Mi próximo Papa que sea negro

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Tenía óptima opinión del cardenal Gantin. Últimamente me la mereció Napier. Y ya Sarah se sale. Para que venga el kasperoso a decirnos que sólo faltaba que fueran los africanos a darnos lecciones. Pues ¡vaya lecciones! Muchos católicos, del primer mundo hundido en la apostasía, miraban con fe y esperanza a Burke, a Müller… Lejos de ellos por supuesto el Ku Klux Klan pero es posible que quedara algún atisbo, inconsciente, racista. Los cardenales negros, no voy a decir la estupidez de subsaharianos, negros, algunos como el carbón, están brillando a una altura de auténticos Padres de la Iglesia. Mejor, imposible. Son cardenales de la periferia eclesial, que hoy tanto se valora. La periferia negra. Pues bendita periferia. El testimonio del cardenal Sarah es imposible superarlo. Yo quiero que mi próximo Papa sea negro. Bendita negritud. Bendita periferia. http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=23337

Comentarios
0 comentarios en “Mi próximo Papa que sea negro
  1. Escribe el señor Marcos que tan contentos con el papa Francisco. Tan contentos o descontentos como otros con Benedicto XVI al que Hans Küng y sus seguidores pidió que fuera derrocado por los señores cardenales que lo habían elegido e incluso contentos o descontentos con papas Borgia,pongamos por caso.
    «Yo quiero que el próximo Papa sea el que Dios quiera», asegura. Pues claro, evidente. Pero ocurre que no siempre los señores cardenales eligen al que Dios quiere, como queda acreditado en la Historia. Más que al que Dios quiere deberíamos decir como Dios quiere y para lo que Dios quiere. No como quieren los fulanos de tal y de cual con título de cardenal o de papa. Para la misión e investidura de Sumo Sacerdote de la Religión Católica que es la razón de ser primordial para la que el Señor consagró a San Pedro. No parahacer la voluntad de Pedro o ir a su aire, sino para una vez convertido de las negaciones confirmar en la FE a los hermanos.En todo lo que supone la FE de la Revelación de Cristo.

  2. Durante el pasado cónclave, muchos acordamos rezar unidos en la fraternidad de la Comunión de los Santos por la elección del nuevo Papa, a mi me tocó rezar por el cardenal Anthony Okogie. Creo que nuestra oración por los cardenales africanos está dando su fruto en ellos por su fidelidad a Dios, a la Tradición de la Iglesia y al Magisterio. En medio de las turbulencias que actualmente sacuden a la Iglesia, la iglesia africana es un peso firme que la sostiene. Que Dios siga asistiendo a nuestros hermanos africanos, y mientras, nosotros junto con ellos continuemos rezando. Ya pasó una vez en tiempos pasados que la iglesia africana se erigió en baluarte de fidelidad doctrinal ¿porqué no puede volver a pasar ahora?

  3. Beatriz, muchas gracias por traer estos textos evidentes y luminosos de Schillebeeckx, antes de despojarse de la mentalidad de teólogo católico y de su hábito de dominico.
    Al cabo de medio siglo sus evidencias se han convertido en axiomas, falsos axiomas contradictorios pero con efectividad de axiomas para la progresía interconfesional-interreligiosa.
    Es precisamente la dialéctica que expone Francisco cuando invita a dejar la Dogmática, que es tanto como la Doctrina de la FE, a la discusión elucubradora de los teólogos y a caminar juntos no importa cómo, con quién ni hacia dónde como sentido finalista. Un auténtico problemón en el que nos metíó el pastoralismo conciliarista al rebajar el sacerdocio católico a pastoral, con lo que desaparece la entidad de liturgo de Jesucristo como oficio y consagración de los presbíteros, se desfonda la razón de ser de los Sacramentos y la Religión Católica se hace profana como todas las demás religiones o confesione, sectas o modalidades de titulación cristiana .Que por eso promueven la inclusividad permisiva y promiscua complaciente en un magma de iglesia de iglesias heterodoxas.
    El próximo Sínodo Miniconcilio será la guinda del pastel profano y así quedará expedito el camino de la exaltación de Lutero como profeta secular y pionero del tiempo escatológico con la destrucción católica de hecho e intencionalidad.
    La plaza de sucesor de Francisco ya está otorgada a Tagle por los poderes invasivos. Los cardenales que perseveran católicos, igual que los obispos, serán y son considerados como minoría que no cuenta en la laminación arrolladora de la Catolicidad. Han ablandado en gran parte las conciencias episcopales hasta su misma autoaniquilación por acomplejamiento o dudas de conciencia. Se nos plantea una elección realmente turbadora para la que difícilmente estaremos preparados, pues no es asunto de lefebrvistas tan denostados.
    Dígase lo que se quiera haber sido pisoteada por los conciliares la Encíclica Motaíum animos de Pio XI ha sido, como no podía ser menos, fatal para la continuidad del Magie¡sterio perenne fiel a sí mismo en la Iglesia Católica. No se quiere ni mirar el hecho, pero ahí está inconmovible más que un miliario pétreo por mucho que se quiera ignorar. Clama. y reclama al Cielo.

  4. Hmmm…

    El cardenal Sarah y otros grandes cardenales africanos, así como lo mejor de la Iglesia de África, son fruto de quien fue obispo y arzobispo de Dakar, legado apostólico para toda el África francófona y Superior General de los Padres Espiritanos: Marcel Lefebvre, que dejó una huella que aún a día de hoy persiste…

    ¿De quién creéis que recibieron su insobornable ortodoxia y su amor por la Virgen y la Iglesia?

  5. Otros grandes cardenales de África: John Njue (mi favorito), Laurent Pasingya, Peter Turkson, Anthony Okogie, Theodore Sarr y el recién creado Berhaneyesus Souraphiel.

  6. Coincido totalmente contigo Beatriz, la Iglesia debe condenar como herejía los errores de interpretación del CVII.
    Pero de nada sirve, sí la autoridad apostólica no se aplica, por ejemplo de declaran anatemas y excomuniones a quien nieguen el dogma de la Inmaculada Concepción, o quien niegue el dogma de la asunción de la santísima Virgen, y vemos que a pesar de dichas condenas, son sostenidas por herejes que impunemente siguen asolando al rebaño de Cristo.
    Por cierto, ya el Concilio dogmático de Trento, declaró excomunión a quienes nieguen la indisolubilidad del matrimonio, a quien niegue la necesidad de estar en estado de gracia, para recibir el Sacramento de la Eucaristía, la necesidad de la conversión para recibir el sacramentos de la confesión, y que el mismo, es un acto judicial, etc.

  7. Igualito el Cardenal Sarah que el Cardenal Blázquez, que hace poco en Zamora no quiso pronunciarse cuando le preguntaron sobre esta cuestión.

    De los tres obispos que representarán a la Conferencia Episcopal Española en el Sínodo, sólo me fío de D. Mario Iceta.

  8. Este Cardenal ha debido sentarle como una patada en ciertas partes a Francisco…le ha salido rana. Y nada menos que Prefecto de Culto Divino.
    Pues donde las dan las toman, Santidad. Ahí tiene a otro enfrente para el próximo mes de octubre.
    Si es que ya lo dije: no es que le crezcan los enanos…es que los riega y abona.

  9. que sean cardenales como burke, muller, sarah quienes nos estén confirmando en la fe y no bergoglio -quien por cierto solo siembra confusión y desconcierto-, demuestra lo inepto que ha sido bergoglio como papa. que vergüenza!
    por cierto, sobre el magnifico cardenal sarah, seria un excelente candidato antibergogliano en un futuro cónclave y que como papa enterraría para siempre el nefasto bergogliato.

  10. Mientras no se acepte las verdaderas causas de esta crisis, seguiremos igual. Hay un problema en la redacción de los documentos del Vaticano II. Por utilizar un lenguaje “pastoral” se supone más fácil de entender para el común de los mortales se ha conseguido poca claridad doctrinal. No lo dice Lefebvre. Lo dice un testigo de las discusiones pastorales: Schillebeeckx. Y habla como testigo del hecho e incluso para él es difícil aceptarlo, al menos así pensaba en 1969, quizás después cambió de opinión al ver que les ha dado buen resultado el “pastoralismo”.
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    “Una segunda dificultad se refiere a la palabra clave de este concilio: el carácter pastoral del Vaticano II. En este concilio la palabra “pastoral” era muy ambigua. Durante la primera sesión, la minoría [conservadora] se opuso indudablemente a este carácter pastoral que la mayoría [progresista] trataba de atribuir al concilio. Esta oposición nacía del sentido especial que se daba al término “pastoral”. Muy pronto quedó claro que los defensores de un concilio “doctrinal” establecían una oposición entre “doctrinal” y “pastoral”: opinión que parecía quedar confirmada por algunas intervenciones de obispos “pastorales”. “Pastoral” significaba en este caso: una actitud práctica y apostólica que no se preocupa tanto de la verdad dogmática cuanto de la atención benévola y alentadora que hay que prestar a todos los hombres. Durante la segunda sesión, la minoría se reconcilió con el carácter “pastoral” de este concilio. Pero entonces el valor doctrinal de este concilio quedó amenazado y se hizo ambiguo. En un momento determinado, cuando la colegialidad había sido ya “aprobada” por un sondeo oficial de la opinión, el adjetivo “dogmática” del título “constitución dogmática sobre la Iglesia” desapareció durante algún tiempo, con asombro de todos. Para decirlo con otras palabras: se pretendía relativizar los aspectos dogmáticos nuevos, apelando al carácter pastoral de este concilio. Se daba, pues, la impresión de que la verdadera doctrina de la Iglesia no debía buscarse en este concilio, sino en los concilios anteriores y en las encíclicas pontificias desde comienzo de siglo. Por este hecho se hace posible dar interpretaciones divergentes de los documentos conciliares. Esta ambigüedad se acrecienta más todavía cuando los representantes de la mayoría [progresista] comenzaron, también ellos, a “jugar” con el concepto de “pastoral”. Históricamente no podemos negar este hecho. Para conseguir que se aceptaran algunas formulaciones de aire bastante moderno, la mayoría acentuó el carácter pastoral del concilio. Y el recurso dio buen resultado. La minoría [conservadora] aceptó también en varios puntos las “formulaciones modernas”, convencida de que “se trataba sólo de un concilio pastoral”. Este divorcio entre “doctrinal” y “pastoral”, con el que se ha maniobrado tanto, seguirá influyendo sobre la interpretación de este concilio, y –a mi parecer- es uno de los aspectos más sombríos del diálogo conciliar: aspecto con el que yo todavía no me he podido reconciliar. Por otro lado, esto ha contribuido a que se sitúe en su debido lugar –un lugar, más bien, relativo- el aspecto conceptual de las fórmulas y definiciones de fe.
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    Una tercera dificultad se halla en la “elección diplomática” de determinadas fórmulas conciliares. Con frecuencia se han escogido de tal manera, que tanto la mayoría [progresista] como la minoría [conservadora] pudieran revestir con ellas sus propias opiniones. Bastará un ejemplo: el concilio ha preferido la expresión “prácticas deshonestas contra la procreación”[Nota: este libro ha sido traducido al castellano y el traductor no está familiarizado con los términos eclesiásticos. Esta traducción corresponde a la Gaudium et Spes, 47: «usos ilícitos contra la generación»], desechando aquella otra expresión de “técnicas anticoncepcionales” [técnicas anticonceptivas]. Según la opinión actual, está bien claro que podemos y debemos contar la abstención periódica entre las “técnicas anticoncepcionales”. Teniendo en cuenta, no obstante, que la abstención periódica estaba ya aprobada explícitamente por la jerarquía como un medio válido para el control de la natalidad, no se podía mantener la expresión “prácticas anticoncepcionales”. La consecuencia de esto es que la formulación que finalmente llegó a aprobarse, de “prácticas deshonestas contra la procreación” puede adquirir varios sentidos: algunos han aprobado la fórmula porque no querían desaprobar la abstención periódica; otros, porque querían dejar la puerta abierta (verbigracia, para la píldora anticonceptiva) y, al mismo tiempo, querían condenar –por medio de esta fórmula- la aplicación puramente egoísta de la abstención periódica. Por tanto, el texto queda abierto. Pero puede abusarse de él. (…)” («La Iglesia de Cristo y el hombre moderno según el Vaticano II» (1969 – E. Fax))
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    En 1969 Schillebeckx hablaba de un “divorcio entre pastoral y doctrinal”, cualquier parecido con el próximo Sínodo de la Familia no es mera coincidencia. Hoy cardenales como Marx apelan al “espíritu” del Sínodo. Durante años hemos visto que se ha utilizado el recurso del “pastoralismo” y del “espíritu” del Vaticano II para rechazar cualquier intento de restauración. A Benedicto lo dejaron solo. Hoy también se apela a ese divorcio entre pastoral y doctrinal para el próximo Sínodo de la Familia y dar la comunión a los divorciados recasados.
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    Sobre ese divorcio entre pastoral y doctrinal el guardián de la fe ha dicho que es una sutil herejía. Y qué responde el cardenal Madariaga? que como es alemán en su mente solo existe lo correcto y lo equivocado.
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    El n.2108 del catecismo, por ejemplo, corrige una interpretación errónea de la “libertad religiosa” del Vaticano II. Estas posteriores aclaraciones serían innecesarias si en lugar de “libertad religiosa” se hubiera utilizado el tradicional término “libertad de conciencia» en materia religiosa.
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    No es suficiente que Benedicto diga en una entrevista sobre la Nostra Aetate: “En el proceso de recepción activa ha surgido poco a poco también una debilidad de este texto, de por sí extraordinario: habla de la religión sólo de modo positivo e ignora las formas enfermas y distorsionadas de religión, que desde el punto de vista histórico y teológico tienen un amplio alcance; por esto, desde el comienzo, la fe cristiana ha sido muy crítica, tanto hacia el interior como hacia el exterior, frente a la religión»
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    Han pasado 50 años y vemos que ninguna de estas aclaraciones es suficiente: ni las aclaraciones del guardián de la fe, ni las aclaraciones del catecismo, ni las encíclicas de Juan Pablo II y Benedicto XVI, ni los bienintencionados blogs católicos de laicos y sacerdotes. Vemos que el error se ha instalado en las altas esferas de la jerarquía. Lo único que puede parar esta crisis es un syllabus que corrija todos los errores de interpretación del Vaticano II. Y es necesario elevar nuestra voz y pedirlo, apoyemos a Schneider. Hoy más que nunca necesitamos la autoridad del magisterio extraordinario. Si un Papa dice que el divorcio entre pastoral y doctrina es una herejía haciendo uso del magisterio extraordinario, los cardenales que insistan en el error, desafiando la autoridad del Papa, se convertirían automáticamente en herejes formales. Ojalá en el próximo cónclave elijan a Sarah o Burke. Necesitamos elevar el nivel de autoridad. Necesitamos un Papa valiente que haga uso del magisterio extraordinario que rechace todos los errores. Un Papa africano y negro como Sarah nos vendría bien. Que Dios se apiade de su Iglesia. Seguramente nos merecemos este castigo y más pero apelamos a Su Bondad.

  11. Creo que la salvación de la Iglesia pasa por África, es el continente más religioso. Seguramente por el registro arqueológico fuera el continente donde surgió la humanidad lo cual dice mucho, así como muchos de los episodios que se relatan en la Biblia tuvieron lugar en África. Siempre estuve seguro que esa alegría desbordante que transmiten en sus celebraciones, a pesar de ser un continente tan castigado por la pobreza y la guerra. Ojalá un miembro de la iglesia africana con estas convicciones fuera el sucesor de Pedro estoy seguro que se daría un vuelco a ciertos desmanes que proceden de una Europa atea y despótica y una América que va por la misma senda.

  12. Creo que la salvación de la Iglesia de África, es el continente más religioso. Seguramente por el registro arqueológico fuera el continente donde surgió la humanidad lo cual dice mucho, así como muchos de los episodios que se relatan en la Biblia tuvieron lugar en África. Siempre estuve seguro que esa alegría desbordante que transmiten en sus celebraciones, a pesar de ser un continente tan castigado por la pobreza y la guerra. Ojalá un miembro de la iglesia africana con estas convicciones fuera el sucesor de Pedro estoy seguro que se daría un vuelco a ciertos desmanes que proceden de una Europa atea y despótica y una América que va por la misma senda.

  13. Creo que ya he escrito esto antes; pero yo conozco al cardenal Sarah. La historia de su vocación la cuenta con un humor desbordante.

    Pero, cuando reza se transfigura, su cara se transforma de un modo que yo no había visto antes.

  14. Yo quiero que mi próximo Papa sea santo, independientemente de su color de piel, que no aporta nada en si mismo. Por ejemplo Obama. También me gustaría que el actual sea santo. Y rezo por ello todos los días. Pero me temo que poco y mal. Menos mal que hay otros, muchos otros, que lo hacen más y mejor que yo.

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