| 18 abril, 2015
El artículo me parece bastante ecuánime. http://impresa.lasegunda.com/2015/04/17/A/R22M2N2Q http://impresa.lasegunda.com/2015/04/17/A/R22M2N2R
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Sólo basta leer esto:
http://www.radiodelmar.cl/rdm/historia-de-juan-barros-el-terrorifico-y-degenerado-obispo-que-nombraron-en-osorno/
Creo que esta entrevista es lo más serio y ponderado que se ha escrito sobre este asunto en cuanto a emitir una hipótesis ( bastante real) del por qué el Papa mantuvo el nombramiento de Barros. Una de las víctima dice que vio a Barros besándose con Karadima , pero el problema es que este hecho a parte que no se ha denunciado en forma para hacer una investigación tiene un sentido ambiguo: Karadima besaba a todo su círculo íntimo, entre los que estaban los otros futuros obispos y sacerdotes… Barros dice que nunca vio nada … y Karadima niega todo! Los pocos que «vieron» ( los demás estaban ciegos ) se fueron del Bosque y fueron difamados, calumniados etc. Algo pasaba en la personalidad de estos futuros curas y cinco de ellos actuales obispos de Chile, para que la persona del gurú los obnubilara de esta forma … Si, el grupo del Bosque tiene mucho del funcionamiento de una secta.
Pero cuidado con ser Fariseo y actuar con la ley por la ley. Las víctimas señalan que vieron a Barros con Karadima besándose. Entonces la justicia papal es perfecta con Barros, ¿pero las víctimas inocentes? No se puede colocar de Obispo a un degenerado. Entonces actuamos como hipócritas, por un lado decimos que creemos a las víctimas y por otro se defiende al victimario a ultranza. Esto no da para más y la gente puede desbordar en violencia si continúa un especimen como este en el cargo de Obispo.
Ojo, yo no soy de izquierda, esto no es un tema político.
En Chile, especialmente entre la progresía católica, nadie osa criticar abiertamente a Francisco por su reiterado apoyo al Obispo Barros. Más aun, esta circunstancia, pese a ser de todos conocida, sencillamente se omite. Mediáticamente, los «culpables» son el Nuncio Scapolo (en realidad odiado por claridad doctrinal y firmeza disciplinaria) y el Card. Ezzati (quien es de público conocimiento, pidió al Papa echar pie atrás en el nombramiento), a los que cabe sumar también el Card Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago, considerado algo así como el autor intelectual del nombramiento de Mons. Barros, quien en realidad es un obispo ejemplar y que ha sido tan víctima de la personalidad gravemente psicopática del P. Karadima como lo han sido los denunciantes, aunque de distinta manera.
Por más que los «bergoglianos» intenten justificarlo, el apoyo del Papa a Barros supone un agravio comparativo para otros obispos que han sido tratados con suma dureza por parte de Roma bajo este pontificado.