Como he dicho sigo la calificación de la revista Golias, de progresismo radical, sólo que al revés. Los pésimos para ella son los excelentes y los extraordinarios, pésimos. A cada obispo les adjudica mitras u orejas de burro. Los de dos orejas de burro serán los que consideremos magníficos, con una sola, muy buenos y los que llevan una mitra, simplemente aceptables. A los de dos mitras les tendremos por ni fu ni fa, a los de tres por malos, con cuatro, muy malos y con cinco, horrorosos. El capítulo de obispos excelentes es desgraciadamente muy reducido. Hay apenas cuatro que merecen la total descalificación de Golias. A cada obispo, en todos los capítulos, le señalaremos el año en que nacieron. Por él sabremos, más o menos, lo que les queda de pontificado. Los cuatro magníficos son: Rey, obispo de Fréjus-Toulon, 1952 Castet, obispo de Luçon, 1950 Cattenoz, obispo de Avignon, 1945 Aillet, obispo de Bayona, 1957
Los obispos de Francia (I): Los excelentes
| 21 marzo, 2015
Dominiqe rey es un hombre llenisimo de Dios un hombre con un profundo celo apostolico , de profunda devoción a la eucaristía y amor a los pobres y excluidos. Ha abierto un seminario de la renovación carismática católica y eso para mi que lo soy es una alegría. Nosotros no tenemos seminarios pero el ha querido uno. Que el Espíritu Santo lo guie y lo bendiga por que el demonio seguro tienta.
Esta lista es normal. Curiosamente los obispos que más apoyan la Santa Misa Tradicional y que se encuentran en las diócesis bastiones más tradicionalistas de Francia.
Normal que Golias les odie y normal que sean los magníficos.
Con perdón de los olvidados en esta lista, me atrevo a señalar, en versión ibérica los siguientes:
1) REIG PLA. Su magisterio es claro, inequívoco, iluminador, oportuno y necesario para la fe católica, aunque criticado por quienes todos sabemos.
2) Monseñor Demetrio Fernandez: Claridad profética en el caso pagola.
3) Javier Martínez: Por su sabia decisión de llevarse el seminario lejos de los jesuitas de Granada.
4) Jose Ignacio Munilla: Por la firmeza y acierto en el gobierno de su Diócesis-
Aillet, el mejor obispo con el que contamos los vascos, con permiso de Munilla.