MISA SOLEMNE Y PUDOR
Esta mañana, empecé bien el día, asistiendo a la Misa solemne en la capilla del Santo Cristo.
Ya una vez escribí una nota hablando de las bondades de esta celebración. Música de órgano, entrada solemne, incienso, presencia del latín, fervor del celebrante, participación ordenada de los feligreses.
En la Liturgia de las horas de hoy, destaco un párrafo del segundo libro de los Reyes “No serán ejecutados los padres por las culpas de los hijos, ni los hijos por la culpa de los padres; cada uno morirá por su propio pecado” y de la primera carta de san Pablo a Timoteo respecto de las viudas: “que sean recomendadas por sus buenas obras, tales como haber educado bien a sus hijos, haber ejercido la hospitalidad, … haber asistido a los atribulados, sido solícita en toda clase de beneficencia.
La segunda lectura pertenece a los Sermones de san Agustín y comienza así: “Dichosos nosotros si llevamos a la práctica lo que escuchamos y cantamos. Porque cuando escuchamos es como si sembraramos una semilla, y cuando ponemos en práctica lo que hemos oído es como si esta semilla fructificara”.
Después se pregunta: “¿Quién querrá entregar su vida por un inicuo, por un malhechor, por un pecador a no ser Cristo, que fue justo hasta tal punto que justificó incluso hasta los que eran injustos?”.
“La misericordia de Dios no abandonó a los humanos… y para poder morir por nosotros siendo como era inmortal, la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Así el que era inmortal se revistió de mortalidad para poder morir por nosotros y destruir nuestra muerte con su muerte”.
Vuelvo a la Misa solemne con su canto de entrada, “Comienza el sacrificio”, que evoca el holocausto de la celebración:
“Comienza el sacrificio
sublime del altar.
Cantemos al que pronto
su Sangre nos va a dar.
La hostia está dispuesta
y el cáliz redentor
ya se alza sobre el ara
¡Cantemos al Señor!
Por este Sacrificio
que es obra de tu amor
La fe de nuestros padres
Conservanos, Señor.
Estas son las canciones que debemos conservar y restaurar, y que hoy muchas veces son reemplazadas por cantitos heterodoxos, sentimentales, ambigüos y hasta a veces heréticos que no fomentan la devoción de los fieles.
En el Evangelio del día Cristo refuta las tradiciones farisaicas y nos enseña: “No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre sino lo que sale de la boca… que viene de dentro del corazón, es lo que contamina al hombre”. Aquí, el Maestro usa, para mostrarnos la doctrina, una serie de ejemplos de pensamiento y conductas malos por naturaleza: “Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Esto es lo que contamina al hombre, no el comer sin lavarse las manos” (Mateo, 15, 16 y 19).
A partir del comentario del Evangelio, fray Pedro nos edificó con su homilía, con especial referencia a algo muy valioso y olvidado en la actualidad: el pudor.
Dentro del campo de la virtud cardinal de la templanza, encontramos a una parte potencial o virtud anexa, que es la modestia, y dentro del ámbito de la modestia, el pudor.
Es interesante lo que escribe Joseph Pieper acerca de la templanza: “A las personas no se les nota en la cara si son justas o injustas. Al revés ocurre con la tamplanza que grita su presencia desde cualquier manifestación exterior del sujeto: se asoma a su risa, a sus ojos. Se le nota en la manera de andar o de estar sentado y hasta en los rasgos de la escritura.
Es necesario disciplinar la sensibilidad en lo sexual, en el comer y en el beber, en la ira y en la concupiscencia de la vista” (Las virtudes fundamentales, Rialp, Madrid, 1980, p. 295).
El pudor opera sobre la concupiscencia y nos defiende contra toda intromisión en la esfera de la intimidad. En cambio, el impúdico, como nuestro ex presidente Fernández o el actual el “Topo” Milei, manifiestan públicamente afectos o sucesos, reservados a la intimidad y realizan actos propios del hábito familiar o estrictamente personal.
Esta virtud se relaciona con la castidad, como expresión y defensa de la misma; debe educarse desde la infancia “dentro del recato personal y el respeto debido”, sin olvidar la condición de la naturaleza debilitada por el pecado original y la rebeldía de la concupiscencia cuando se desordena.
Todo esto es la antítesis de lo postulado por el portal “Chau Tabú” preparado por María Eugenia Vidal durante el gobierno de Mauricio Macri en la Ciudad Autónoma (o Apóstata) de Buenos Aires con la finalidad de corromper a los menores, enmascarada con apelación a la ciencia, pues afirmaba encararla con especialistas en salud y educación, contenidos revisados por la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), hecho denunciado por el Instituto de Filosofía Práctica en la declaración “Acerca del sitio web Chau Tabú”, (Doce años de declaraciones que no necesitan aclaraciones, Infip, Buenos Aires, 2017, p. 209). Quiere destacar una vez más que toda la política de género y porquerías anexas, no es exclusividad del kirchnerismo.
Pero hoy el pudor en las modas predominantes, en el vestir sobre todo femenino, que muchas veces no respeta ni el espacio sagrado del templo, como lo denunció en su homilía fray Pedro, es lo que prepondera, es, en expresión del añorado Tomás Casares, “el pecado hecho normalidad”.
La Misa solemne acabó, como siempre los Domingos, cantando con unción cívica: “Cristo Jesús, en Ti la patria espera, gloria buscado con intenso ardor, guíala Tú, bendice su bandera, dando a su faz, magnífico esplendor”.
Lamentablemente creo que la Capilla del Santo Cristo es el único lugar de esta Ciudad apóstata, donde todos los días se reza por la Patria argentina y que une a nuestros altares y nuestros hogares. Si alguien conoce otro lugar le ruego que me avise.
Buenos Aires, septiembre 1° de 2024. Bernardino Montejano
Seguimos sin abordar el problema de fondo, aunque el autor del artículo lo corrobora sin darse cuenta: tenemos una nueva misa entre protestantizada y masónica, con muy poco de católica, impuesta, que es como el menú del día: vaya a los sitios (parroquias) y luego haces la valoración a los amigos: el entrante escaso, consomé con algo de jugo, el entrecot de goma, el postre una porquerita congelada…
Nota de F. de la C.; Me parece excesivo lo que usted dice, Esa no es la opinión del Blog ni se hará cómplice en su difusióm. Aunque le parezcan rechazables las nuevas decisiones. Roche me gusta la fruta.