| 02 mayo, 2018
No hay vez en la que hable en la que no deje temblando a la Iglesia.
Esta es la última parida de este animal:
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=32161
Claro que hay otros que las sueltan parecidas y hasta peores pero es que este es cardenal de la Iglesia, arzobispo de Múnich, presidente de la Conferencia Episcopal alemán, una de las personas de más confianza de Francisco e integrante de ese C9 encargado de asesorar al Papa la reforma de la Iglesia en el que todos sus integrantes rivalizan en maldad o en mediocridad.
Pues eso es lo que hay en estos momentos, Puede alegrarnos algo el pensar que es prácticamente imposible que pueda haber algo peor. Vaya recua.
Agradezco los excelentes comentarios de los que me han precedido en esta entrada. Yo no podría expresarlo tan bien y mejor. Aprendo muchísimo leyendoos. De nuevo, muchas gracias a todos y un saludo.
El Nuncio en Austria acaba de pronunciar una Conferencia en la Hochschule Benedikt XVI de la Abadía Cisterciense de la Santa Cruz en Viena. Dice que siente vergüenza de que haya eclesiásticos que estén en contra de que se ponga la cruz en los sitios públicos.
Pues ahí están tan campantes, encantados de haberse conocido. Los santos reformistas, pues sabido es que a más reformistas reformadores más santos interconfesionales de la interreligiosidad. Hágase reformista y será usted un santo interconfesional redomado. Los 12.526 euros mensuales solo por poner la cara de duro reformista, si eso es así muestran el reformismo favorable en su retórica a los pobres de los más pobres.
Ha defendido la figura de Karl Marx, considerado como el padre del comunismo. «Sin él, no habría doctrina social de la Iglesia», asegura. Era de suponer desde que se vio a Francisco recibir del camarada Evo el testimonio marxista de un clérigo muerto por la causa que llevaba un Cristo clavado en una hoz y un martillo en lugar de cruz. Hoz por cruz. Desde el movimiento «Por un mundo mejor» de un primer Lombardi siguiendo por el Vaticano II de la iglesia en salida que es tanto como salirse de la Iglesia, no podía abocar a otro activismo que el armar lío de la revolución permanente del materialismo. O sea la Doctrina Social de la Iglesia interconfesional que proclama Marx de Marx y defiende Turcson orbi et orbi: Pero los 12.526 euros al mes son míos, más vivienda palaciega y gastos de coche y cochero.
Mucho rostro pálido en la función del buen vivir .
No se preocupe D. Fco José, seguro que dentro de unos días sale otro peor. Y es que cuando alguien o alguna institución van cuesta abajo y sin frenos, pues eso, que no hay quién los pare.
Hoy es día de S. Atanasio. Dentro de poco la Iglesia actual estará mucho peor que la que le tocó vivir y siempre se pone como ejemplo de desastre.
En efecto: aquí se ha comentado infinidad de veces que Beredicto XVI tenía vista y no precisamente de lince para nombrar colaboradores.Nombró cardenales a Ravasi, Coccopalmerio y unos cuantos italianos más que producen vergüenza ajena.
En la firma de los nombramientos episcopales a los Papas les dan todo hecho y desconocen a quien promueven al estampar la firma. Pero Bergoglio sabe a quien nombra en Argentina o en Italia y Benedicto XVI sabía a quien encumbraba en Alemania. Es para mí un gran mistertio de Benedicto XVI el nombramiento de Marx y algún otro.
Marx además de todo lo que está demostrando es un cretino elevado a la enésima. O piensa quizás que Bergoglio durará siempre o que en Roma son todos oligofrénicos? Sería interesante una campaña para desenmascararle del todo y no perminir que el olvido reblandezca la mente de ningún creyente.
Qué ojo clínico el de Benedicto XVI al promocionarlo, qué ojo clínico…
Totalmente de acuerdo con Pincho y genial la recomendación final que suscribo.
Simpático discurso anticapitalista en boca de un clérigo que se embolsa un modesto salario «obrero» de 12.526 euros al mes, que se mueve en un BMW de la serie 7 con chófer y vive de gratis en el suntuoso Palacio Holnstein en pleno centro de Munich; palacio cuya reciente rehabilitación, por cierto, costó 9 millones de euros. Un clérigo que defiende la comunión para los protestantes, pero que a los católicos que no pagan el impuesto religioso les niega el acceso a los sacramentos. Y va y pontifica sobre «doctrina social». A limpiar culos de mendigos enfermos lo mandaba yo.