6 comentarios en “Los doce cardenales más papables según ReL”
Tiempo de quinielas; lo que hace estar aburridos. Saldrá lo que tenga que salir. Ahora bien, no metan en esto al Espíritu Santo que si influye lo será muy de lejos. De adjudicarle al E.S. cada designación tendríamos que taparnos la nariz ( y de paso las entendederas) con alguna designación impresentable de todas todas, a lo largo de la historia. Mejor que lo dejemos en paz. Esto es cosa humana, demasiado humana, que diría el otro. Porque si es cosa del Espíritu, ¿por qué Francisco se ha asegurado el 80% del aforo cardenalicio para el siguiente nombramiento? ¿Para ponerle palos en la rueda al Espíritu? o ¿por escasa confianza o mucha presuntuosidad?
Sería de agradecer que en lugar de hacer listas de posibles, que siempre van a fallar, se hiciera una lista de los electores poniendo al lado algún comentario sobre su persona, para que cuando salga elegido uno sepamos a qué atenernos.
Gracias a Dios, el próximo Papa, como todos por otra parte, no será elegido conforme a nuestras filias y fobias y tampoco responderá a las predicciones de tanto experto y tanto tertuliano como están sobreabundando estos días.
No, no lo elige el Espíritu Santo, sólo inspira y alienta a los electores que elegirán al Papa que, a su juicio, no al nuestro, necesite ahora la Iglesia.
Y que nos guste más o menos, no le importa a nadie. Nunca ha llovido a gusto de todos.
Y a mi juicio, convertir la elección del Papa en una contienda con tintes políticos (este es de izquierdas, el otro de derechas y el de más allá mediopensionista), es otro error.
Cada Papa ha derivado pastoralmente por donde les ha parecido pero que yo sepa, hasta ahora, ninguno se ha cargado ningún dogma.
Algunos de los de la lista son de película de terror. El polaco tiene menos neuronas que un aguacate. Al italiano de Jerusalen lo tendríamos no de Santo Padre sino de Padre Eterno (¿alguien quiere un pontificado de veinticinco años?). Omella es un horror. No habrá papa hispano; olviden a Sturla; demasiado joven y descendiente de italianos, es decir, una ruleta rusa (¿No decían: «Cualquiera menos un jesuita, cualquiera menos un hispano»? ¿Un hispano y salesiano no es demasiado?). Cuando se sepa la elección, les pondré el texto con lo que predije hace años (lo tengo guardado); así podrán ponerme verde si fallo o piropearme si acierto.
Tiempo de quinielas; lo que hace estar aburridos. Saldrá lo que tenga que salir. Ahora bien, no metan en esto al Espíritu Santo que si influye lo será muy de lejos. De adjudicarle al E.S. cada designación tendríamos que taparnos la nariz ( y de paso las entendederas) con alguna designación impresentable de todas todas, a lo largo de la historia. Mejor que lo dejemos en paz. Esto es cosa humana, demasiado humana, que diría el otro. Porque si es cosa del Espíritu, ¿por qué Francisco se ha asegurado el 80% del aforo cardenalicio para el siguiente nombramiento? ¿Para ponerle palos en la rueda al Espíritu? o ¿por escasa confianza o mucha presuntuosidad?
Sería de agradecer que en lugar de hacer listas de posibles, que siempre van a fallar, se hiciera una lista de los electores poniendo al lado algún comentario sobre su persona, para que cuando salga elegido uno sepamos a qué atenernos.
Como salga Omella, podemos temblar.
Gracias a Dios, el próximo Papa, como todos por otra parte, no será elegido conforme a nuestras filias y fobias y tampoco responderá a las predicciones de tanto experto y tanto tertuliano como están sobreabundando estos días.
No, no lo elige el Espíritu Santo, sólo inspira y alienta a los electores que elegirán al Papa que, a su juicio, no al nuestro, necesite ahora la Iglesia.
Y que nos guste más o menos, no le importa a nadie. Nunca ha llovido a gusto de todos.
Y a mi juicio, convertir la elección del Papa en una contienda con tintes políticos (este es de izquierdas, el otro de derechas y el de más allá mediopensionista), es otro error.
Cada Papa ha derivado pastoralmente por donde les ha parecido pero que yo sepa, hasta ahora, ninguno se ha cargado ningún dogma.
¿Y Osoro el Sabio, quien cuando estaba en la cresta de la ola se postulaba como el sucesor nato del hasta ahora pontífice?
Algunos de los de la lista son de película de terror. El polaco tiene menos neuronas que un aguacate. Al italiano de Jerusalen lo tendríamos no de Santo Padre sino de Padre Eterno (¿alguien quiere un pontificado de veinticinco años?). Omella es un horror. No habrá papa hispano; olviden a Sturla; demasiado joven y descendiente de italianos, es decir, una ruleta rusa (¿No decían: «Cualquiera menos un jesuita, cualquiera menos un hispano»? ¿Un hispano y salesiano no es demasiado?). Cuando se sepa la elección, les pondré el texto con lo que predije hace años (lo tengo guardado); así podrán ponerme verde si fallo o piropearme si acierto.