodríguez Carballo («Chámame Pepe»), culpables de la defenestración de la vida religiosa?
Paz y Bien.
Tiene razón la hermana en una cosa, y es que cuando pone una fotografía de una orden, comunidad o provincia en la que los miembros son mayores, tan solo se fija en la edad y en lo poco que les queda para su desaparición; es decir en lo negativo. Pero también se le puede dar la vuelta y ver lo positivo de la imagen y es a un grupo de ancianas o ancianos que han entregado y desgastado su vida por Cristo y por predicar y anunciar el Evangelio, y esto último pocas o casi nunca se lee.
El por qué se cierran conventos o las fotos son de personas mayores, no es una pregunta objetiva que tengamos que dirigir hacia esa imagen, sino que también nosotros como cristianos nos tenemos que interpelar y preguntarnos si estamos haciendo algo o lo suficiente para que estas situaciones no ocurran o al menos disminuyan.
¡Que el Señor nos dé vocaciones santas según su corazón!
Felíz día para todos y que Ntra. Sra. de los Ángeles de la Porciúncula nos acompañe.
Fr. Martín, OFM
la cuestión aquí es que las comunidades y ordenes religiosas con solo ancianos o ancianas no tienen recambio generacional alguno, y por ende desaparecerán tarde que temprano.
Hermano Macabeo, Paz y Bien.
Es obvio que nuestras comunidades cristianas tienen una media de edad avanzada y es complicado un cambio generacional a corto plazo. Pero mi reflexión va orientada a que si nosotros oramos lo suficiente para que el Señor suscite esas vocaciones que tanto necesitamos en lugar de lamentarnos, yo el primero que me lamento y el primero que tengo que hacer esa oración de petición al Señor más insistente.
Y aunque está bien mostrar la realidad de nuestras comunidades para hacernos conscientes de en que situación nos encontramos, también es importante dar gracias a Dios por toda una vida entregada al Señor en un carisma concreto, que seguro que sus frutos ha dado.
Feliz día hermano Macabeo.
Fr. Martín, OFM.
«Yo sólo dije que viendo la fotografía de las religiosas combonianas por imperativo de la edad de las mismas el cierre no se demorará mucho.»
Eso es lo que usted quiso decir y lo que entendimos quienes estamos suficientemente familiarizados con su blog como para poder interpretar con ciertas garantías qué quería usted decir. Sin embargo, lo que usted dijo fue «Las misioneras combonianas en puertas no de cerrar una casa sino todas las de España» y es comprensible que una persona que no esté familiarizada ni con el blog ni con su autor pueda presuponer que esta última cita no es opinión sino información contrastada y le manifieste que esa entrada de su blog carecía de información contrastada aunque, evidentemente, también sería comprensible que presupusiese que era opinión. Haber explicitado desde un principio que se trataba de opinión hubiera evitado este problema aunque cada uno de ustedes tenga una opinión diferente sobre el futuro de las combonianas en España.
Creo haber entendido perfectamente la noticia y no me considero ni de lejos un superdotado (corrientillo tirando a flojito). Usted se limitaba a comentar una foto y decía que, vista la edad de las fotografiadas, las combonianas tenían escaso futuro. Ni usted despreciaba a las combonianas ni yo vi desprecio ni bulo alguno. Es más, a mí estas señoras me parecen estupendas, pero ello no es óbice para que vea que su futuro es más negro que ala de cuervo, dicho sea con el máximo respeto a todas estas mujeres (y, si son ancianas, multiplicado por mil). Bien quisiera yo que su congregación estuviera rebosante de vocaciones, pero la foto (para nuestra desgracia y la suya) no muestra eso. Desde aquí, un abrazo y un millón de besos a esas damas excelentes.
A la comboniana aludida, que argumenta que son ancianas que han «gastado su vida por la misión», con el debido respeto, teniendo en cuenta su extrema sensibilidad, me atrevo a decirle que las compadezco pues sólo por Cristo, la vida merece la pena ser perdida. Eso de «misión», así solo, suena demasiado liberacionista, como cuando se habla «del Reino» sin añadir «de Dios». Si te limitas a hacer promoción humana, tendrás recompensa humana. Y no nos venga con la manida historia de que llevar medicinas, montar centros de capacitación, etc, es evangelizar, porque no lo es. Evangelizar es anunciar a Cristo como Salvador y Redentor, eso sí salva. Lo demás viene por añadidura, pero a raíz del Vaticano II, que hizo suyo, el «invento» de Karl Ranher sobre los cristianos anónimos, todo quedó pervertido (es decir descentrado, no nos vaya a resultar usted quisquillosa) Ustedes, y no me refiero a las comboniana sino a todas en general) al quedarse sin su objetivo, que era salvar almas, se dedicaron a lo asistencial, y claro, así han venido a ser lo que ahora son: un conjunto de benemeritas ancianas, a las que nadie se animaría a seguir. Se lo digo, con afecto, desde una experiencia misionera en Perú, de varios años.