| 16 marzo, 2015
http://añodelavidaconsagrada.confer.es/confer-menorca-celebra-el-ano-de-la-vida-consagrada/ Porque parece una despedida hasta el Valle de Josafat. Y luego hay quien se cabrea cuando digo que la vida religiosa se muere en España. Lo digo y lo retrato. Cada año que pase el grupo será todavía más reducido y más anciano. Ya ni las clarisas llevan toca. Porque supongo que serán clarisas.
La autodemolición de la Iglesia sincretista más cercana al budo-zen-nueva era- no hay infierno-todas las religiones salvan tiene la culpa de esta situación suicida. No consiguen una sola vocación y echan las culpas a la sociedad. No hacen autocritica, se creen maravillosos y solo critican y persiguen a los Franciscanos de la Inmaculada, a los tradicionalistas, a los que rezan
Pues yo veo un grupo de gente buena, sonriente, feliz.
Las dificultades de la vida religiosa hoy no provienen de los que se han consagrado y se mantienen fieles, sino del ambiente materialista e individualista que nos rodea.
No se quiere vivir en pobreza, castidad y obediencia, ni con hábito ni sin hábito. Como mucho, ser cura, que implica un cierto liderazgo y reconocimiento social, mantener un pie en el mundo.
¿Quiénes somos nosotros, que no nos hemos consagrado, para criticar a los consagrados porque son pocos?
Viví en Mahón (Menorca) siendo un niño, hace ya 30 años. Recuerdo lo difícil que era encontrar una Misa en castellano, que únicamente podíamos encontrar en la capilla de la residencia, los domingos a las 10 de la mañana. También recuerdo la reprimenda que me hizo un sacerdote cuando me confesé en castellano. Creo que era en la Iglesia de Santa María, en Mahón. Me pidió encarecidamente que la próxima vez que me fuera a confesar lo hiciera en catalán. En aquel momento, con apenas 9 años de edad, no dí importancia al hecho. Ahora veo las consecuencias que ha podido dar el virus nacionalista en la Iglesia Católica en Menorca.
celebran la extinción, el acabose, el SE FINI, THE FINAL; THE END. El domingo asistí en Madrid a una misa novus ordo celebrada por cura escolapio de 86 años y ayudado por vetusta monja deshabitada con otras 10 ancianas asistentes de 80 años de edad de media. Después a una misa tridentina dicha por un cura de 25 años y 100 fieles asistentes de media 28 años.
Hace 30 años, siendo yo un niño, mis padres nos llevaban a oír Misa a la iglesia de Santa María, en Mahón, donde se oficiaba exclusivamente en catalán. Otras veces lo hacíamos en la capilla de la residencia, que era de los pocos lugares donde, a las 10 de la mañana, se celebraba Misa en castellano. Recuerdo un día que, confesandome en la Iglesia de Santa María, antes citada, el sacerdote me reprendió que no hablara yo en catalán, y me pidió encarecidamente que la próxima vez me confesara en esa lengua. No he olvidado nunca la anécdota, y leyendo el artículo de La Cigoña, pienso que la iglesia en Menorca ha podido ser agente y víctima del nacionalismo.
Lo que escriben los comentaristas de siempre responde al perfil de línea media aburguesado que no va a las causas. Señores, os falta la caridad y no quereis ver que el problema no está en esta pobre gente, que se ha limitado a obedecer y a perseverar en su vocación de la mejor manera que han podido. Padre Canali, usted está pecando más que nadie porque bien sabe lo que pasó, porqué pasó y cual fue la reacción. Claro que en la primera línea de combate hace frío y hacen falta agallas, pero lo que no tienen perdón de Dios es su pusilanimidad en aras a montarse en el carro de la oficialidad.
Estos demoledores de la Iglesia encima salen en la foto sonriendo, orgullosos de su esterilidad y vacío espiritual. Y el obispo dándoles una palmadita en la espalda: «Bien hecho, demoledores».
Espectáculo deprimente, deplorable y kafkiano. No pongo ningún enlace, para contraponer la réplica positiva, pues Infovaticana lo borraría sin más.
¿Qué edad media tiene esta gente? ¿70 años? ¿75? En diez años no quedará nadie.
¿Cuántos conventos en toda España están igual? Sería interesante tener los datos de esa edad media para saber cuánto tiempo queda para tocar fondo. Y después a remontar cuando este mala hierba haya desaparecido.
Adiós: la fiesta terminó.
Hasta las Clarisas de Menorca están desabitadas. Lamentable. Menorca en caida libre y sin frenos.