De Specola que sin duda es el mejor cronista de lo que ocurre en Roma:
Son las 8,30 de la mañana y la plaza de San Pedro luce un vació similar el encierro de la peste. Es miércoles y hay audiencia general, de las audiencias generales anunciadas con motivo del jubileo los sábados solo hemos tenido la del 11 de enero, por ahora. En la de hoy seguimos con media aula y seguimos sin entender el porqué se dejan enormes espacios vacíos, sin sillas en los primeros puestos dando una imagen lamentable, incluso retirando sillas vacías en presencia del Papa Francisco. Quizás sería el momentos de además de la temida plaza, dejar el aula y buscar espacios más ajustados a la escasa asistencia.
Uno de nuestros lectores se muestra cabreado porque «la plaza de San Pedro está llena de estorbos, vallas, pantallas, hay que ir pegado a la pared, la enorme y bella plaza está vallada, no se puede pasar. Poquísimos peregrinos (de allí vengo), pero estorbos, los que quieran. En la basílica de San Pablo aún es mayor el contraste: vacía pero llena de impedimentos y prohibiciones (escáneres, obligación de dejar el paraguas… Había más vigilantes-policías- voluntarios prohibidores, que peregrinos). Pues lamentablemente es así, y nos tememos que lo seguirá siendo, solo queda esperar a que suceda el hecho natural y las cosas cambian, pocas esperanzas hay, o desaparecen, que todo es posible.
En el sitio web oficial del Jubileo 2025 se ha publicado un programa de uno de los próximos acontecimientos del Año Santo, el Jubileo de los Artistas y del Mundo de la Cultura del 15 al 18 de febrero, que incluye una visita, el lunes 17, del Papa Francisco a Cinecittà, «los estudios de Roma». En torno al jubileo se ha levantando todo un negocio de mascotas, recuerdos jubilares, casullas con el logo, y mil objetos de lo más variopinto. Los peregrinos no llegan, los negocios se quejan de que ha llenado sus almacenes y la mercancía no sale. Las esperanzas de hacer caja con el jubileo, pro ahora, están muertas y libros, rosarios, complementos y visitas guiadas inmersivas esperan sin esperanza. Nos tememos que el año santo vaciará más todavía las mortecinas arcas pontificias, el pontificado se extingue en un alargado ocaso».
La fotografía es de archivo
Creo que con un salón parroquial les daba y sobraba.
A los actuales próceres les importa una higa que la plaza esté vacía. Quiero suponer que, incluso, les parece el mejor de los mundos posibles. Están enfrascados en el cambio climático y otras profundidades religiosas como para atender a los desocupados turistas que recalan por la tal plaza. Rezad por mí que la voy a liar parda.
Ahora bien, si la plaza ses les llenara de personajes como «nuestra Carmena», Forcades, Caram, Yolis y demás trampantojos comunistas, estarían encantados. No es el hueco, es quién lo llena.