Lo peor de la Iglesia de Chile y el nuevo obispo de Osorno

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Nunciatura Apostólica expresa 'confianza y apoyo' a obispo electo de Osorno Pura dinámica Podemos. A por él porque no es malo. Y al momento conjunción de todo lo peor. No tenía información de este obispo pero al ver la movilización de la mugre contra su persona me cayó bien de entrada. Ahora veo que le respalda la nunciatura. http://www.emol.com/noticias/nacional/2015/03/14/707944/nunciatura-apostolica-expresa-confianza-y-apoyo-a-obispo-electo-de-osorno.html Ojalá sea el Munilla, el Reig, el Martínez, el Iceta, el Rouco… de la Iglesia chilena. Para que los fieles de Osorno estuvieran de enhorabuena. La verdad es que nos lo están poniendo muy fácil. No hay que seguir a un obispo, en lo que hace, en lo que dice, para saber si es bueno o no. Basta con ver quienes le atacan. Si es la chusma, es que es bueno.

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  1. Dos comentarios más:

    1. Cabe señalar que el Papa Francisco fue personalmente informado en detalle acerca de la reacción generada por el nombramiento de Mons. Barros como Obispo de Osorno, a quien ha ratificado también personalmente.

    2. Es importante señalar que el Nuncio en Chile , Mons. Ivo Scapolo, es también interesadamente víctima de la artillería pesada por parte de los progres eclesiásticos chilenos (cf. reciente declaración del P. Vigueras, Provincial de los Sagrados Corazones, reconocido por sus heterodoxas posturas), quienes no pueden ver su firmeza doctrinal y disciplinaria, deseando por tanto desbancarlo para imponer la designación de otro nuncio de su gusto con el objeto, entre otros, de influir en la designación de obispos sacados de entre las filas de la progresía o heterodoxia. Es por tal razón que en estos días el referido P. Vigueras SSCC, con gran eco mediático, ha llegado a responsabilizar injustamente a Mons. Scapolo incluso de deslealtad con aquel al que representa, es decir, el Papa, en circunstancias que éste, repetimos, con todos los antecedentes a la vista y habiendo además conversado con el Obispo Electo de Osorno, lo ha ratificado.

    Sobre el 1er comentario dejemos la palabra al Administrador Apostólico de Osorno, Mons Fernando Chomalí, para lo cual se transcribe la entrevista concedida en exclusiva ayer 15.03.15 al portal Soyosorno.cl:

    http://www.soychile.cl/Osorno/Sociedad/2015/03/16/310642/Arzobispo-Chomali-afirma-que-el-Papa-ratifico-a-Juan-Barros-como-obispo-de-Osorno-pese-a-muestras-de-rechazo.aspx

    Arzobispo Chomalí aseguró que el Papa ratificó a Juan Barros como obispo de Osorno pese a muestras de rechazo

    El actual administrador apostólico de Osorno y arzobispo de Concepción reconoció que expuso al Pontífice todos los antecedentes sobre los cuestionamientos que ha provocado en la ciudad la nominación del religioso, por su cercanía previa a Fernando Karadima.

    El actual administrador apostólico de Osorno y arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, confirmó en exclusiva a soyosorno.cl que en su reunión del viernes 6 de marzo con el Papa Francisco le expuso todos los antecedentes sobre el rechazo que la nominación de monseñor Juan Barrios ha causado en esta ciudad. Esto, por su vínculo previo con el sacerdote Fernando Karadima, religioso de la parroquia El Bosque condenado por la Justicia Vaticana debido a abuso de menores.

    “Efectivamente tuve una larga reunión con el Santo Padre. Le pedí una audiencia y él me la concedió. Y yo le expliqué lo que estaba pasando en Osorno con lujo de detalles. Él me escuchó atenta y respetuosamente y después me dijo que había conversado largamente del tema con Juan Barros”, explicó pasado el mediodía de este lunes, a la salida de las oficinas del Obispado de Osorno, donde esta mañana se reunió con representantes de la Diócesis.

    El arzobispo Chomalí profundizó en que “el Papa Francisco me explicó que había analizado todos los antecedentes en relación al caso Karadima, y que lo confirmaba (a Barros) en su nombramiento, a quien animaba a que sea un buen pastor, muy preocupado de los pobres, humilde y sencillo”.

    -Entonces, ¿fue El propio Papa Francisco quien ratificó a monseñor Barros como nuevo obispo de Osorno?

    Ratificó la decisión y evidentemente que él tiene la especial asistencia del Espíritu Santo, por lo que eso se va a cumplir. Por eso lo que yo pido es que podamos vivir este momento con paz, tranquilidad, un gran espíritu de fe y obediencia. Lo que es muy importante es que monseñor Barros sacó una declaración hoy en la que él rechaza categóricamente todo lo que tiene que ver con abusos. Y espero que eso sea comprendido también como un gesto muy positivo para la comunidad.

    -¿Qué piensa usted de las variadas manifestaciones de rechazo al obispo Barros en Osorno?

    La verdad es que cada persona ve los hechos de acuerdo a sus propias experiencias, información y evidentemente que a lo único que apelo es a la responsabilidad. Y a aquellas personas que tienen un espíritu de fe, les pido que le den una oportunidad a monseñor Juan Barros.

  2. «Sin duda, Mons. Barros ha sido tan víctima de la personalidad gravemente psicopática del P. Karadima como los denunciantes de éste, aunque de distinta manera.»

    Por favor no juguemos con las palabras un encubridor no será jamás una victima!!!!
    Hoy Barros saca una declaración, dictada por el Nuncio Scapolo en que pide disculpas a la victimas etc etc Tarde muy tarde para creerle!! La opinión del bloger lo retrata de cuerpo entero: aunque sean encubridores si son de su cuerda son inocentes!

  3. Don Paco Pepe:

    Soy de Osorno. La reacción contra Barros no proviene de la «mugre de la Iglesia chilena» como Ud. con tanta ligereza señala. Quien se manifestó en primer lugar en contra del nombramiento de Barros fue la mayoría del clero (sacerdotes y diáconos) y el laicado de Osorno, que expresó su tristeza, desconcierto y contrariedad con su designación. Un grupo seguidor de la teología de la liberación, con sede en Santiago, y que tiene página Web (Reflexión y Liberación) y edita una revista, recogió la noticia, la publicó y efectuó análisis y reportajes sobre el tema. Sin embargo, no fueron ellos quienes expresaron su rechazo en primer término. Lo único que han hecho es difundir algo ocurrido en una diócesis situada a 900 km. de la capital de Chile. Le aseguro que en la ciudad de Osorno ha sido mal acogido este nombramiento. Lo único que provocará es que la gente que está alejada de la Iglesia se aleje más e incluso que algunos agentes pastorales tomen distancia. Este desdichado nombramiento lamentablemente hizo reabrir las heridas del caso Karadima. El reproche que se hace a Barros no tanto haber sido discípulo de Karadima, sino haberlo defendido mientras se tramitaba el proceso eclesial en su contra. Conozco personalmente a varios sacerdotes y diáconos firmantes de la carta contra Barros. Son excelentes pastores, algunos de ellos fecundos en obras espirituales y sociales. De curas rojos no tienen nada. Por último: insisto en que la reacción contra Barros no proviene de la teología de la liberación, sino de las comunidades parroquiales de la diócesis y de las víctimas de Karadima. Le aclaro que Osorno no es una diócesis progresista ni conflictiva, por eso ha causado sorpresa la comprensible reacción de su clero y laicado.

  4. De Chile me envían este comentario que me dicen no pueden incluir en el Blog. Pues lo haré yo:
    Quien escribe es un chileno que sin haber pertenecido nunca al círculo del Pbro Fernando Karadima, asistió casi diario, como muchísimos, entre 1980 y 1996, a las misas de la parroquia del Sagrado Corazón de Providencia (El Bosque), contando entre sus amigos a no pocos miembros de su Acción Católica. Era una época de dura crisis de la Iglesia en Chile, comenzada en los años 60…, especialmente en Santiago (tiempos del Card. Silva Henríquez, de nefasta memoria en importantes sentidos), en que las prácticas tradicionales de piedad y del culto (adoración eucarística, procesiones, rezo del Rosario, confesiones, sobriedad y esplender de la Santa Misa, claridad en la catequesis) se vieron dramáticamente constreñidas, a lo que se sumaba un discurso izquierdizante por significativa parte del clero. Frente a todo ello, la parroquia de El Bosque ofrecía un verdadero refugio y a ella concurrían miles de personas, aun a diario e incluso de otras parroquias, como el suscrito. A lo que se sumaba la encendida oratoria sagrada del P. Karadima.

    El ahora obispo Juan Barros, efectivamente, fue desde siempre uno de los estrechos colaboradores de dicho cura, duramente sancionado por la Sede Apostólica por razón de abusos sexuales y de conciencia en contra de diversos miembros miembros varones de su círculo de dirigidos espirituales (ha sido condenado a perpetuidad a una vida de oración y penitencia, con prohibición de confesar y dar dirección espiritual, así como de la celebrar la Misa en público y de tener contacto con sus antiguos feligreses, lo que debe cumplir recluido en un hogar de ancianas bajo la estricta vigilancia de las monjas que lo regentan).

    Sin duda, Mons. Barros ha sido tan víctima de la personalidad gravemente psicopática del P. Karadima como los denunciantes de éste, aunque de distinta manera. Cualquier psicólogo o psiquiatra puede explicar cómo las personas que padecen trastornos de personalidad de dicha índole son capaces de manipular incontrarrestablemente a las personas de su entorno y de destruirlas, llegado el caso. Con todo, Mons Barros es un hombre muy de Dios, cualidad que sin duda ha sido tenida presente por la Sede Apostólica para elegirlo Obispo de Osorno.

    Súmese su desempeño como Obispo Castrense, que no ha generado ninguna queja en su contra por malos ejemplos o abusos, y más aun, una reciente carta publicada en la prensa por una ex máxima autoridad de la Marina de Chile dando fe de su conducta intachable.Su relación con Karadima, por tanto, no ha sido más que el pretexto por un grupo reducido -la «teología» de la «liberación» es muy extendida en Chile- que con alta probabilidad deseaba un candidato de su gusto para la sede episcopal osornina. Es cosa de leer entrelíneas sus diversas declaraciones.

  5. Se debe acatar lo que el Papa decide en cuanto a los nombramientos y a las destituciones, asumiendo su superior prudencia y mejor información sobre cada caso.

    Sin embargo, con las cosas publicadas en Chile y el ambiente creado, en mi opinión, lo más prudente en relación con el círculo alrededor del padre Fernando Karadima, condenado por la Santa Sede por delitos graves, sería dejar en sus lugares a los que, aunque no han sido objeto de ningún juicio, sí han sido objeto de acusaciones que siguen revoloteando por los aires y afectan negativamente su buena fama (aunque sea una duda o afectación de su fama injusta para ellos).

    Mi opinión no se refiere a presumir ninguna culpabilidad en Mons. Juan Barros, sino a la regla de prudencia enunciada hace siglos por santo Tomás, siguiendo a san Pablo, de que el Obispo ha de ser de fama irreprochable ante su pueblo INDEPENDIENTEMENTE de si su mala fama es injustificada. Basta con que exista y sea plausible para dificultarle el gobierno pastoral.

    Por eso el Papa Francisco debió sugerir la renuncia del mal llamado «obispo del lujo» en Alemania, que resultó INOCENTE en la investigación llevada por la Santa Sede.

    Lo mismo podría suceder en Chile si se nombrara como obispos (o se los trasladara, como en este caso) a sacerdotes de la Unión Sacerdotal dirigida por el padre Fernando durante tantos años. Estoy seguro de que son buenos sacerdotes y por eso la Iglesia sigue contando con su ministerio, pero están bajo la espada de damocles de los denunciantes de Karadima.

    Se me dirá que este criterio (de san Pablo y santo Tomás: no me lo invento yo) equivale a dejar a los buenos obispos a merced de las calumnias de la progresía clerical. Respondo que no es así: las calumnias pueden ser rechazadas, incluso ante los tribunales canónicos y civiles, y así evitar la infamia; pero no lo han hecho así los otros acusados en el caso Karadima. Y además la mayoría de las calumnias de la progresía clerical no son más que reiterar la idoneidad de los obispos atacados (como Reig Pla en España): los enemigos dan testimonio de su ortodoxia católica. Pero eso no sucede cuando las acusaciones versan sobre hechos que efectivamente son contrarios a la moral cristiana (repito: aunque sean falsas, en cuyo caso corresponde defenderse ante los tribunales civiles y canónicos, pero no pretender que esas acusaciones no existen y que no afectan a los fieles).

    Es verdad ahora que «Roma locuta, causa finita», con la declaración del Nuncia. Pero, como se vio en el caso del «obispo del lujo» (y otros: el Papa aludió a dos fuera de Italia, en su charla con el clero romano), Roma puede hablar de nuevo en sentido contrario.

  6. Quien escribe es un chileno que sin haber pertenecido nunca al círculo del Pbro Fernando Karadima, asistió casi diario, como muchísimos, entre 1980 y 1996, a las misas de la parroquia del Sagrado Corazón de Providencia (El Bosque), contando entre sus amigos a no pocos miembros de su Acción Católica. Era una época de dura crisis de la Iglesia en Chile, comenzada en los años 60…, especialmente en Santiago (tiempos del Card. Silva Henríquez, de nefasta memoria en importantes sentidos), en que las prácticas tradicionales de piedad y del culto (adoración eucarística, procesiones, rezo del Rosario, confesiones, sobriedad y esplender de la Santa Misa, claridad en la catequesis) se vieron dramáticamente constreñidas, a lo que se sumaba un discurso izquierdizante por significativa parte del clero. Frente a todo ello, la parroquia de El Bosque ofrecía un verdadero refugio y a ella concurrían miles de personas, aun a diario e incluso de otras parroquias, como el suscrito. A lo que se sumaba la encendida oratoria sagrada del P. Karadima

    El ahora obispo Juan Barros, efectivamente, fue desde siempre uno de los estrechos colaboradores del P. Karadima, duramente sancionado por la Sede Apostólica por razón de abusos sexuales y de conciencia en contra de diversos miembros miembros varones de su círculo de dirigidos espirituales (ha sido condenado a perpetuidad a una vida de oración y penitencia, con prohibición de confesar y dar dirección espiritual, así como de la celebrar la Misa en público y de tener contacto con sus antiguos feligreses, lo que debe cumplir recluido en un hogar de ancianas bajo la estricta vigilancia de las monjas que lo regentan).

    Sin duda, Mons. Barros ha sido tan víctima de la personalidad gravemente psicopática del P. Karadima como los denunciantes de éste, aunque de distinta manera. Cualquier psicólogo o psiquiatra puede explicar cómo las personas que padecen trastornos de personalidad de dicha índole son capaces de manipular incontrarrestablemente a las personas de su entorno y de destruirlas, llegado el caso.

    Con todo, Mons Barros es un hombre muy de Dios, cualidad que sin duda a sido tenida presente por la Sede Apostólica para elegirlo Obispo de Osorno. Súmese su desempeño como Obispo Castrense, que no ha generado ninguna queja en su contra por malos ejemplos o abusos, y más aun, una reciente carta publicada en la prensa por una ex máxima autoridad de la Marina de Chile dando fe de su conducta intachable.

    Su relación con Karadima, por tanto, no ha sido más que el pretexto por un grupo reducido -la «teología» de la «liberación» es muy extendida en Chile- que con alta probabilidad deseaba un candidato de su gusto para la sede episcopal osornina. Es cosa de leer entrelíneas sus diversas declaraciones.

  7. Paco-Pepe
    Los dueños de esta casa tienen algo que ver con los famosos Ariza de la iglesia de San Esteban de Sevilla,los mismos que pasean con tanto arte al Cristo de la Salud y Buen Viaje,y a la Virgen de los Desamparados???
    Espero que mi pregunta no sea tomada como expresión de curiosidad malsana y pecaminosa…Simplemente,siento debilidad por esa Virgen…

  8. No conozco los pormenores de este caso, pero resulta claro que precedentes como los de Livieres o Le Vert han dado alas a los sectores revolucionarios de la izquierda para pedir la cabeza de sus obispos cuando no son de su agrado.

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