| 06 octubre, 2019
Pidamos a Dios que no sobrevengan más recaídas.
Y no estaría de más que supiéramos cuales fueron sus males.
Pidamos a Dios que no sobrevengan más recaídas.
Y no estaría de más que supiéramos cuales fueron sus males.
Se ve que la enfermedad que le ha tenido mucho tiempo apartado de la normalidad pastoral debe de ser o muy grave o muy vergonzante. ¿Cáncer?¿Sífilis?¿gonorrea?… quizá es una simple operación de fimosis o un forúnculo infeccioso en los huevos. ¡quién sabe! Lo cierto es que sus ovejas no lo saben. No saben nada de él desde hace meses, como él no sabe de ellas nada hace meses. Así son los buenos pastores. Pura transparencia. Una lástima.
No sé qué les aporta a usted ni a sus «ovejas» conocer el diagnóstico. Basta con saber que está enfermo y punto. Si el obispo quiere contar de qué, muy bien. Y si no, también.
Posiblemente Vd Miguel Ruiz tiene algún fallo en.la cabeza, por su soez interpretación de la enfermedad del Obispo, y tampoco nos lo cuenta. También tiene derecho el Obispo a estar enfermo ¡faltaría más! O es que hay que pedir permiso. Verdaderamente no cabe un tonto más en esta estúpida democracia
Yo no lo llamaría derecho sino pagó del tributo a nuestra condición humana dañada, aunque se tenga la plenitud del sacerdocio.
Te puedo asegurar que en estos meses de ausencia ha estado mas que informado de los asuntos de la Diócesis. En las cartas dominicales lo demostraba, ¿no las has leído?
Un respeto!
Me refería al primer comentario de Miguel Ruiz.
El derecho a la intimidad de la persona afecta a todos!!!!. Se entera?.
Stet et pascat in fortitudine Tua, in sublimitate Nominis Tui.
Me alegro por su reincorporación a la pastoral D. César, se notaba su ausencia; sigo sus cartas dominicales con mucho gusto y meditación, y ciertamente con usted Paco Pepe. Estaría bien saber algo de su enfermedad.