Algunos lo daban ya por inmediato pero ya se ve que no es así. Hace un año, o lo hará el día 20, que la diócesis isleña está vacante. Parece imposible que en un año no se haya podido encontrar un obispo para la isla pero así es.
Uno piensa que habrá que esperar como poco a octubre para conocer al nuevo obispo menorquín pero en eso también se puede equivocar. Por carta de más o de menos.
La demora es incomprensible, como también lo es que dos de las tres diócesis baleares estén sede vacante, pero lo verdaderamente importante es que pasen a sede plena y con obispos que no sean una calamidad.
Espero, y deseo, que en octubre se ocupe la diócesis menorquina, lo más lejos en noviembre. Mallorca puede ir más para largo. Y sería de desear que el administrador pontificio, Menorca lo tiene diocesano, contuviera más su lengua. Por su propio bien.
Pero ahora hablamos de Menorca. Diócesis humilde, por su población, que aunque supera a Jaca, ya prácticamente inexistente y a Ciudad Rodrigo, está a la altura de Osma-Soria y Teruel, pero que no se merece tal orfandad. Que no haya problemas para cubrir Madrid, Barcelona o Valencia y que se demore Menorca no es fácil de entender.
Que el Señor ilumine al Papa Francisco para que dé, cuanto antes, a los menorquines el obispo que se merecen y necesitan.
Pues me alegro mucho de la corrección. Nuestra Señora de Monte Toro ha intercedido por sus fieles.
Esperamos que el sinodal Taltavull no boicotee el nombramiento del administrador diocesano que mantiene la pequeña diócesis balear pacificada y con buena actividad gracias a esta interpretación dinámica.
Menorca si tiene alumnos de religion en sus institutos. En los 7 institutos publicos de la isla ha aumentado el numero de alumnos. Hasta el punto de tener que coger un profesor mas. En ciudadela hay un sacerdote joven dando clase de religion que ha pasado de tener 50 alumnos entre dos institutos el curso pasado a mas de 200 que tiene ahora. Y en los demas hay laicos tanto en mahon como en alaior como en ferrerias que han doblado tambien el numero.
Este mes se cumple un año que Menorca se encuentra en sede vacante. Durante estos doce meses ha pastoreado la diócesis D. Gerardo Villalonga, exvicario general, designado administrador diocesano por el Colegio de Consultores. Ha actuado con exquisita prudencia y ha mantenido la actividad en las parroquias y el conjunto de la iglesia local, sin problemas ni escándalos. Gracias a su excelente conocimiento del Derecho Canónico, ha efectuado una interpretación dinámica del principio Nihil Innovetur con un acertado cambio y relevo en numerosas parroquias. Se ha ganado el afecto y el respeto de los fieles y los sacerdotes de Menorca. Falta ahora que la Nunciatura acabe su trabajo y una resuelta la ‘cuestión mallorquina’, ahora designe al nuevo obispo de Menorca.
Efectivamente la noticia a que hacía referencia es de 31 de enero de 2010. Periódico «Última hora» de Menorca. No tengo el enlace pero sí la descarga de la página en PDF.
Sr. Blogger: la bellísima Menorca es hoy tierra de misión. Estoy buscando en mi archivo un artículo de hace dos años en el que se decía que en los Institutos de Menorca ya no había alumnos que escogieran la asignatura de Religión Católica.
Corríjame algún lector si me equivoco o que por favor nos ilustre sobre lo que digo.
El problema no es solo el carrerismo, son las «camarillas». Omella y Cañizares estan enzarzados en una batalla para el control de las Islas. Lo importante para ellos no es qué obispo necesita Menorca, sino que el elegido forme parte de su círculo en las próximas votaciones de la conferencia episcopal. ¿olor a oveja? olor a vergüenza… Y lo más vergonzoso es que algunos curas de Menorca dan rienda suelta a ese juego.
Meloussa, carrerismo ha habido en la Iglesia desde siempre.
«Que no haya problemas para cubrir Madrid, Barcelona o Valencia y que se demore Menorca no es fácil de entender». O sí. Uno se resiste a querer entenderlo, ciertamente. Pero, al final, acaba recordando la idea de que: antes, un obispo hacía grande a su diócesis, ahora se busca una diócesis grande para contentar a un obispo. Se hace carrerismo, hay trepas, se «pagan» favores». Tal cual ocurre en la sociedad civil. La excelencia teológica, espiritual y pastoral existe en la iglesia; pero todo indica que, salvo algunas pocas excepciones – ¡alabado sea Dios! -, quienes tienen el deber de elegir, no se decantan por estos valores, tristemente, en detrimento de las almas.
¿Por qué no el auxiliar de Tarrasa, monseñor Cristau, que es hombre fiable?Seguro que el obispo de Tarrasa tiene varios excelentes curas a los que promover para auxiliarlo.