17 comentarios en “Los últimos días de monseñor Guerra Campos”
En primer lugar, quiero agradecer a la buena samaritana que en calidad de enfermera, de acompañante, de confidente, ayudó y apoyó a Monseñor Guerra Campos en sus últimos meses y días en la tierra.
Que da tesimonio de como era.
Y su testimonio dice LA VERDAD.
Mi gratitud también a los MISONEROS DE CRISTO REY, que le acogieron y trataron con la dignidad que él se merecía.
Y mi «desprecio» hacia esa madre ingrata que fue la Iglesia Católica, que una vez presentada la renuncia, se apresuró a echarle rápidamente del Obispado que tan dignamente ocupaba, dejándole tirado en la calle, como una colilla, DESPUÉS DE HABER DADO SU VIDA POR LA IGLESIA.
Si la práctica totalidad de los Obispados tienen RESIDENCIAS SACERDOTAALES dónde pueden acabar sus días los sacerdotes y sus cuidadoras, en Aragón llamadas «caseras», muchas veces hermanas y familiares, como sucedia con Monseñor don José GUERRA CAMPOS, sigo sin entender como es posible que esa inútil CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA no tiene una residencia similar para ex Cardenales, Arzobispos y Obispos…
DEP Monseñor, y estoy seguro de que le pedirá a Dios que, aunque no lo merecemos, interceda por ESTA ESPAÑA QUE VA CAMINO DEL SUMIDERO DE LA HISTORIA…
DEP. Su recuerdo y figura se engrandece con el paso de los años, como suele suceder con los grandes hombres…, aunque no con todos.
He leído que fue canónigo «clavero», o algo así, en la Archidiócesis de Santiago de Compostela.
Como quiera que desconozco las funciones de esa canongía, y me consta que este blog es leído por prominentes eclesiásticos, dignidades y purpurados -algunos hasta con lupa, añadiría yo-, ¿hay alguien tan amable de explicar al vugo, es decir a los que son cómo yo, simples laicos, en que consistía esa dignidad de canónigo catedralicio…?
Gracias anticipadas por la información, en su caso.
Que yo recuerde sólo el obispo de Cuenca por su cuenta y el cardenal primado de Toledo publicaron pastorales contra la constitución de 1978, más contundente la de Guerra Campos y más matizada la del cardenal primado. Pero un puñado de obispos se adhirieron a la del primado publicándola en los boletines de sus diócesis: García de Sierra en Burgos, Castán en Sigüenza, Temiño en no recuerdo qué sede gallega, hasta un total inferior a diez.
Fueron 8
Nuestro blogger realizo una semblanza de todos y cada uno de los obispos de España, referente a ese tema,en una conocida revista política.
Uno de los ocho fue don Pablo Barrachina,de Orihuela-Alicante.Otro fue monseñor Temiño,de Orense.Otro,don Laureano Castán Lacoma,de Sigüenza-Guadalajara.
También me ha recordado muchas cosas el nombre del santo sacerdote don Román Pedreira Ancochea (1922-2007): » … me llamó Sor Carmen, hermana de D. Román Pedreira, sacerdote muy amigo del Sr. obispo …». En los primeros años 1990 confesaba en el oratorio del Caballero de Gracia en Madrid, donde le conocí («me llamo Román, no Ramón …»), y decía la misa tradicional («non una cum», según la noticia que a su muerte publicó la revista italiana Sodalitium) en su casa del Paseo de Extremadura. Descansen en paz ambos, obispo y sacerdote, en la gloria del cielo con que Dios les haya premiado y donde como amigos se habrán reencontrado.
Amigo Urbel, me uno al pequeño homenaje en memoria de Don Román Pedreira, sacerdote benemérito que conocí en el Oratorio del Caballero de Gracia. A el, y a otros sacerdotes santos que conocí de aquélla época, mi oración, mi gratitud, y mi recuerdo emocionado.
Muy jugosa anécdota: «…. entonces el Sr. Obispo sacó otro billete, de otro color, e hizo ademán de dárselo a la chica pero ella, educadamente, lo rechazó, él insistió diciendo: «Este señor que sale en éste papel (refiriéndose al billete), me cae muy mal, así que prefiero que lo tenga Vd», ella, con grandes risas, lo aceptó.»
Nada extraño que el señor del billete (el rey Juan Carlos, eran todavía tiempos de las pesetas) le cayera muy mal al obispo Guerra Campos. Hay que recordar que, como procurador en Cortes, en 1976 votó no a la Ley para la Reforma Política, y se mantuvo siempre fiel al espíritu de la Cruzada y al Estado católico hasta su demolición por el señor del billete.
Si señor, gran médico y bellísima persona, en Puenteareas Pontevedra). José Luis, compañero mío, hasta que se fue a Guadalajara y Vicente, estuvieron en el Colegio de Hijos de Médicos en Guadalajara y hoy los dos son médicos en Vigo
Precioso testimonio, pero no es la primera vez que lo he leído. Me suena de haberlo leído hace ya unos cuantos años pero no logro recordar en dónde, si en blog, en artículo, en un libro.
Realmente hemos tenido obispos santos: García Lahiguera, Guerra Campos y D. Marcelo, etc., rodeado de enanos aplaudidos por el mundo y la política: Tarancón, Jubany, Cirarda, et aliis
muy, muy reconmendable su lectura. Para conocer mejor a este gran obispo y tambien a los que le acogieron: Sociedad Misionera de Cristo Rey, Unión Seglar de S. Antonio Maria Claret, Colegio Inmaculado Corazón de Maria. Todo en la Cataluña católica, cuna de tantos santos y de muchos católicos ejemplares que siguen en la brecha, por Dios y por España.
Rezaré a Dios, con la intercesión de la Virgen del Pilar, para que esas beneméritas instituciones sigan existiendo muchos años más, a salvo de los furores anticlericales que asolan otra vez el solar Patrio.
¡Dios quiera que algunos -muchos- españoles no vuelvan a las andadas!
En primer lugar, quiero agradecer a la buena samaritana que en calidad de enfermera, de acompañante, de confidente, ayudó y apoyó a Monseñor Guerra Campos en sus últimos meses y días en la tierra.
Que da tesimonio de como era.
Y su testimonio dice LA VERDAD.
Mi gratitud también a los MISONEROS DE CRISTO REY, que le acogieron y trataron con la dignidad que él se merecía.
Y mi «desprecio» hacia esa madre ingrata que fue la Iglesia Católica, que una vez presentada la renuncia, se apresuró a echarle rápidamente del Obispado que tan dignamente ocupaba, dejándole tirado en la calle, como una colilla, DESPUÉS DE HABER DADO SU VIDA POR LA IGLESIA.
Si la práctica totalidad de los Obispados tienen RESIDENCIAS SACERDOTAALES dónde pueden acabar sus días los sacerdotes y sus cuidadoras, en Aragón llamadas «caseras», muchas veces hermanas y familiares, como sucedia con Monseñor don José GUERRA CAMPOS, sigo sin entender como es posible que esa inútil CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA no tiene una residencia similar para ex Cardenales, Arzobispos y Obispos…
DEP Monseñor, y estoy seguro de que le pedirá a Dios que, aunque no lo merecemos, interceda por ESTA ESPAÑA QUE VA CAMINO DEL SUMIDERO DE LA HISTORIA…
DEP. Su recuerdo y figura se engrandece con el paso de los años, como suele suceder con los grandes hombres…, aunque no con todos.
He leído que fue canónigo «clavero», o algo así, en la Archidiócesis de Santiago de Compostela.
Como quiera que desconozco las funciones de esa canongía, y me consta que este blog es leído por prominentes eclesiásticos, dignidades y purpurados -algunos hasta con lupa, añadiría yo-, ¿hay alguien tan amable de explicar al vugo, es decir a los que son cómo yo, simples laicos, en que consistía esa dignidad de canónigo catedralicio…?
Gracias anticipadas por la información, en su caso.
Que yo recuerde sólo el obispo de Cuenca por su cuenta y el cardenal primado de Toledo publicaron pastorales contra la constitución de 1978, más contundente la de Guerra Campos y más matizada la del cardenal primado. Pero un puñado de obispos se adhirieron a la del primado publicándola en los boletines de sus diócesis: García de Sierra en Burgos, Castán en Sigüenza, Temiño en no recuerdo qué sede gallega, hasta un total inferior a diez.
Temiño fue Obispo de Orense.
Veamos si alguien puede ayudarme.
Hubo 3 obispos que votaron NO a la Constitución a los que el tiempo les ha dado la razón. Uno fue D. Marcelo, otro Guerra Campos… ¿y el tercero?
Fueron 8
Nuestro blogger realizo una semblanza de todos y cada uno de los obispos de España, referente a ese tema,en una conocida revista política.
Uno de los ocho fue don Pablo Barrachina,de Orihuela-Alicante.Otro fue monseñor Temiño,de Orense.Otro,don Laureano Castán Lacoma,de Sigüenza-Guadalajara.
Ese es… Barachina.
Sí, SIEMPRE PA’LANTE…
Gracias +++
Grandísimo Obispo,sí.
También me ha recordado muchas cosas el nombre del santo sacerdote don Román Pedreira Ancochea (1922-2007): » … me llamó Sor Carmen, hermana de D. Román Pedreira, sacerdote muy amigo del Sr. obispo …». En los primeros años 1990 confesaba en el oratorio del Caballero de Gracia en Madrid, donde le conocí («me llamo Román, no Ramón …»), y decía la misa tradicional («non una cum», según la noticia que a su muerte publicó la revista italiana Sodalitium) en su casa del Paseo de Extremadura. Descansen en paz ambos, obispo y sacerdote, en la gloria del cielo con que Dios les haya premiado y donde como amigos se habrán reencontrado.
Amigo Urbel, me uno al pequeño homenaje en memoria de Don Román Pedreira, sacerdote benemérito que conocí en el Oratorio del Caballero de Gracia. A el, y a otros sacerdotes santos que conocí de aquélla época, mi oración, mi gratitud, y mi recuerdo emocionado.
Muy jugosa anécdota: «…. entonces el Sr. Obispo sacó otro billete, de otro color, e hizo ademán de dárselo a la chica pero ella, educadamente, lo rechazó, él insistió diciendo: «Este señor que sale en éste papel (refiriéndose al billete), me cae muy mal, así que prefiero que lo tenga Vd», ella, con grandes risas, lo aceptó.»
Nada extraño que el señor del billete (el rey Juan Carlos, eran todavía tiempos de las pesetas) le cayera muy mal al obispo Guerra Campos. Hay que recordar que, como procurador en Cortes, en 1976 votó no a la Ley para la Reforma Política, y se mantuvo siempre fiel al espíritu de la Cruzada y al Estado católico hasta su demolición por el señor del billete.
Don José tenia un hermano médico,cosa que sé porque dos hijos del galeno compartieron conmigo internado en Guadalajara.
Si señor, gran médico y bellísima persona, en Puenteareas Pontevedra). José Luis, compañero mío, hasta que se fue a Guadalajara y Vicente, estuvieron en el Colegio de Hijos de Médicos en Guadalajara y hoy los dos son médicos en Vigo
Verdaderamente edificante, emotivo y conmovedor. Que buen premio ha tenido Don José en la eterna bienaventuranza, con toda seguridad.
Precioso testimonio, pero no es la primera vez que lo he leído. Me suena de haberlo leído hace ya unos cuantos años pero no logro recordar en dónde, si en blog, en artículo, en un libro.
Realmente hemos tenido obispos santos: García Lahiguera, Guerra Campos y D. Marcelo, etc., rodeado de enanos aplaudidos por el mundo y la política: Tarancón, Jubany, Cirarda, et aliis
muy, muy reconmendable su lectura. Para conocer mejor a este gran obispo y tambien a los que le acogieron: Sociedad Misionera de Cristo Rey, Unión Seglar de S. Antonio Maria Claret, Colegio Inmaculado Corazón de Maria. Todo en la Cataluña católica, cuna de tantos santos y de muchos católicos ejemplares que siguen en la brecha, por Dios y por España.
Rezaré a Dios, con la intercesión de la Virgen del Pilar, para que esas beneméritas instituciones sigan existiendo muchos años más, a salvo de los furores anticlericales que asolan otra vez el solar Patrio.
¡Dios quiera que algunos -muchos- españoles no vuelvan a las andadas!