por La Cigüeña de la Torre | 01 diciembre, 2014
La Orden jerónima, tan española, tiene hoy un único monasterio: El Parral. Guadalupe, los Jerónimos de Lisboa, El Escorial… son sólo recuerdo histórico. El Annuario Pontificio de 2014 da cuenta de que a 1 de enero de 2013 eran ya sólo 12 monjes. Ayer falleció, con 92 años, Fray Julián de Madrid. Es posible que en los casi dos años transcurridos desde enero de 2013 haya fallecido alguno más. Y en estos días de sequía vocacional no es probable que hayan tenido alguna vocación. De los que quedan, uno padece demencia senil y hay otro que se aproxima a ella. Negrísimo es su futuro.
Buscando por las redes sociales he encontrado esto sobre los Jerónimos, con abundantes fotografías
https://www.facebook.com/pages/Fray-Antonio-de-Lugo-y-los-Monjes-Jer%C3%B3nimos/570596269662555?ref=hl
Pues quedan diez. Y menos fray Mauro, que es bastante joven, ha cuidado con exquisita abnegación a fray Julián, recientemente fallecido, y fray Alfonso de 64, los demás incluído don Andrés, que andará por los 70, a partir de ahí y muy arriba además. La edad no es impedimento para llevar una vida monástica agradable a Dios, desde luego, pero tristemente la españolísima Orden de San Jerónimo, lleva camino de acabarse.
Ya que hay varios conocedores, aunque encontrados, de El Parral, ¿alguno podría decirnos cuantos monjes quedan y de qué edades?
Parece inevitable la próxima extinción de la rama masculina. nos quedarán las monjas admirables y esperar tiempos mejores.
Siento que haya salido doble. Es que no me aclaraba bien con publicar el comentario.
Perdón.
Lo que ocurrió con la fundación del pueblo de Teruel fue lo siguiente:
El que era prior hasta ese momento y los juniores, solicitan y reciben todos los permisos para una fundación nueva.
Al Parral había llegado un sacerdote secular, que como no ascendía según le hubiera gustado en sus pretensiones, se mete a monje a ver si lo hacen pronto prior. Le dan la profesión solemne saltándose los tiempos establecidos, pero ay!
se encuentra que hay uno, más joven que él….uffff, nombrado y apreciado por aquella comunidad, mayores en su inmensa mayoría.
Se dedica a hacerles la vida imposible, al prior, y a los jóvenes que le seguían. Se cuenta que llegaron a las manos….presuntamente, claro.
Decidieron fundar en otro sitio y para ello solicitaron y se les dieron todos los permisos, de la comunidad y del general (el obispo de Segovia) para ir, y del ordinario del nuevo sitio, claro. Les ayudan, les dejan dinero, les compran una furgoneta. Y a los tres meses, cuando solicitan el permiso para la profesión solemne de los juniores, permiso que necesitaban porque la nueva comunidad aún no tenía constituido capítulo y debían solicitarlo al Parral, se la deniegan, echándolos de la orden, sin más opción. El único que podía volver era el prior, porque estaba en su derecho y para echarlo había que hacer un proceso canónico pero evidentemente ante esta tropelía no consintió.
El nuevo al poco se nombró prior de los monasterios que quedaban, Yuste y El Parral, provocando incluso la salida de monjes de allí de más de treinta años de vida religiosa y muy queridos por la Orden. Y después achacándolo a no sé que dificultades sobre las visitas turísticas para la vida monástica, (al poco llegaron un monjes polacos que se ve que no les afecta tanto), cierra Yuste.
Y ya solo quedar apagar la vela. Pero aquí hay responsables, que si no se les piden cuentas en la tierra será en el cielo.
En un periódico del año 2004, leo lo siguiente:
“Los monjes Jerónimos se han convertido en la primera orden masculina de vida contemplativa que se ha instalado en Teruel, en concreto en el convento de San Valentín de Báguena, donde durante 400 años han permanecido las Clarisas. Los tres monjes Jerónimos, Fray Javier Álvarez (45 años), Fray Ricardo Antequera (29) y Fray Jaime Luis Pedriza (26), atenderán una hospedería mixta monástica, harán repostería y pintarán iconos de estilo bizantino para poder mantenerse. Los dos monjes más jóvenes realizarán la profesión solemne en el primer semestre del año que viene. Antes, estos tres monjes estaban en el monasterio de Santa María del Parral (Segovia)”.
Unos tres meses después aparece la siguiente noticia en el mismo periódico:
“Los tres monjes de la Orden de San Jerónimo que residían en la localidad turolense de Báguena abandonaron ayer el convento de San Valentín. Estos tres monjes residían en este convento desde hacía tres meses. La Orden ha pedido a los tres monjes que abandonen el convento, a pesar de la oposición de los vecinos del pueblo a que se vayan de la localidad, ya que, según el alcalde, «estaban muy integrados con la gente de la localidad”. El edificio será asumido formalmente por el Obispado de Teruel y Albarracín y quedará cerrado”.
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La noticia es de 2004. ¿Alguien sabe algo de esto? La juventud de los monjes Jerónimos que dice la noticia es llamativa, ya que en el Parral de Segovia no hay nadie de esas edades, lo que hace suponer que estos tres monjes jóvenes dejaron la Orden cuando les mandaron por obediencia volver a el Parral. ¿Pero cómo es que tuvieron permiso para estar en Báguena con un proyecto de fundación de nuevo monasterio, y a los tres meses se les requiere que regresen? ¿Por qué estos tres jóvenes se fueron del Parral a Báguena cuando en el Parral se necesitaban monjes debido a la edad avanzada de la comunidad del Parral? No sé, todo esto me parece extraño… y me sugiere que estos tres, que ya no son monjes Jerónimos, querían una vida monástica diferente a la del Parral, quizá con un nuevo impulso y nuevas ideas para revitalizar la Orden que se extingue… lo que deja claro es que vocaciones a la Orden las hay, pero parece que terminan aplastándolas con la política de gobierno de la casa central del Parral, ahora la única casa jerónima masculina que queda. ¿Alguien sabe de qué iba todo esto?
Monachus: los jerónimos han llegado a un punto en que sí hacen daño: !Cuántos hombres y jóvenes han entrado estos últimos años y han tenido que salir por el mal estado de la comunidad! Entre los que han salido un jesuita de relieve, el p. Orta, nada menos que director nacional del Apostolado de la Oración. La vuelta a los jesuitas fue tan penosa que hoy está incardinado en Sevilla. Entonces, sí hacen daño… Y ninguna autoridad eclesiástica hace nada por impedirlo… se ve que los pastores solo actúan cuando los problemas les salpican en la cara. !Penoso!
Vaya latazo de publicidad.
Fue en el Monasterio de Yuste que me encontré con el Señor, hace muchos años, aquella experiencia cambió mi vida, hasta hoy. Sólo tengo agradecimiento por estas personas que me acogieron y ayudarón. Dios les bendiga.
Es una pena lo de esta Orden. Cuando quitaron de en medio al Padre Fray Antonio de Lugo, no por el hecho de quitar a una persona, si no por cambiar el rumbo de los jerónimos, entraron en una grave crisis, de la que no salen. Han ido cerrando casas. De los primeros años solo perseveraron el Propio Padre Antonio de Lugo, y los hermanos Fray Marciano y Fray Julián. Todos fallecidos.
Bueno, también vive, aunque con sus facultades mermadas, el artífice de esa nefasta reforma, Fray Ignacio.
Nada queda.
¿Esta orden no la resucitó Franco? ¿O estoy mal informado?
Querido Pacopepe, intento poner un comentario y nada. A ver si nos dejan en paz en este nido. Cada página que abro salta un vídeo que comienza con una publicidad. Alguien sabe como quitar tanto bullicio? Gracias
Querido Pacopepe, aquí un viejo amigo que te sigue por tus nidos. Este nido es un poco bullicioso. Cada página que abro me sale un vídeo con publicidades y otros rollos, que encima no puedes cortarlo inmediatamente. Será demasiado pedir que dejen el nido en paz?
Resulta triste como católico la desaparición de esta Orden y de cualquier otra de las llamadas «con solera». Creo en la Divina Providencia y lo que es de Dios acaba perdurando. Eso sí,tal como marca S.Benito de Nursia,»ora et labora»…
Y hablando de recuerdos históricos jerónimos, recordamos al monasterio de Espeja, en la diócesis de Osma, uno de los más importantes de la orden. De él no queda más que un paredón y algunos restos artísticos (de singular importancia los cantorales que se conservan en la catedral de El Burgo de Osma).
Monachus: Está equivocado. Me gustaría que fueran muchos y buenos. Son pocos, en este caso poquísimos, y malos. Y yo no tengo que desear que se extingan, eso lo consiguen solos.
Bienvenido, amigo y maestro!
Sí, ya sabemos por otros artículos que te gusta darles caña. Son mayores y hacen lo que pueden. Orar y orar es lo que hay que hacer, y no escribir y desear males para ellos. Aún recuerdo cuando en un artículo hace tiempo deseabas que se extinguieran.