Los religiosos hoy (I)

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Por estas fechas del año, también lo había hecho en años anteriores, pasado publiqué unos artículos señalando el estado de las órdenes y congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, con presencia en España. Tenemos ya los datos de un año después publicados en el Annuario Pontificio de 2015. Están referidos al 1 de enero de 2014. Como lo que dije hace un año lo sigo manteniendo hoy reproduciré lo entonces escrito con una coletilla final que incluye los nuevos números. Los religiosos eran un cuerpo numerosísimo al servicio de la Iglesia.  A la que dio santos sin número y gloriosísimos no pocos, misioneros, teólogos, directores de conciencia, educadores, predicadores, monumentos de caridad… Y universidades, asilos, hospitales, colegios…Lo más selecto, entregado, sabio, santo, estaba allí. El pueblo fiel los veneraba, el Papa y los obispos tenían en ellos absoluta disponibilidad para lo más difícil. Hasta que… Desde hace cincuenta años, maldita primavera posconciliar, emprendieron una acelerada carrera hacia el abismo. Mucho tiempo se disimuló. Eran un cuerpo vivo y numerosísimo en el que las deserciones, innúmeras, y la muerte, no manifestaban claramente la inmensa ruina a la que hoy se ha llegado. Ahora ya es imposible ocultarla. Estamos ante unas cifras críticas. Que todavía son más graves que el mero enunciado de las mismas. Porque el número total es todavía muy elevado. Lo verdaderamente preocupante es que está podrido. Con dos cánceres hoy ya terminales en no pocos. El de la secularización de los miembros, sin oración, ascesis, vida en común, pobreza, castidad, obediencia… Y el de la ancianidad. Han dejado de ser un cuerpo vivo, con renovación generacional, para convertirse en un club de jubilados solterones que contemplan al parecer indiferentes como mueren irremisiblemente sus órdenes y congregaciones. No saben atajar la gravísima enfermedad y lo peor es que no quieren reconocerla ni remediarla. Los superiores tendrían que haber sido echados a patadas hace ya mucho tiempo. Por inútiles, todos, y por malvados no pocos. Sin embargo han renovado sus cúpulas suicidas sin el menor intento de rectificación. Hoy ya, en algunos casos, imposible. ¿Qué joven va a entrar en un asilo de ancianos sin ilusiones ni futuro? Llevo años señalando, sin resultado alguno, salvo el odio que me profesan por poner de manifiesto lo que es pura evidencia, la meta segura a la que ya están tocando. Por muchos disimulos y mentiras que hayan querido propalar. «Somos menos pero mejores». Falsísino. Sois muchos menos y mucho peores. Sois una muerte anunciada. Y anunciada para muy pronto en no pocos. Jesuitas: La Compañía de Jesús fue el buque insignia de las órdenes religiosas. Donde todas se miraban y a la que todas envidiaban. Con sana envidia. Milicia al servicio incondicional del Papa, hasta con un cuarto voto, se la encontraba en los lugares de más dificultad, donde era necesaria más santidad, más entrega, más inteligencia… Era la orden más numerosa de la Iglesia, con 9.000 miembros más que los franciscanos y 13.000  que los salesianos en sus momentos cumbres. En 1965 llegó a haber 36.038 jesuitas. El año en el que concluía el Concilio Vaticano II. Después… La desbandada. A 1 de enero de 2012 quedaban ya sólo 17.676. Y un año después 17.287.  Hubo pues 399 jesuitas perdidos en un año. Hoy, año y medio después de la última cifra consignada en el Annuario Pontificio de 2014 que se cierra a 1 de enero del año anterior a estos efectos, podemos dar por seguro que han perdido ya el listón de los 17.000. Y a este paso, que parece irreversible, en un par de años serán menos de 16.000. Eso no se arregla con la renuncia anunciada del P. General. Por obligada que sea dada su incapacidad. A lo que tendrían que renunciar es a su actual modo de vida. Pero antes muertos que observantes. El conjunto de los mayores de 80 años aumenta en cada anualidad. Con el consiguiente incremento de defunciones. Esta maravillosa primavera eclesial les ha hecho perder más de la mitad de sus efectivos: el 52%. A 1 de enero de 2014 eran ya sólo 17.008. En el año perdieron 279 jesuitas. Con lo que la pérdida ha subido ya al 53%. Y en tres o cuatro años años habrán descendido de los 16.000. Salesianos: La congregación fundada por aquel gran santo que fue Don Bosco y que prestó extraordinarios servicios a la Iglesia en la educación de la juventud más necesitada, ha superado no hace mucho a los franciscanos y es hoy el segundo instituto masculino más numeroso. Su cifra más alta la alcanzaron en 1967 con 22.810 salesianos. Hoy, a 1 de enero de 2013, eran 15.536. Con una pérdida de 47 religiosos respecto del año anterior. Si conservan esta moderada línea decreciente en no muchos años superarán a los jesuitas convirtiéndose en la congregación más numerosa de la Iglesia. Se han dejado en la gatera 7.274 salesianos lo que supone una pérdida del 33% de sus efectivos. Por lo que vamos a ver, unos privilegiados. El peso de la edad también se va haciendo notar en las defunciones por lo que en el último año han descendido en 156. A 1 de enero de 2014 eran 15.378. Todavía siguen en un 33% de pérdida Franciscanos: Es la tercera orden más numerosa de la Iglesia después de haber perdido recientemente el segundo puesto . Llegaron a ser 27.136 en 1963 y a 1 de enero de 2013 quedaban 14.043, con pérdida de 80 respecto a la misma fecha del año anterior. Han perdido el 47% de los frailes. A día de hoy podemos dar por seguro que son ya menos de 14.000. Pues no nos equivocamos mucho pues a 1 de enero de 2014 eran 14.046 tres más que el año anterior. La pérdida se mantiene pues en el 47% de sus miembros. Benedictinos: Logran su máxima cifra en 1963 con 12.131 monjes. A 1 de enero de 2013 eran ya solamente 7.236 pero habían ganado sobre la misma fecha del año anterior 5 monjes. Se han quedado por el camino un 41% de los que han llegado a ser. Dios quiera que se consolide ese mínimo incremento y que vayan recuperándose aunque sea tan lentamente. Pues no se consolidó el incremento. A 1 de enero de 2014 eran 7.079, 157 menos que el año anterior. Con lo que la pérdida ha subido al 42% Capuchinos: Su cifra máxima fue de 15.849 frailes en 1963. A 1 de enero de 2013 quedaban 10.659 con una pérdida respecto del año anterior de 127 frailes. Han disminuido en un 33%. A 1 de enero de 2014 eran 10.229, con pérdida de 30 frailes. Con lo que se mantienen en un 33% de disminución Dominicos: En 1963 eran 10.150 quedando a 1 de enero de 2013, 6.058. Aunque son 111 frailes más de los que había un año antes. Si bien la situación de los dominicos españoles es pésima y llevan camino de desaparecer de la patria de su fundador, en algunas otras provincias se han hecho notables esfuerzos por restaurar la vida conventual y parece que comienzan a verse resultados. De todas maneras el hundimiento es muy notable y han perdido el 41% de frailes. Parece que se confirma la leve recuperación de la orden. Que curiosamente coincide con el restablecimiento de la vida conventual, del hábito… en algunos lugares. A 1 de enero de 2014 eran 6.135, 77 más que el año anterior. Y en porcentaje la pérdida se ha reducido en un punto. Ahora son el 60 por ciento de los que fueron por lo que han perdido el 40% de los frailes. Congregación de la Misión (Lazaristas): Alcanzaron su cifra más alta en 1969 con 6.284 religiosos. A 1 de enero de 2013 quedaban 3.347 con una pérdida de 344 respecto al año anterior. Han perdido el 47% de los que fueron y parece que sin enmienda. Pues algo de enmienda han tenido. A 1 de enero de 2014 eran 3.383, 36 más que el año anterior. Agustinos: Llegaron a ser 4.548 en 1967 y a 1 de marzo de 2013 apenas quedaban ya 2.818, aunque eran 8 más que en la misma fecha del año anterior. Perdieron un 39% de los frailes. Pues vuelven a descender. A 1 de enero de 2014 eran 2.785, 33 menos que el año anterior .Mantienen el 39% de pérdida de frailes.  

Comentarios
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  1. La deriva y degeneración postconcilio ha sido aniquiladora. Es la extinción. eliminación y acabose. Los progresaurios se mueren TODOs. Cada año hay más defunciones. El final se acerca para esta panda de mundanizados, descristianizados y hedonistas solterones, por no decir cosas mucho peores. Cada vez son peores y malísimos a más no poder.

  2. Parafraseando a los amigos de estos progresarios: «O conversión o muerte». Ya que no reconocen las causas de la crisis actual (o incluso no reconocen la misma crisis), pues que cierren. Y cuanto antes echen el cierre, mejor: menos daño harán a la Iglesia y menos confusión sembrarán en las almas.

  3. Lo veo a usted muy optimista, pues al calcular el futuro aplica una progresión aritmética, que no es válida, pues el envejecimiento de los frailes es cada vez mayor y, por lo tanto, las muertes serán muchas más cada año, esto es, la progresión será geométrica.No será 2, 4, 6, 8 sino 2, 4, 8, 16 y así sucesivamente.En los jesuitas los difuntos, por ejemplo, pasarán de 279 a más de 300; al año siguiente ya serán 400 y 600 al siguiente y, en 2022, tal vez más de mil muertos anuales.Esto se acaba.

  4. Y Matapelo con Chámamepe, en vestimenta acicalada veraniega apenas clericalizada moda italiana, insistiendo sobre la socialización de la religiosidad indefinida en la convención de institutos religiosos convocados a Roma y reunidos en unas instalaciones de los claretianos. Les queda ya poco hasta de signos externos en la deriva desacralizadora y laicizadora del pastoralismo que huele a oveja. Lasdeclaraciones de Rara Avis recogidas en un audio son toda una exposición de motivos del espiritualismo profano generalizado en lenguaje profuso y confuso. Les parece poca dispersión todavía.

  5. Algunos teníamos la esperanza que con el actual Papa, procedente de una orden religiosa, la cosa podría cambiar; pero creo que la sangría es inminente y a todas luces palpable. Claretianos en estado agónico, Redentoristas en fase terminal, Corazonistas idem de idem, y así un largo etcetera que nos llevará a la irremisible muerte de la vida religiosa. Las ordenes e institutos femeninos, aunque más numerosos, siguen en su mayoría por los mismos derroteros.

  6. «Pero tengo contra ti que has desistido de tu caridad primera, así que acuérdate de dónde has caído y arrepiéntete y haz las obras del comienzo. SI NO, VOY ALLÁ Y REMOVERÉ TU LÁMPARA, SI ES QUE NO TE ARREPIENTES».

    Estas son las palabras que, por boca del autor del Apocalipsis, el Señor le dirigió a la iglesia de Éfeso (Palabras que, por cierto, tendrían un cumplimiento brutal: hoy no sólo la iglesia de Éfeso hace siglos que no existe sino que tampoco existe ya la ciudad). Pero creo que son perfectamente aplicables a las órdenes religiosas. Estoy empezando a creer que el juicio divino está decretado sobre ellas: puesto que no se han arrepentido, el Señor ha decretado su desaparición.

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