En los morros, la mitra y hasta el capelo.
Creo que es evidente que no soy ningún entusiasta del cardenal arzobispo de Barcelona. Ni antes del parto cardenalicio, ni en el mismo ni tras él. Tiene muchas carencias y escasas cualidades para desempeñar medianamente un cargo muy complicado y que le viene anchísimo. Barcelona necesitaba una gran figura eclesial que levantase un Iglesia agónica que además lastra, por su enorme peso, a toda la catalana. Y Omella no lo es. Sólo un trampantojo y un engañabobos con su talante sonriente y amable. Mientras no se le ponga en el brete. Lo malo es que en el brete está y no sabe, no puede y además no quiere. Cosa que más o menos sabíamos todos o por lo menos muchos. ¿Qué en Roma no? Pero es que lamentablemente en Roma parecen que ignoran demasiadas cosas.
El artículo que hoy le dedica Germinans es demoledor.
http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2017/11/la-contribucion-del-afligido-omella-al.html
Uno, que tantísimas veces se ha manifestado en solidaridad con esa página tan admirable como necesaria, en esta ocasión piensa que tal vez se haya excedido algo en su juicio sobre el cardenal arzobispo de Barcelona. Siendo ciertas, lamentablemente, no pocas de sus premisas.
La Iglesia en Cataluña, con las excepciones que se quieran, es enormemente responsable de dos hechos trágicos en aquella región eclesialmente hablando.
Ha convertido a la que hasta hace muy poco fue auténtica tierra de santos en la parcela de España más descristianizada. Que ya es medalla de oprobio. Y ha fracturado la comunión eclesial en dos partes irreconciliables una vez que se ha llevado la política a la Iglesia. Que por ahí se andarán en número, dicen. Aunque no en representación parlamentaria. No voy a entrar en si los no independentistas son unos pocos más, pocos, que quienes postulan la República catalana. Y esos números pueden ser cambiantes en cuestión de días.
Una buena parte de la Iglesia catalana, y la que se hace ver más, tomó partido por la independencia. Cuestión que no es religiosa sino política. Y ademas suicida para la institución porque de triunfar sus amigos la iba a tener crudísima porque en gran su mayoría son declarados enemigos de ella. Es claro que no tengo datos ciertos ni posibilidad de lograrlos pero tengo la impresión, tal vez equivocada, de que los que todavía acuden a la Iglesia, como en las Vascongadas, pese a tanto rechazo verdaderamente hiriente, son en su gran mayoría más españolistas que independentistas. Hoy el banderín de enganche de la independencia hace ya mucho tiempo que no está en la Iglesia. Pasaron los tiempos de Franco hace ya muchísimos años. Los menores de sesenta años ya no tienen recuerdo vivencial de quien fue.
Dicho todo esto me parece que Omella es muy poco responsable de la actual situación aunque no sepa como encararla. Y ni quiera. Se la encontró y en su talante quiere recurrir una vez más a la predistigitación. Sí pero no, algo pero nada… Aléjeseme de mí este caliz. Sus declaraciones, que el artículo citado glosa, son un intento más de nadar y guardar la ropa. Nada que ver con las paranoias de Novell y ni siquiera con Pujol, Vives o Pardo.
El mando de un arzobispo, indudable, no es el del coronel de un regimiento. En este, desde el soldado al teniente coronel, no tienen otra posibilidad que la de mano al botón. En la Iglesia no es así. Aunque sea necesario también el ejercicio de la autoridad. Pero de otros modos. De acuerdo en que Omella lo rehuye y que hay casos en los que debería actuar. Pero tampoco podemos hacerle ressponsable de todo porque en ese caso no se salvaba ningún obispo. Ni los mejores, que los hay. Y entre los que ni se me ocurre incluir a Omella.
Pienso que en los años que le queden en Barcelona, que por su edad, ya muy próximo a los 72 años, no pueden ser muchos, intentará sobrevivir con su dolce far niente. Y si alguna vez saca sus arrestillos, llemarles arrestos sería demasiado, lo iban a pagar sacerdotes como mosén Custodi, a quien envío todo mi afecto. Y moderadaditamente. Él es así.
Barcelona seguirá extinguiéndose católicamente sin que el arzobispo haga nada por enmendarlo. Tampoco mucho por empeorarlo. Pienso. Si ahora estoy equivocado corregiré luego lo que haga falta. Pero hay algo positivo aunque no tenga nada que ver con Omella. Lo peor del clero de Barcelona, y de Cataluña, se va. Y sin relevo. No tanto por obra de sus obispos, más bien nula, como de la edad. Dios en eso ayuda a Cataluña.
omella, el inútil sonriente, es tan inepto e incompetente como arzobispo de barcelona, que hasta un simio seria un mejor arzobispo para barcelona.
Hermenegildo… gracias por su referencia a mi entrada. Yo no he dicho que Omella sea independentista… es mucho peor. No es independentista pero siempre inclinará su balanza a favor de quien él considera que tiene poder
Pues el resto de mindundis nombrados en el miniconsistorio no lo justifican. El de Omella era importante.
Y claro que ha tenido su relevancia. Omella estaba precisamente en Roma cuando la DUI, hablando de eso, regalándole una camiseta del Barça al Papa, haciendo gestiones que el mismo Papa parece haber prohibido (lo de ser mediador).
Nombrarle cardenal era fortalecerle y tener a alguien de confianza a la cabeza del episcopado catalán. Desde su nombramiento, el tridente Blázquez, Osoro, Omella, ha sido determinante, por ejemplo en la inane nota episcopal de la Conferencia, solidarizándose con la infame nota de los obispos catalanes, cuyo líder ya es Omella, avalado por su Cardenalato.
Simplicio: no creo que la situación interna de España importe tanto al Papa como para hacerle convocar un «miniconsistorio» inesperado. Por otra parte, que Omella sea cardenal no ha tenido ni la menor trascendencia en la crisis catalana.
Respecto a Omella, que me reitero en que el miniconsistorio tenía como objeto él para que fuera cardenal cuando estallara la crisis catalana, no creo que sea independentista, aunque contemporice.
Ha dicho que «ama a España», lo que en estos tiempos, con esas circunstancias y con este ganado, es toda una heroicidad.
Pero lo del Padre Custodio Ballester, en contraste con la impunidad separatista, es sangrante.
Creo que el maño no sabe, ni puede ni entiende.
Para Cataluña habría que echar mano de obispos gallegos, con mucha retranca y mano izquierda. Alguien que sepa actuar «por lo bajini» o «por lo baixiño».
El sobrino de Rouco, el actual obispo de Lugo, merece un ascenso.
Marta, pequeña víbora, te recuerdo que «quien desea el mal del vecino, ya tiene el suyo de camino».
Yo no creo para nada que Omella sea partidario del separatismo catalán; simplemente, le falta valor para oponerse. El clero actual no suele destacar por su valentía.
Tiene Vd. razón en que Omella no es el responsable único de la HORROROSA situación de la Iglesia Católica en Cataluña. Pero a Sistach no le hubieran colado el gol de las urnas en lugares eclesiásticos o para- -eclesiásticos. El día que se hizo público el nombramiento de Omella para Barcelona, un sacerdote de Logroño me comentó: “Si yo fuera independentista catalán, hoy brindaría con el cava más caro”. Del mismo modo que ese día algunos eclesiásticos riojanos brindaron con buen champán francés… ¡seguramente por el ascenso!
Me permito discrepar algo con su afirmación. El artículo no se ha excedido, si nos ponemos puristas, ese algo que dice, sería tan insignificante que ni se vería.
Pero como son opiniones personales, pues que cada uno tenga la suya.
¿Hace falta decir que no me gusta un pelo el Sr cardenal?
Tu también te vas, en el fondo ya tienes un pie en la tumba, hehehe
Omella tiene un báculo.Si el día siguiente a su toma de posesión hubiese puesto en la calle al primer cura levantisco, las rebeliones se habrían acabado de un plumazo.Sólo tenía que hacer esto: Fulano de Tal, ha hecho usted esto; rectifique ahora o lo reduzco al estado laical y le quito las licencias.Y punto.El que no tenga carácter, que no se meta a obispo.