De los universales saberes de esta pobre cigüeña

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Lo que sé, por conocimiento propio, es muy reducido. Lo que recibí en una familia católica, lo que me enseñaron en un excelente colegio religioso, los jesuitas de Vigo, y lo que después pude adquirir de experiencias propias y de no pocas lecturas.

Se le puede ocurrir incluso al más necio que uno no lee páginas impresas o digitales de Gerona o Tenerife, no frecuenta las parroquias de Madrid y no digamos ya las de Málaga o Solsona,  ni le ha hecho ficha a canónigos, curas, religiosas o simples laicos de donde sean. Y ya menos de que goce de la inspiración del Espíritu Santo.

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Lo que uno sabe, en la mayoría de los casos, es lo que le cuentan. Y ello merece dos  consideraci0nes. La  primera la gratitud por la confianza. Y la segunda una componenda mía de credulidad o incredulidad, de considerar si aunque me pareciera cierta la confidencia no fuera eclesialmente buena  la divulgación, también el respeto a los tribunales,  que nunca son gratos, aunque te den la razón, ya me ha ocurrido, y también porque pecados privados, mientras no sean públicos, aunque algunos casi ya lo sean, y notablemente escandalosos, no debo ser yo quien los manifieste. El afectado conoce muy bien su propia vida y supongo que su obispo también. Uno de momento, chitón. En esos temas suelo extremar la delicadeza. Pero si llegaran a estallar, que es muy posible, pues que cada palo aguante su vela.  Advertidos ya están.

Pues a lo que iba. El Blog no supondría apenas nada si se limitara a recoger las opiniones de un pobre laico, sin representación alguna, sobre algunos hechos eclesiales. ¿A quién interesa lo que yo pueda opinar? Pero se ha convertido, gracias a tantos lectores, en un espejo de la Iglesia en España. Gracias al que se conoce lo que casi todos ignorarían. Y hasta es posible que con contención de algunos a los que no les gustaría verse retratados en su indigencia eclesial. Es claro que este Blog no lo lee nadie. Son numerosos los que me han dicho que jamás me leen. Y harían muy bien. Lo que es más extraño es que a continuación me digan: porque lo que escribió usted hace quince días sobre fulano de tal es impresentable. Si llegaran a leerme es posible que me acuchillaran.

Pues ese servicio de dar voz a quienes no la tienen o por las consecuencias no se atreven a tenerla lo vamos a seguir haciendo si Dios nos da vida. Hasta que Él quiera. Por mucho que les duela a algunos. Generalmente autores o cómplices del desmadre actual. También hay algunos que quieren vivir felices sin enterarse de nada. Perturbas mi tranquilidad eclesial me dijo uno. Pues como si fueran días en los que podamos vivir tranquilos. En los que no ocurre nada, señora baronesa.

 

 

Comentarios
6 comentarios en “De los universales saberes de esta pobre cigüeña
  1. Querido Don Paco Pepe,
    Suele decirse de algo que se ha convertido en imprescindible que si no existiera habría que crearlo. Así es el portal, o el nido, de la Cigüeña. Está en lo alto, como las que se posan en la torre riojana de san Miguel de Alfaro. Para que se vean. No sé quiénes serán sus fuentes, por lo leído de la máxima fiabilidad, pero a todas les da usted el toque personal de quien ama a la Iglesia. Un toque personal que es un toque de libertad. Los mezquinos le negarán el pan y la sal. Pero usted que son muchos los lectores (basta poner el contador). Me siento muy honrado de su hospitalidad. Y como le ocurre a mi mujer con el periódico, que no empieza el día sin él, lo primero que hago es abrir su portal y otro hermano o como dicen los ingles close relative.

  2. Como decía el clásico… «Sólo sé que no sé nada» .
    Buena pregunta , ¿para cuándo la jubilación? Tiene unos nietos estupendos que merecen su compañía.

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