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Más sobre la Comisión Diocesana para la Comunión Eclesial

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Que cada vez me gusta menos.

El 18 de julio dediqué una entrada a un sacerdote madrileño que no me parecía carrerista pero sí un culo de mal asiento.

https://infovaticana.com/blogs/cigona/parroco-no-carrerista-aunque-parece-culo-mal-asiento/

Pues continúa moviendo el trasero y ya como carrerista. Porque es el coordinador de la Comisión de marras. Y el que aparece al lado izquierdo de Josito mostrándole este un afecto singular o una especial protección pasándole el brazo por sus hombros. Lo que no hace con el de la derecha. Seguramente por la evidente inclinación al otro lado del vicario de innovación. ¿Hay otros motivos? Él sabrá.

Pienso que la Comisión de marras conforme vamos sabiendo más de ella está muy escorada no a todas las sensibilidades sino sólo a una o si se quiere a una y media. Tengo de momento perdidos a cuatro hombres y tres mujeres. ¿Hay algún cura más? ¿Algún religioso o religiosa? Como esos siete si son sacerdotes o religiosos van de camuflaje igual esa sensibilidad, versión progre, está representada.

No parece que esté, en cambio el Opus Dei, versión pata negra o Santa Cruz y numerarios o supernumerarios. ¿Kikos, carismáticos, cielinos? ¿Vírgenes? ¿Divorciados ahora tan en el candelero? ¿Padres de familia? ¿Pepinillos en vinagre, rigoristas, nostálgicos? ¿Representantes de  parroquias que funcionan?

Como a la mayoría no los he identificado de momento ¿hay LGTBs? Un amigo me dice que sí pero igual es una maledicencia.

Bru, otro de los identificados, también vaya apuesta, publica hoy en Alfa y Omega, revista diocesana cada vez más prescindible, un articulito vendiéndonos el producto. Me parece de una hipocresía y falsedad notables. Porque doy fe que lo de la «caridad, el amor mutuo y la comunión» que propone al menos conmigo ni tiene idea de ello. Cosa que  me alegra mucho ya que estaría muy preocupado si hubiera caridad, amor mutuo y comunión.

Tengo la impresión de que se trata de una «innovación» de Josito que el cardenal ha comprado y de trayectoria cortísima porque no va a «unir todas las sensibilidades eclesiales sino sólo a una que ya está unida en su pequeñez. Han vendido al señor arzobispo una mula averiadísima y hoy ya hay mucha gente que antes de adquirirla mira hasta los dientes. Yo paso de esa mula.

Comentarios
7 comentarios en “Más sobre la Comisión Diocesana para la Comunión Eclesial
  1. Peligro!!! El padre Bru ataca de nuevo! Lo hará con sus casullas y revestimientos ricamente bordados o,simplemente en traje de baño ridículo?

  2. El Misterio de la Fe

    Fray Elijah Dubek OP
    02 de Noviembre de 2017
     

    Es tentador para el católico contemporáneo, en especial un apologista entusiasta, tratar de explicar y probar la fe a los demás.
    Conozco a muchos, incluido yo mismo, que han discutido sobre la fe con familiares o amigos, que se han alejado o simplemente les queda una pregunta por hacer: Casi siempre, exagero. Queremos recomendarles un gran libro, responder sus preguntas o eliminar todos sus obstáculos intelectuales a para la adhesióna la verdad revelada.
    Después de todo, si todos supieran cuán razonable es nuestra fe, dejarían de polemizar y subirían a bordo de nuestro barco. ¿No es así?
    Santo Tomás de Aquino nos previene contra este método, no vaya a ser «alguien, pretendiendo demostrar lo que es de fe, presente razones que no son convincentes, y dé a los incrédulos ocasión de burla.»(Summa Theologiae).
    No se trata simplemente de una medida cautelar para aquéllos que simplemente no conocen las razones, como si nos estuviera diciendo que dejáramos los argumentos a los expertos. Más bien, Santo Tomás quiere salvaguardar el origen divino de la fe: «para que tu fe no repose en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios» (1 Cor 2, 5).

    Después de esto, el Concilio Vaticano I declaró: «Hay un orden doble de conocimiento, distinto tanto en el principio como en objeto» (Dei Filius, Capítulo 4).
    Por un lado, existe el conocimiento natural, que progresa desde la razón humana, como su principio y alcanza sus verdades apropiadas (aquéllas que podemos descubrir a través de la experiencia, la argumentación, etc.). El otro orden es sobrenatural, otorgado a través del don divino de la fe, que nos revela verdades que depasan nuestra capacidad natural. De hecho, la Constitución Dei Filius insiste en que «se proponen a nuestra adhesión los misterios escondidos en Dios, que a menos que se revelen divinamente, no pueden conocerse». Además, el orden sobrenatural puede darnos certezas incluso acerca de algunas verdades del reino de la razón.

    El Concilio Vaticano I y Santo Tomás quieren que reconozcamos las distintas esferas de la fe y la razón, mientras nos damos cuenta de que los temas a veces se superponen.
    Por ejemplo, podemos saber que Dios existe por la razón y por la fe. La razón natural puede llegar a través de la argumentación sobre el origen, la conservación y el gobierno de la creación a la certeza de la existencia de Dios (con mucha dificultad, no sin mezcla de error, y sólo después de un largo tiempo, nos dice Santo Tomás).
    La razón confía en la solidez del argumento y la comprensión. Por medio de la fe, por otro lado, creemos en Dios porque se nos ha revelado. La confianza de la fe descansa en Dios, no en nuestra propia habilidad sino en el testimonio de Dios.

    Si bien la fe puede solaparse con la razón en contenido, debemos recordar lo que nos dijo el Vaticano I : «Se proponen a la obediencia de la fe los misterios escondidos en Dios, que a menos que se revelen divinamente no pueden conocerse».
    Más allá del alcance de la razón, la fe percibe el misterio. No deberíamos despreciar estos misterios, como si pudiéramos adentrarnos en ellos sin la ayuda divina. ¡Después de todo, estos misterios están escondidos en Dios! Lejos de disuadirnos de tratar de comprender, el reconocimiento del carácter oculto e inaccesible del misterio debería enseñarnos cuán preciosa es la fe. Aunque tan sólo «a través de un espejo en el enigma,» (1 Cor 13:12), la fe nos permite ver estos misterios ocultos. Detengámonos aquí, a la espera del día en que podamos ver al Señor cara a cara para siempre.

  3. Hay un numerario, dicen, pero el Opus Dei está ya profundamente dividido en dos sectores : El sector misericorditis, enterrador de las tres campanadas, que se ha tragado la indigesta Amoris, y el sector sanjosemariano, con las tres campanadas y sus reticencias a la demoledora Amoris.

  4. ¿M. M. Bru, haciendo protesta amorosas hacia los que no se le someten, como en aquellos tiempos que era todopoderoso desde La Cope, y amenazaba con llevarnos al juzgado, en cuanto le llevabas la contraria, y eso a mi que era y soy un pobre diablo?
    Arrepentidos nos quiere Dios, y si ahora busca un sitio entre los que huelen a oveja porque se ha caído del caballo y se le ha aparecido el Señor camino de Damasco, bienvenida sea esta inquietud, y esperemos que persevere en ella aunque no tenga la recompensa merecida, dado que el servicio no parece que tenga mucho recorrido.
    Dios los crea y los cría, y ya luego ellos se apañan, eso sí, dejando constancia en las fotos que se publian.

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