Sin duda uno de sus mejores artículos: «La insoportablee inanidad de la derecha»
Os pongo el enlace con la advertencia de que solo es accesible a suscriptores.
https://www.abc.es/opinion/juan-manuel-de-prada-insoportable-inanidad-derecha-20240217182710-nt.html
O en la edición papel de ayer que fue mi caso.
Os dejaré el inicio de la página 8 de ABC:
«Ha causado consternación en el negociado de la derecha (casi tanta como regocijo en el negociado de la izquierda) la penosa metedura de pata de Feijóo, reconociendo que había considerado, siquiera durante horas veinticuatro, la posibilidad de conceder la amnistía al errabundo Puigdemont, así como su disposición a indultarlo bajo determinadas condiciones»
Y así continua todo el demoledor artículo.
Pues… Como Sánchez.
Por eso no voto al uno ni al otro.
Un amigo me envía el gran artículo de Prada.
Ha causado consternación en el negociado de la derecha (casi tanta como regocijo en el negociado de izquierda) la penosa metedura de pata de Feijóo, reconociendo que había considerado, siquiera durante horas veinticuatro, la posibilidad de conceder la amnistía al errabundo Puigdemont, así como su disposición a indultarlo bajo determinadas condiciones. Y todo ello ante el temor de que el errabundo Puigdemont revelase las negociaciones mantenidas con emisarios o validos de Feijóo para una hipotética investidura del gallego. Los comentaristas más romos han calificado esta melonada de torpeza táctica; pero en realidad se trata de un episodio muy revelador –otro más– de la insoportable inanidad de la derecha, que siempre se desenvuelve en el marco mental que conviene a la izquierda. Así vuelve a probarse, como advertía Balmes, que los partidos «de instinto moderado y sistema conservador» se convierten a la postre en conservadores «de los intereses creados de una revolución consumada y reconocida». Pues, si un partido conservador «considera» la amnistía y aprueba el indulto en determinadas circunstancias, nada más lógico que un partido progresista apruebe el indulto en cualquier caso y se lance a conceder amnistías a troche y moche (que luego el partido conservador conservará, como su mismo nombre (y misión) indica).
Para que su inanidad resulte aún más odiosa, la derecha necesita que su progresismo de cámara lenta y plano fijo se aderece con aspavientos y jeribeques varios, que hagan creer a sus adeptos que las escaramuzas intestinas que mantiene con el progresismo son, en realidad, episodios de una batalla cósmica. Pero, como los aderezos y jeribeques más pintones ya los tiene ‘pillados’ la izquierda, a la derecha le toca bailar siempre con la más fea: así, por ejemplo, se proclama pomposamente ‘constitucionalista’, erigiéndose en paladín del bodrio que ha permitido a la izquierda consumar todos sus desmanes (como si el bodrio no fuese, sobre todo, el artefacto creado para asegurar la primacía de la izquierda); o se convierte en el camión escoba de todos los intelectuales de izquierdas que han sido desalojados (como lastre de rezagados) del bólido del progresismo, que se dedican a infiltrar sus ideas mefíticas de izquierdistas gruñones y rezagados (y, por supuesto, hiper-super-mega constitucionalistas) en el seno de la derecha, encerrándola todavía más en la jaula de la derrota; o bien se dedica a defender causas tan infumables y eméticas como el sionismo con derecho a bombardeos masivos y exterminio a mansalva de palestinos.
Y, para poner la guinda al pastel de su inanidad, la derecha asume el error craso que Donoso Cortés diagnosticó en el gobierno de Narváez, fundando su título de gloria en el orden puramente material o economicista (como ha hecho, por ejemplo, en la campaña electoral gallega que hoy termina). Pero, como señalaba Donoso, «el orden material es una parte constitutiva, aunque la menor, del orden verdadero: el orden verdadero está en la unión de las inteligencias en lo que es verdad, en la unión de las voluntades en lo que es honesto, en la unión de los espíritus en lo que es justo. El orden verdadero consiste en que se proclamen, se sustenten y se defiendan los verdaderos principios políticos, los verdaderos principios religiosos, los verdaderos principios sociales». Presentándose como el «mejor gestor económico», la derecha olvida las cuestiones políticas verdaderamente prioritarias; y así, como nos advierte Donoso, lejos de vencer el peligro de la expansión del socialismo, no hace sino darle vigor, porque el socialismo «es hijo del economicismo, como el viborezno, que nacido apenas devora a su madre, es hijo de la víbora».
De este modo, la derecha completa el arco de su perdición. Pero muere por do más pecado había: su aplastante e insoportable inanidad.
Esto sólo lo soluciona una guerra y 500.000 muertos. Lo siento. La inmoralidad es una adicción de la que sólo se sale a base de plomo, bombas, campos de concentración y miseria humana, en la que siempre mueren los mismos, los inocentes; y donde siempre se salvan los mismos: Las ratas. El cielo está en el cielo y ningunas elecciones nos traerán su Reino. Los que votaron la segunda república están todos muertos, los que votaron la constitución del 78 son octogenarios y pronto estarán muertos, y mientras, el infierno llenándose de bautizados a capazos por toda esta proyección en un mundo que termina con carne podrida y gusanos. ¿Irá al cielo usted? ¿Iré yo? ¿Nos salvaremos? Todo es mentira porque todo termina menos Cristo.
Prada, usa el término general «la derecha», que incluye a cualquier otro partido que se sitúe en esos pagos. Por alguna extraña razón, no ha querido decir PP de Feijóo o PPSOE, no, no, ha sido poner derecha en cada idea. ¿Va a ser necesario que VOX se aplique el mote de ultra derecha?
Ayuso es menos católica que Feijoo, es más partidaria del amor libre.
1.º El PP no es la refundación de Alianza Popular, sino de la UCD.
2.º La UCD jamás fue un partido de derechas, sino más bien de centro-izquierda. Por tanto, el PP-UCD es un partido socialdemócrata, disfrazado de centrista, siempre -desde tiempos de la UCD- empeñado en gobernar para quienes ni le votan ni lo harán jamás.
3.º El político de hoy, además de descocer lo que es madrugar para ir a trabajar, o pagar las facturas a fin de mes, se debe a los grupos de interés o de presión que son los que participan con una cuota de poder en cada partido, influyendo decisivamente en la elección de sus principales líderes y candidatos.
4.º En España hace falta un Bukele o un Milei. Abascal pudo haberlo sido, pero se ha dejado secuestrar por oscuros intereses.
5.º Si el PP-UCD no puede gobernar en Galicia tras las elecciones de hoy, yo seré muy contento, pues si existe una sola traza de sentido común en el referido partido, deberán dejar paso a Isabel Díaz Ayuso, quien debería liderar dicha formación imponiendo el estilo de corte liberal que con tanto acierto está aplicando en la Comunidad de Madrid.
En conclusión: una derrota hoy en Galicia puede ser la que catapulte al PP (ya sin la UCD y con VOX) al próximo gobierno de España, si renuncia Feijóo y se hace limpieza a fondo, dado que el algodón no engaña. ¿Cuántos votos habrá perdido el PP.UCD sacando a pasear la momia del indigno Mariano Rajoy?
La UCD estuvo integrada por exfalangistas, democratacristianos y algún socialdemócrata que terminó en el PSOE. Decir que era de centroizquierda es un error.
Por otra parte, cuando la UCD desapareció, los democristianos se fueron al PDP, los liberales a AP y algunos próximos a Suárez al CDS.
El PP, nació de la fusión de estos grupos con AP, que presidía Fraga y siguió presidiendo el PP hasta que cedió el testigo a Aznar.
Otra historia es pura fantasía.
Falangistas como Suárez, que denostaba a Franco, de cuyo régimen era uno de los jóvenes leones. Y, cómo no, muchos renegados del franquismo que quisieron seguir medrando, comandados por la «beariful people», nombre que acuñó Jesús Cacho para referirse a los privilegiados del poder que siguieron mandando tras la muerte del general Franco…
Lo que es pura fantasía es pretender disfrazar al PP-UCD de partido liberal, de derechas, cuando a la vista de todos está para quienes gobierna… cuando lo hace.
A eso se le llama darse un tiro en el pie por parte del PP. Tanta torpeza es, en verdad, increíble, salvo que haya pactos secretos en todas direcciones que, lógicamente y por ser secretos, desconocemos. El PP ha quedado, por méritos propios, como un instrumento inservible, salvo para tener más de lo mismo. Desgraciadamente, porque las cuatro reglas más elementales de la mecánica electoral dicen, bien a las claras, que posiblemente en Galicia entren a gobernar, (las elecciones de hoy no me dejarán mentir), los enemigos del sentido común, de la decencia; los amigos del crimen organizado, de los asesinos, del guerracivilismo, de la destrucción de España. Burla, burlando, a eso vamos. No, no es culpa de Abascal, pero si la derecha se fragmenta, buena noticia para los criminales. El cántaro pega contra la fuente, la fuente contra el cántaro, mal para el cántaro. Hay que llevar cuidadín con los discusiones y cálculos de modisto, que decía el poeta: que si desceñida o apretada: la derecha es lo que hay y la izquierda es lo que hay. Si el PP es más centro, de la derecha y demás distingos, lo cierto es que las cartas están echadas y es lo que tenemos: nuestro enemigo es el eje de lo más malo. Lo más malo y lo menos bueno. ¿Prefieres tener en el poder a la ultraizquierda violenta y criminal? Pues ojo con pasarse de frenada. La aritmética electoral, hoy por hoy, es la que es. Y la izquierda juega esa carta de dividir y de demonizar para seguir ella con sus crímenes organizados. Seamos inteligentes. Quien se la juega a todo o nada, en demasiadas ocasiones se queda con nada.
Lo voté en 2008 para desalojar al BNG y al Sanchoe del señor Pérez Torito (= Touriño; lo traduzco por mera guasa). En mi instituto se apresuró a poner banderas arcoirisadas y a obligar a los alumnos a ir (sin presencia de los profesores) a charlas de «educación afectivo-sexual». A las tres de la tarde de hoy iré a votar; pueden estar seguros de que el licenciado Rueda no «rodará» con mi apoyo.
La política es el arte de lo posible, hay que saber separar religión y política.
Hay católicos que son nacionalistas, otros de izquierdas, otros de derechas …
En los países donde la religión y la política van unidas, la gran perdedora ez la democracia.
En los países democráticos la gran perdedora es la religión.
La democracia que se basa en la falta de principios, ¿de qué sirve?
Separación de la política de la religión? De qué religión estaríamos hablando? Si partimos de unas «reglas de juego» dentro de la sociedad, de unas reglas basadas en el orden natural, en la Naturaleza humana… Se van a disociar de la política, del arte de gobernarnos como buenos hijos de Dios?
Prada parte de un error de base que es considerar al PP un partido de derecha.
Pero a estas alturas de la «peli», no se dan cuenta gallegos y españoles en general quien es este oportunista masoncete?