«La Iglesia no está en el mundo para condenar». Esa obviedad, que todos conocemos, y el Papa naturalmente también, es hoy titular en algunos medios: http://www.larazon.es/religion/la-iglesia-no-esta-en-el-mundo-para-condenar-KD11654860#.Ttt158K0uNSscLX La Iglesia está en el mundo para adorar a Dios y llevar las almas al cielo. Y además hace otras cosas. No pocas veces se utilizan palabras del Papa para presentarle como un Pontífice rompedor y de lo más guay. Sin nada que ver con las calamidades que fueron sus predecesores. Afortunadamente enviados al baúl de los recuerdos por Francisco que frente a la Iglesia hirsuta y cotrosa del pasado nos ofrece una nueva que no tiene nada que ver con aquella. Si eso fuera cierto, que no lo es, y no niego que a veces el Papa pueda decir o hacer cosas que resulten equívocas o poco pensadas, y si fueran pensadas, mal pensadas, no es perfecto, no sería Papa sino un usurpador de tan altísimo cargo. Pero no debemos juzgar al Papa por lo que resaltan los periodistas siempre en búsqueda de un titular llamativo y no pocas veces desde una ignorancia supina de lo que es la Iglesia. No he leído el libro en el que el Papa dice esa frase, o dice que la dijo, y lo más probable es que no lo lea nunca. Como tampoco leo la mayoría de su sus homilías, alocuciones, ocurrencias, gracias más o menos graciosas, etc. Expreso mi opinión sobre noticias que me llegan y no escribo tesis dictorales sino comentarios a las mismas. Acertados o desafortunados. Por eso tiene muy poco sentido que me ponga a averiguar si un titular responde exactamente de lo ocurrido, si se ha sacado de contexto o si es simplemente falso. Quien se sienta falseado en la expresión de su pensamiento pues que vaya con su reclamación al maestro armero. En este caso La Razón. Mis opiniones tienen siempre un valor condicional. Si digo que una persona me parece un indeseable por presentarle la prensa como un pederasta sólo tiene valor si es un pederasta. Si la prensa le calumnió y es inocente evidentemente no le considero indeseable. Y si me entero de esa inocencia soy el primero en dar la noticia con muchísimo gusto. Claro que la Iglesia no está en el mundo para condenar. Ni el cirujano para amputar piernas. Éste tiene como objetivo salvar la vida del enfermo y si para ello tiene que amputar, amputa. Pero no es la amputación la finalidad del cirujano. Si la Iglesia en la adoración a Dios y en la tarea de la salvación de las almas considera que debe condenar algo, lo hará, Aunque no es esa su razón de ser. Creo que na vez más se ha instrumentalizado al Papa en servicio de intereses bastardos. Como lo sería el intento de denigrar a la Iglesia cuando condena algo. Haciéndola aparecer como la madrastra de Blancanieves. Sería maravilloso que no hubiera condenas pero sólo en el caso de que no hubiera que condenar. Y el mismo Papa condena. A los Franciscanos y Franciscanas de la Inmaculada a ser intervenidos, a los obispos que destituye, a los clérigos que expulsa del estado sacerdotal, tal vez o muy probablemente a los procesados en el Vatileak II… ¿Vamos a decir por ello que el Papa no está en el mundo para condenar? Cosa que es ciertísima, está para gobernar la Iglesia. Y si en ese gobierno toca una condena pues ha tocado.
Los Mediterráneos que descubre el Papa Francisco
| 13 enero, 2016
Comentarios