Los obispos españoles en Ávila

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Me parece muy bien que la Conferencia Episcopal haya cerrado su plenaria en Ávila con motivo del centenario de Santa Teresa. El obispo de aquella ciudad, Don Jesús García Burillo, está viviendo unos días gloriosos que me alegran muchísimo pues bien merecidos los tiene. Me parece uno de los mejores obispos de España y ha sido el premio gordo de la lotería para una diócesis que desde Don Santos Moro no había sido afortunada en el sorteo. O malos de solemnidad o, el que no lo era, a punto de arruinar el obispado. Dos de ellos, uno de los pésimos y el de los sueños carísimos, estarán en la fotografía. El último muy localizable. El otro tal vez no haya acudido a diócesis que guarda tan mal recuerdo de él. O sí. Yo no lo he identificado. Pongo la fotografía por tres motivos. El primero, para mí, como homenaje al excelente obispo de Ávila que se merece todo y más. Tiene el mejor premio de su pontificado en el amor de sus hijos. Que se lo demuestran cada vez que sale a la calle. Y es un obispo que sale a la calle. Don Jesús, Don Jesús, Don Jesús… Y él se para con todos, sonríe a todos y parece conocer a todos. Por donde pasa, y pasa mucho, va dejando tras él, el buen olor de Cristo. Yo, hablando de Don Jesús pienso, guardando todas las distancias, infinitas si se quiere, en el nunquam satis. Porque es de esas personas con las que uno cree que siempre se queda corto. Tampoco voy a decir que Cristo pensaba en él cuando proclamó las Bienaventuranzas pero no pocas en él se cumplen o no es arriesgado pensar que se cumplirán. El posee su diócesis, la tierra que Cristo le encomendó, sin la menor duda. Ávila es suya, le quiere, por ser manso en plenitud de mansedumbre. Verá a Dios porque su corazón es limpio. Bien podemos llamarle hijo de Dios por ser plenamente pacífico y transmisor de paz. No sé si ha llorado, al encontrarse con una diócesis en liquidación, al no conseguir todas las vocaciones que quisiera, al constatar la necesidad, material y espiritual de tantos de sus hijos, ante la decepción de que el Papa no viniera al centenario de «su» Teresa, porque este aragonés lleva en el corazón, y de lo que hay en él habla la boca, a la Santa. De él será el reino de los cielos porque su espíritu es totalmente pobre en el sentido de que nada quiere para él, todos sus trabajos son para Dios y la Iglesia de Dios. Y alcanzará misericordia porque es misericordia andante, misericordia sencilla, sin alharacas, sonriente, mansa, humilde. Pido a Dios que le libre de padecer persecución porque el reino de los cielos ya lo tiene bien ganado. Pero si llegara, estoy también seguro de que la recibiría como es él, mansamente, humildemente y hasta convirtiendo a sus perseguidores por su respuesta limpia y sonriente. Piensan algunos que mi hobby es hablar mal de los obispos. Están muy equivocados. Lo que de verdad me gusta es hablar bien. Pero tienen que darme motivos. Como Don Jesús García Burillo. Y unos cuantos más. Y creo que lo hago. El segundo motivo es dar cuenta de un acto importante de nuestra Conferencia Episcopal en Ávila. En el quinientos centenario de Teresa de Jesús. Creo recordar que no hace mucho también se trasladó la Plenaria a  Montilla en homenaje a otro gran santo de nuestra Iglesia, San Juan de Ávila. En la jurisdicción de otro gran obispo de España. Tan distintos en la apariencia y tan iguales en el propósito. Uno es fuerte como el trueno, incluso en la apariencia física, el otro suave como la brisa que casi ni se hace notar pero vaya si se nota. Trueno y brisa son ambos la voz de Dios. Se conjuntan perfectamente. No son dos Iglesias distintas sino una misma que canta con distintas voces la alabanza de Dios. Benditas las diócesis que como Ávila y Córdoba tienen unos obispos así. Y bendito sea Dios por darnos esos obispos. El tercero es ya un motivo lúdico e intrascendente. Un divertimento. Intenten los lectores identificar a los obispos de la fotografía. Quien sólo reconozca a cinco no tiene ni idea de la Iglesia española. Con diez, un simple aprobado. Si alguien identificara a todos, matrícula de honor. Yo creo que merezco un notable no muy alto. A unos cuantos no soy capaz de ponerles nombre. Entiendo la presencia, con su hábito, de dos carmelitas. ¿Alguien sabe quién es el de la corbata? Aracil rompe la chaqueta. Amigo, ya lo he dicho recientemente, ha vuelto a recuperar su magnífico aspecto. Dos acudieron a Ávila con miedo al frío y con abrigo. Uno es el obispo de mi diócesis natal y el otro ¿Palmero? Cañizares rehuyó la primera fila. A Rouco, que estuvo en Ávila y en la Plenaria en Madrid, no le encuentro. ¿Uno con gafas de sol muy atrás? Si fuera ese, para que sigan hablando de sus afanes de protagonismo. La fotografía, aunque grande, no me permite identificar a unos cuantos. Pues diviértase el que quiera en poner nombres. Que también es bueno entretenerse en cosas que no hacen daño. La página de la Conferencia Episcopal muestra un amplio reportaje fotográfico de la reunión abulense. Yo os señalaría las fotos de dos parejas episcopales, ambas en animada conversación. Rouco, prueba de que estuvo en Ávila, y Cañizares. Y Osoro y Blázquez.  No vamos a buscarle tres pies al gato. Que no los tiene. ¿O sí? https://www.flickr.com/photos/50702712@N05/ Y a Don Julián Barrio no le recomendaría salir en las fotografías al lado de Don Carlos Amigo. Deje eso para Don Jesús Sanz Montes, Don Manuel Sánchez Monge, Don José Ángel Saiz Meneses, Don Braulio Rodríguez  o el nuevo obispo de Barbastro-Monzón.

Comentarios
0 comentarios en “Los obispos españoles en Ávila
  1. ¡Ay de mí! Sólo he conseguido identificar y después de leer los comentarios, a seis o siete.

    Respecto a D. Jesús dos cosas que cuento de primera mano.

    No conseguí enterarme cuando dicen Misa en la catedral, tal vez el obispo la diga en otro sitio.

    Una cosa que me gustó fue que presidiera la procesión del Santo Entierro, como si fuera el párroco, con la capa pluvial. Mi obispo preside pero en la zona de autoridades.

  2. No ha habido nota sobre lo tratado y acordado en la asamblea de los obispos.

    Gil Tamayo en brevísima rueda de prensa anuncia que el próximo lunes, junto a Omella, darán a conocer el contenido de un documento aprobado por la Conferencia Episcopal Española sobre la situación social en España.

  3. Los dos carmelitas son:

    – en el centro de la foto y en medio de la puerta, con quien parece estar conversando el alcalde de Ávila, fr. David Jiménez, OCD, prior de los Carmelitas Descalzos de Ávila

    – a la derecha, con pelo blanco y algo más obeso, fr. Emilio J. Martínez, OCD, Vicario General de la Orden y responsable de la Secretaría para el V Centenario.

  4. A mí no sólo me han hablado bien de Monseñor Pérez Pueyo. Una vez que el Papa Francisco le comunicó su nombramiento, recibí un correo pidiendo oraciones por él. Yo, que ni siquiera pertenezco a su diocesis y que soy una católica sin ningún tipo más de cargo que añadir. Hay obispos que ya no están en comunión con Dios cuando

    juegan con la dignidad de un ser humano. Mano dura con los sinvergüenzas que hay dentro-en colaboración con los de fuera-.Mano dura y que jamás tiemble el pulso a la hora de apartar el mal de dentro de la Iglesia-y del clero-. Y ya qque admiran tanto a Santa Teresa- a la que a muchos le sería muy incómoda tenerla en su diocesis-, traten a las mujeres -tienen madres?- con respeto.No todas somos floreros ni ratas de sacristía.

  5. Monseñor García Burillo, cuando muera, dejará tal fama de santo que se abrirá pronto proceso de beatificación.Es un bendito, como lo es, por lo que sé, monseñor Casanova, de Vich.Que Dios no los deje de su mano, porque son dos prelados angelicales.

  6. Adolfo González Montes, antiguo obispo de Ávila y ahora de Almería, está a la izquierda de Catalá -nuestra derecha-, obispo de Málaga, que lo fue auxiliar de Valencia, luego de Alcalá Henares. Otro que fue obispo de Ávila fue Cañizares, que luego fue arzobispo de Granada, luego de Toledo, donde fue creado cardenal, después Prefecto del Culto Divino y disciplina de los Sacramentos y después arzobispo humilde valentino. Creo que si para algunos fue «Roma veduta, fede perduta», para Cañi -perdón, ¿en qué estaría yo pensando?- para Su Eminencia Cardenal S.R.I. Cañizares- los palacios romanos fueron motivo de gran conversión.
    He logrado reconocer al 80-85% de Sus Reverendísimas. Pero echo en falta a mi obispo, López de Andújar, que se está desinflando. El, que con tanta ilusión prepara la Gran Misión Diocesana… Ahora, bien, no sé yo quiénes van a ser los misioneros.
    Por cierto, que desde el pasillo de la cuarta planta del Hospital Severo Ochoa se ve a tiro de piedra el Cerro de los Ángeles, en concreto el Monumento Nacional del Sagrado Corazón de Jesús.

  7. Lo más raro de la foto, perdonadme, es que Julián Barrio sale dos veces!! O tiene un gemelo en el epsicopado… A ver si vosotros también lo veis!

  8. Monseñor Angel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzon.Alli donde ha estado ha dejado huellas de ser » un hombre de Dios». Otros, dejan cicatrices. Pronto se han olvidado de lo que les dijo no hace mucho el papa Francisco en su viaje ad limina. A las ovejas, por favor, tratenlas con caridad.Utilicen el báculo para ser dignos sucesores de los Apostoles y no para dar «golpes» morales a los feligreses.

  9. Don Franisco:

    De los cinco obispos de Ávila posteriores a don Santos Moro murieron los dos primeros: don Maximino Romero y don Felipe Fernández. El quinto es obviamente don Jesús García Brillo. Quedan dos, que no pueden ser sino los aludidos al final de su primer párrafo. Dice que uno es fácilmente identificable pero no logra identificar all otro. Yo juraría que ambos están tras el nuncio. Inmediatamente detrás de Mons. Fratini, el fácilmente identificable. y tras él, creo yo, entre Málaga y uno de los carmelitas, el restante.

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