| 20 noviembre, 2023
En gran coincidencia con lo que yo mismo acababa de escribir.
«El triunfo de Milei, y la Iglesia argentina:
El triunfo de Javier Milei en Argentina puso al descubierto la desnudez, y la indigencia doctrinal y moral de la jerarquía eclesiástica argentina. Mayoritariamente encolumnados tras el perdedor kirchnerista Sergio Massa, los obispos argentinos se sirvieron de los «curas villeros» como arietes contra el candidato libertario. Su inadmisible campaña contra Milei causó estupor, especialmente, entre los más pobres que, sabiamente, ven con malos ojos la militancia partidaria de los curas.
Sacerdotes cancelados, especialmente hostigados por el Papa Francisco, afirman que «gracias a Dios, con este resultado, no vendrá el Papa a la Argentina. Y evitará, de esa forma, que en su «periferia» natal sufra lo que él mismo sembró: divisiones y rencor».
Enorme tarea tiene por delante la cúpula de la Iglesia argentina: volver por sus fueros, rendirse ante la realidad, deponer su soberbia; y frente a tanto postureo, dejar sus devaneos «climatológicos» y globalistas, y anunciar, y dar testimonio de Cristo».
Francisco no solo ha vaciado Roma. También su Argentina natal.
Aunque su majestad no venga a Argentina, su siembra destructiva de «división y rencor» está bien arraigada… Empezó antes acá y se ocupó de arruinarnos por una larga temporada nombrando obispos mediocres en el mejor de los casos, sin letras y con una fe tan dudosa como la de su jefecito. Triste…
Estamos hartos de nuestros obispos, gran parte nombrados por Francisco, hartos de este Argentino que vive en el Vaticano y no nos representa, hartos de la jerarquía católica en general y de su actitud ante la plandemia al servicio del trío gobernante: Fernández (hoy prresidednte turista), el «amigo Horacio» o sea Rodríguez Larrata y Kicillof, el único que todavÍa subsiste, estamos hartos de los curas villeros y de la «dignidad» de las villas, invento del «Trucho», hartos de la CGT, hartos de los planeros y piqueteros, hartos de los empresarios colaboracionistas, hartos de la casta política representada entre otros por Morales, Lousteau, Yacobitti y otros y ese hartazgo derivó en la lluvia de votos opositores de ayer. Al gran pueblo argentino ¡salud!
Hasta no hace demasiado la diplomacia vaticana gozaba de predicamento a nivel mundial. Claramente la percepción de hoy es distinta y no precisamente por culpa de los diplomáticos, sino por la de aquel que impone su criterio paticorto y cegato, de forma absoluta. Las filias y fobias de Francisco no suponen sorpresa alguna porque simplemente no sabe disimularlas. No es un tema de honestidad personal, sino de tozudez irracional e incompatible con el cargo. Sus manías aparecen una y otra vez hasta resultar tremendamente cansino y pelma; sus víctimas, ya muy abundantes, siempre son del mismo bando, el de la Iglesia más tradicional; sus expresiones resultan burdas e irreflexivas, hechas siempre desde la víscera sin ninguna neurona activa; sus insultos al clero en creciente acritud, suponen un punto añadido de desánimo en los sacerdotes. Y a todas estas el santo padre añade sus nada ocultas preferencias políticas y las manifiesta a diestro y siniestro, creyendo quizá que de ese modo ganará simpatías e influirá en la pública opinión.
Para su desgracia se constata que sus «consejitos» no los sigue nadie. Aún más, se demuestra que el pueblo argentino, su pueblo, lo debe percibir como un bocachancla al que no resulta prudente seguir en desvaríos que nada tienen que ver con la religión. Evidentemente el papa no irá a Argentina y hará bien, el pueblo aplaude al que el papa considera «el malo» y, de ir, poco faltaría para que lo abuchearan a él que se considera el «bueno». En fin, que el papa quiere acercarse a las periferias y las periferias empiezan a no querer al papa, menudo drama para Bergoglio!!. Santo Padre, ninguna periferia se siente a gusto en la pobreza ni siquiera con su paternal afecto y presencia; todo quisqui prefiere gozar de la suficiente autonomía económica para poder llevar una vida digna, aunque claro, en ese momento ya no serán sus favoritos y abortarán sus intenciones de acercamientos, comprensiones y visitas. Insisto Santo padre, usted ha puesto el centro en las periferias, las periferias no lo quieren y para colmo, lo que antes era el centro queda reducido a la marginalidad, si quiere periferia basta que contemple la plaza de san Pedro bajo su ventana. En resumen, querido pontífice, que se ha cargado usted el tablero y se entretiene jugando con la cajita que contenía las figuras, pues nada, a disfrutar el juego mientras la Iglesia se desangra por su torpeza.
Creo no equivocarme si añado que durante el periodo electoral argentino, las críticas que le dedico el entonces candidato Milei, le resultaron positivas ante su electorado, y esto quiere decir, santo padre, que una gran parte de sus compatriotas comparten y hacen suyas aquellas palabas en las que salía usted francamente malparado pero genialmente descrito.
QUE ALEGRIA MAS GRANDE PARA LOS ARGENTINOS, SE LIBERAN DE FRANCISCO, GRACIAS A DIOS.
Teniendo en cuenta las mil trampas que habrán hecho me pregunto cuál hubiera sido el triunfo real si es que llega a producirse como espero. ¡Deo gratias!
Enhorabuena para los argentinos y para su gran PATRIA. Ganó, Javier Milei, bravo! El problema, uno de tantos, será si podrá gobernar Milei y su equipo con cierta holgura. Milei ha dicho repetidamente que su programa económico no es cortoplacista, que sus efectos se verán a largo plazo. No es de extrañar por tanta corrupción de décadas. En cuanto al viaje de Francisco, de buena se libran los argentinos de bien!. Milei, que no es nada diplomático, ya expuso con la boca muy grande lo que es su paisano :comunista y algo igual o/y peor…