Una amable lectora me hace llegar esta información sobre Don Damián, obispo por el que reconozco que tengo debilidad. Aunque jamás en mi vida le he visto personalmente ni he intercambiado nunca ninguna comunicación con él. Esto me dice sobre su salud: «Hace unos meses le escribí informándole del estado de don Damián Iguacén y con alegría le conté que por entonces celebraba Misa a diario en el Convento de Santa Clara, de Huesca. ¡Y qué sermones, don Francisco! No sólo eso: don Damián participaba activamente en procesiones, romerías, aniversarios sacerdotales y en actos muy diversos a los que era invitado. Y así ha sido hasta hace bien poco, gracias a Dios pero, ya sabe, don Francisco, que noventa y nueve años son muchos años y pesan casi hasta al escribirlos. Un achuchón, que a tan avanzada edad nunca son inofensivos, ha obligado a don Damián a cambiar sus rutinas. Estu vo ingresado y ahora vive de continuo en la Residencia Saturnino López Novoa de Huesca donde las monjas le han preparado una habitación y donde es tratado con todo el cariño y mimo posibles. La última noticia que tengo de él es que estaba encamado, que sigue con la cabeza tan enviablemente bien amueblad a y que ya no puede, como usted comprenderá, seguir con sus actividades como antes Pero mi parecer es que, desde su habitación, encamado o sentado, sigue guiando mejor a sus ovejas que muchos past ores de hiperactividad supersónica…» Pues recemos por él, por el pastor bueno que siempre fue. Qué el Señor le acompañe muy especialmente en estos días de su vida que gastó siempre incondicionalmente a sus servicio. Y ahora una petición por si alguien de su entorno próximo, que no me tuviera manía, me la pudiera conseguir. Me encantaría tener en mi cuarto de trabajo una fotografía de Don Damián dedicada a mi persona con su bendición episcopal. Puede estar seguro de que se la pagaría en oraciones.
Más sobre don Damián Iguacén
| 16 febrero, 2015
No hizo falta que se mojara en tema alguno, ciudadano «question». Para «questionarlo» todo ya estás tu y demás francisquitas. Os habéis cuestionado hasta a vosotros mismos y se os nota una barbaridad.
Parece mentira que lleguen vuestros «questionamientos» a cuestionar a obispos católicos como mons. Iguacén. que se dedicaron en cuerpo y alma a predicar y enseñar lo que Jesucristo encomendó a sus Apóstoles. Vosotros sois mucho más que los Apóstoles y la Iglesia de Jesucristo. Sois unos pistonudos cuestionadores que es sinónimo de protestantes. Es vuestro sino: la nada con sifón en un questionarse permanente
¿se mojó personalmente alguna vez con algún tema?
Hago notar que quien consagró a este grandísimo obispo fue el nefasto nuncio Dadaglio.