Mi amigo Patricio Randle en «Decíamos ayer…»

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Inolvidable Patricio y tantos inolvidables encuentros. Recuerdo especialmente un paseo por la maravillosa Sigüenza de ambos matrimonios que fue un gozo permanente. Por vosotros y por enseñárosla. Ver como la disfrutabais colmaba nuestros afanes.

Allí estaba todo lo que amábamos. Dándosenos. La Religión y la Patria. El arte, que tú, tan arquitecto, no limitabas a tu especialidad: la catedral, el castillo; sino que te saciaba todo: pintura, escultura: la bellísima Inmaculada de Zurbarán, el extraordinario Doncel. Más la comida y el vino. Pese a tus raíces inglesas. Que supieras comer y beber era otra gozada de tu persona. Lo que ya no recuerdo es si hubo, tal vez algún manchego, tu debilidad por los quesos. Sí el haber sido, en otra ocasión, quien te descubrió la Torta de Casar de Cáceres.

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Pues esa gran página, Decíamos ayer…, que nos está ofreciendo una magnífica antología de pensamiento tradicional y contrarrevolucionario, nos lo propone ahora en sus consideraciones sobre Marco Aurelio, como texto a considerar. Elocuentísimo y que comparto de quilla a perilla.

Que además había publicado en Verbo, la revista de la Ciudad Católica española, donde yo conocí a Patricio y nos hicimos amigos para siempre.

https://blogdeciamosayer.blogspot.com/2022/01/permanencia-del-pensamiento-clasico-las.html

 

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