Me pregunto. No he estado en ninguno de los encuentros del Papa con unos y otros. El de los kikos creo que respondía a los cincuenta años de su existencia y el de los focolares ni idea. Seguramente me habría podido enterar del motivo pero es que me interesa ta poco que ni me tomé la molestia.
Juzgo pues por fotografías de asistencia. En el de los kikos se dice que ciento cincuenta mil. Y lo parecían más o menos. En el de los focolares un grupito numeroso. Escasos miles. Notabilísima diferencia.
Claro que no es lo mismo una final de Champions que un entrenamiento a puerta semicerrada pero cuando las fotografías se publican en días casi sucesivos pues resulta inevitable preguntarse por la diferencia. Que ya anticipo que no sé responder. El personaje central es el mismo: el Papa. ¿Los kikos le tienen enorme simpatía y acuden para estar con él desde todo el mundo mientras que la de los focolares es más escasa y contenida? ¿Hay muchísimos más kikos que focolares? ¿Son mucho más expertos los dirigentes de los primeros movilizando sus masas que los segundos?¿Y más comprometidas las masas kikas que las focolares?
Porque la diferencia es muy notable. Igual algún lector sabe el por qué.
La fotografía es de la reunioncita del Papa con los focolares.
Lo siento sr. Barba, pero la Iglesia no necesita que venga ningún «movimientito» con pretensiones de refundación del cristianismo a «aportarle» nada. Se basta y se sobra ella sola. El Señor no fundó la Confederación Mundial de Ocurrencias Variadas de Inspiración Vagamente Cristiana, sino la Santa Iglesia Católica y Apostólica. Si Ud. no lo entiende, y para Ud. el criterio de lo que «aporta» o «no aporta» en el plano espiritual se basa en la cantidad de paisanos que consigue uno convocar para hacer barullo y tocar la pandereta, pues allá Ud.
Pues de eso hablo, Juan Manuel y Canali, de desobediencia. ¿O no saben que los neocatecumenales siguen sin obedecer a la Iglesia en la celebración de la Eucaristía y en otras cosas? Pues infórmense.
Muy bien por canali, así se habla en católico.
Hay diferencias entre kikos y focolares, es verdad. Porque hay diversidad de carismas. Y, salvo que esté de por medio la heterodoxia o la desobediencia, son respetables unos y otros y pueden aportar mucho bien a la Iglesia, más del que aportan los lauros y los pinchos.
GAUDIUM VESTRUM NEMO TOLLET A VOBIS
Nadie arrebatará vuestro gozo
Fray Philip Nolan OP
11 de Mayo de 2018
El gozo no es el objetivo principal de la vida cristiana; más bien es uno de los resultados o «frutos» de la misma. Debido a que no podemos fingir la verdadera alegría, la vida cristiana no consiste en una sonrisa forzada con la subsiguiente la perogrullada de que «todo va bien.»
Esta alegría ficticia o forzada finalmente nos decepcionará. La verdadera alegría debe coexistir de alguna manera con las circunstancias reales de nuestra vida.
Cuando Jesús predica a Sus discípulos antes de Su Pasión, en el Sermón Sacerdotal, les dice: «Vosotros también estáis angustiados.» “Pero os veré de nuevo y vuestro corazón se regocijará, y nadie os arrebatará vuestro gozo. » (Juan 16:22).
Notemos un par de cosas: Primero: Sus discípulos están angustiados. ¿Acaso no lo estamos nosotros? Esto siempre formará parte de nuestra condición en este mundo.
Al aludir a Su resurrección, Jesús promete que los corazones de sus discípulos se regocijarán cuando los vea nuevamente. Ahora vivimos ambos misterios: La Pasión y la Resurrección. Estamos angustiados y sin embargo nos regocijamos.
Segundo: La alegría que Cristo promete es tal, que nadie puede arrebatárnosla. Esto no es un estímulo para ahondar en nuestra condición herida por la miseria. No debemos comprender posesivamente al Señor resucitado. Jesús le dice a María Magdalena en el jardín: «Noli me tangere (no me toques).» (Jn 20,17). No somos dueños de nuestra alegría. Los discípulos se regocijarán, dice Jesús, cuando los vea nuevamente. Nos regocijamos porque Él nos ve, y como respuesta cantamos en las Vísperas durante el tiempo de Pascua: «Los discípulos se regocijaron cuando vieron al Señor resucitado.»
La fuente última de nuestro gozo es la mirada de Dios sobre nosotros, que impulsa nuestra respuesta de alabanza y adoración.
Pero nuestra conciencia de la mirada de Dios sobre nosotros es mucho más voluble que su amor. Como dice San Juan Casiano: Aferrarse a Dios incesantemente y permanecer inseparablemente unidos a Él en la contemplación es. . . imposible para una persona encerrada en carne perecedera. Pero debemos saber dónde procede fijar la atención de nuestra mente. . . . Y una vez saciado nuestro intelecto tras el encuentro con el Señor, debería regocijarse, y cuando se distrajese de Él, debería llorar y suspirar, dándose cuenta de que se ha alejado del bien supremo. «(Collationes, 1.XIII.1).
Si nuestra atención a Dios puede distraerse tan fácilmente, ¿Cómo es posible recibir esta alegría que nadie, ninguna circunstancia o prueba pueden arrebatarnos?
La respuesta subyace en la fuente de la alegría. La alegría viene del amor. Como dice Santo Tomás: «La alegría es causada por el amor, ya sea por la presencia de lo que amamos, o porque el bien propio existe y perdura en la cosa amada.» (Summa Theologiae II-II, a. 28, q.1).
Dios está siempre presente en nosotros. Nos ama y nos acerca a Él, y al amar a Dios nos sentimos atraídos por Él.
Además, Dios, Nuestro Creador, siempre existe y perdura. Al conocer la presencia del Dios que amamos, nos regocijamos. Al conocer la verdad de la existencia y la bondad de Dios, nos regocijamos.
A menudo no vivimos de manera acorde con estas verdades. Sin embargo, si «meditamos en Jesús» (Heb 3, 1), la inconsistencia de nuestra atención a Dios se empequeñecerá y dará paso a la permanencia de la mirada de Dios sobre nosotros.
Jesús alienta a sus discípulos, «Pedid y recibiréis, y vuestra alegría será completa.» (Juan 16,24). Si nos ponemos en sintonía con la alegría que nadie puede quitarnos, ésta se hará perfecta, completa.
A diferencia de cualquier cosa visible en este mundo, esta alegría prometida es permanente porque el amor que la causa no pasa.
Atraídos por Dios desde nuestra inconstancia, «no fijamos la mirada en lo que se ve, sino en lo que no se ve. Porque lo que se ve es transitorio, pero lo que no se ve es eterno.» (2 Cor 4,18).
Mientras permanezcas asido al Dios eterno, nadie podrá arrebatar tu alegría.
Antonio:
«15.Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad; mas hay también otros que lo hacen con buena intención;
16.éstos, por amor, conscientes de que yo estoy puesto para defender el Evangelio;
17.aquéllos, por rivalidad, no con puras intenciones, creyendo que aumentan la tribulación de mis cadenas.
18.Pero ¿y qué? Al fin y al cabo, hipócrita o sinceramente, Cristo es anunciado, y esto me alegra y seguirá alegrándome.» Filipenses, 1, 15-18)
Creo que San Pablo es católico….
Los protestantes también anuncian a Cristo. Se trata de si se es católico o no
Lauro Capeto: Donec Christus annuntietur in hoc gaudeo sed et gaudebo. Mientras sea anunciado Cristo, me alegro y me alegraré.
Las movilizaciones de los kikos en España han sido históricas. Cuando Rouco quería sacar su fuerza a la calle no tenía más que llamar a Kiko. Los focolares parece ser que mueven mucho en Italia, pero aquí son marginales. Osoro ha colocado a un Focolar como vicario en la VIII, no se si será una forma de ganarse al movimiento
Gracias, D. Antonio Lasierra. Un fraternal saludo.
Yo veo un futuro kiko en Expaña. Si no fuera por ellos, la jerarquía no tendría poder de convocatoria. Son los que ocupan con sus traseros las butacas de los actos de la iglesia. No hay más. Llegamos al fondo del barril, en donde los kikos como marabunta parasitan las parroquias y le tuercen el brazo al sacerdote. El detalle es saber si resistirán la muerte del kiko mayor y no se derritirán como azucarillo en agua. Que sería una bendición. Muerto el perro, se acabó la sarna.
Lo de los kikos era en Roma con ocasión de los 50 años. Lo de los focolares fue en Loppiano, un pueblecito cerca de Florencia
Hay una cosa en los kikos que es verdaderamente delictiva: lo mal que cantan, con esas guitarras baratas, He sufrido sus misas en la parroquia de San Leandro, en Huelva ( una nave para crianza de pollos aprovechada en iglesia a última hora), y son casi tan horrorosas como las de los curas etarras en los pueblos vascos, cuando vivía por allí. ¿A quien se le ocurrió derogar el latín, por Diós?¿ en cual de los cículos de Dante lo ha merecidamente castigado el Señor?
La diferencia creo que se debe a que el acto kiko era una convocatoria para exhibir músculo numérico ante la jerarquía con motivo de su cincuenta aniversario. Si ven el vídeo, de las casi dos horas que dura, el grueso del acto consistió en una agotadora enumeración de los países y comunidades presentes.
En cambio esto de los focolares ha sido una visita a una especie de ghettos que tienen ellos en Italia, una especie de aldeas «amish» regimentadas y modeladas conforme a los postulados del movimiento. De ahí que no hubiera nada más que cuatro colgaos y un tambor. Y una señora mayor no se sabe si medio monja que se viste y se peina como la fundadora. Igual hasta se pone sus gafas y su dentadura. Al parecer es la lideresa que tienen ahora.
Anacoreta:
Sí que lo hay. Solo que lo hace a trasmano y como quien no quiere la cosa.
Por cierto D. Pacopepe, este mes celebra su cumpleaños aunque no recuerdo el día, había algún comentarista que lo hacía y ahora no hay otro que nos lo recuerde. Si me he adelantado o me he atrasado, reciba usted nuestros mejores deseos y que Dios nos lo conserve por unos cuantos años más bregando en esta batalla por el Reino de Jesucristo. Cuídese mucho y reciba nuestro afecto, oración y gratitud.
D. Pacopepe, en número son mucho más los kikos que los focolares.
Yo creo que el Camino tiene muchos más seguidores y está más extendido que el Movimiento Focolar. Eso es todo.
Por cierto, ¿se han fijado en la cara que el Papa tenía mientras escuchaba a Kiko Argüello en esta foto?
http://www.infocatolica.com/files/18/05/papa-francisco.jpg
Kikos, Focolares, carismáticos, luteranos, etc. y a los del Opus niente….. que no se dan cuenta?
Es la Iglesia una? Vamos a cambiar éso, inventando sectas, sectitas y sectotas. Todo obedece a un plan preconcebido para crear una serie de chiringuitos, de los cuales el kiko es el más exitoso y es la crónica de un cisma anunciado, habiendo perfeccionado las tecnicas de ordeña a los inicuos que caen en su poder.
F de la C: habría que preguntarle a un orondo sacerdote madrileño,el cual no es de mi agrado ni del suyo,pero que parece que,últimamente se desplaza por círculos focolares.
Los kikos están igual de «contentos» que el resto. Pero siguen fieles a Roma
Francisco recibe a kilos, focolares, schoensttatianos, cyl y demás. A los del Opus, jamás: ¿por qué será?