Las enormidades que dicen, sin la menor corrección por parte de nadie y más bien con aprobación explícita como lo es la publicación en L’Osservatore, es como para pensar que la Iglesia parece dejada de la mano de Dios.
A Sosa y Spadaro, por citar sólo a los últimos escandalizadores, se une ahora este nuevo jesuita del que cabe suponer y no exageradamente que no cree en Dios.
http://catholicvs.blogspot.com.es/2017/07/losservatore-romano-la-religion-surge.html
Como el que tendría que tomar medidas es el citado e impresentable Sosa, y de más arriba tampoco se espera que lleguen, tenemos que repetir lo de Dante: lasciate ogni speranza.
Malditos traidores a Jesucristo. Escoria es poco. Bazofia
Los jesuítas son arrupitas que ya no ignacianos en este Día de San Ignacio 31 julio 2017. De Orden Sacerdotal pasaron a orden pastoralista, fallaron ellos falló un puntal de la Religión Católica y de la ascética espiritual de signo y fondo católico.
Ellos lo han querido, pues que con su pan se lo coman.
Ellos pero no solo ellos sino toda la Religión Católica infestada desde el espíritu conciliarista vaticano segundo de la ruptura que quiso ser una imposible hermenéutica de la continuidad, pues las palabras se las lleva el viento y todo se queda en verbalismo inconsistente sin contenidos
Una vez rota la esencia de la Liturgia Sacramental Católica ya era sabido que se desmoronarían las creaciones y estructuras eclesiales de miras santificadoras sobrenaturales y se vendría encima en cascotes de terremoto todo lo demás.
No era un mero lamento la demolición de la Iglesia que oteara y experimentara Pablo VI como permisivo aperturista de la protestantización de la Religión Católica que hace perder a chorros LA FE hasta de los elegidos si fuera posible como el Señor nos previno.
No se trata de andarse por las ramas o ver la cuestión poniéndose de perfil. Como estamos viendo se niega todo el Corpus Doctrinal Católico desde que la teología Católica se ha convertido en Teología Interconfesional-Interreligiosa y se nos impone desde las más altas potestades católicas la contestación de todas nuestras creencias objetivas tal como se contienen en la articulación de nuestra FE que es el CREDO.
¿Cómo podemos confesar que creemos en la Iglesia que es una Santa, católica y Apostólica si se nos ha afirmado urbi et orbi que la Iglesia no es autorreferencial?
¿O creo en un solo Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo si se nos contrapone que Dios NO es católico o que como se significó repetidamente en Asís que todos los dioses son Dios?
Por mucho que nos cueste admitirlo la demolición de la Religión Católica, que no de la Iglesia indestructible, es un hecho .
AUTOdemolición de la que no es posible escapar si se sigue a los guías ciegos que se han subido al carro de heno tan satisfechos de sus hazañas que ya no son las de los auténticos caballeros fieles a su Señor.
¡Yñacio, gure patroi aundia, Jesusen Compañia fundatu…!
Ni parecida. Se han quedado con el nombre comercial y el acróstico AMDG ya no significa A la Mayor Gloria de Dios sino de la Humanidad entendida a la manera masonista.
Parece ser que de estar tanto en el mundo,uno de los enemigos del Alma,se han contagiado de su inmundicia (cobardes,avaros,sin Justicia,belleza ni Dios). Esperemos que el Arcángel S. Miguel les dé su merecido.
definitivamente los progrejesuitas de don bergoglio morirán matando antes que rectificar su loca carrera hacia el suicidio.
la una vez gloriosa compañía de jesus, hoy en día se ha convertido en una grotesca y diabólica caricatura de sí misma ocupada o mas bien okupada por herejes, apostatas, comunistas, revolucionarios, anticapitalistas, maricones, pervertidos, abortistas, y hasta por marvin el marciano. y mientras que la una vez gloriosa compañía de jesus se hunde cada día más en la mi..da, bergoglio, el del bigotillo sosa, antonio spadaro y compañía solo se les ocurre tocar la lira y cantar sus bufonadas como neron. qué bárbaro son estos tíos jesuitas!
Pero, vamos a ver ¿ quién es el último y principal responsable de L’Osservatore Romano ? Pues eso, el problema no es el articulista sino quien da cancha al articulista para que persiga a los católicos porque él es el principal instigador y perseguidor por mucho disfraz misericordista que utilice. Bergoglio, te tenemos ya muy calao.
Otro miserable más para añadir a la lista y van…
Otro más. Y van… Pero no hay que preocuparse. Este tiene bula papal. Puede decir lo que quiera. Como si dice que los burros vuelan y los monos escriben poesía. Da igual. Lo importante, lo verdaderamente importante es que sea acogedor, que discierne a diestro y sobre todo, siniestro; que no tenga el rostro avinagrado ni sea de mente estrecha y rígida. Que dialogue, aunque sea con la aspiradora de casa. Que esté en salida (o salido, que debe ser lo mismo) hacia las periferias. Y como el tiempo es superior al espacio y tiro porque me toca (los c……s), pues no pasa nada. ¿Quién soy yo para juzgar a un canalla?
Nuestra capacidad de sorpresa ya está anulada. A partir de ahí las barbaridades se van a suceder una tras otra apenas sin respuesta. Estamos K.O. Malditos traidores. Ojalá mañana San Ignacio consiga una señal del cielo contra esta tropa infecta.
Esto es lo que tiene que creer un sacerdote para no ser tachado de inculto, según este jesuíta, Giulio Cirignano: «La religión surge del miedo y de las necesidades humanas […] Sin embargo, tiene esta importante limitación: el Dios de la religión es, en su mayor parte, la proyección de la mente del hombre, sus miedos, sus necesidades. Es un dios hipotético»
Toda la sarta de despropósitos que vienen vertiendo impunemente destacados jesuítas, entre otros clérigos, me recuerda las profecías de la beata Ana Catalina Emmerich (http://forosdelavirgen.org/20541/profecias-de-la-beata-ana-catalina-emmerich-la-demolicion-de-la-iglesia/).
Unos ejemplos: «Vi la iglesia de San Pedro y una enorme cantidad de hombres que trabajaban en invertirla, pero vi ahí también a otros que hacían reparaciones. Cadenas de trabajo ocupadas de este doble trabajo se extendían a través de todo el mundo y me quedé asombrada de la coordinación con la que todo ello se hacía. Los demoledores extraían grandes fragmentos; eran particularmente sectarios en gran número y con ellos los apóstatas. Estas personas, haciendo su trabajo de destrucción, parecían seguir ciertas prescripciones y una cierta regla: llevaban delantales blancos rodeados de una cinta azul y proveídos de bolsillos, con paletas de albañil en la cintura. Ellos tenían además vestidos de todo tipo: había entre ellos hombres distinguidos, altos y gruesos, con uniformes y cruces, los cuales sin embargo no trabajaban directamente en la labor, sino que marcaban en los muros con la paleta los lugares donde había que demoler. Vi con horror que había también entre ellos sacerdotes católicos» (AA.II.202).
«Tuve de nuevo la visión de la secta secreta socavando por todas partes la iglesia de San Pedro. Ellos trabajaban con instrumentos de toda especie y corrían por aquí y por allá, llevado piedras que habían arrancado. Fueron obligados a dejar el altar, no pudieron quitarlo. Vi profanar y quitar una imagen de María» (AA.III.556).
«Yo me lamentaba al Papa y le preguntaba como él podía tolerar que hubiera tantos sacerdotes entre los demoledores».
Lo preocupante no son los jesuitas, que se mueren con la sonrisa en la boca; lo altamente preocupante es el Opus Dei, que ha pasado de las tres campanadas a los tres inciensos, hasta el punto que Bergoglio, según me consta, les ha llamado la atención con un ¡ no tanto hermanos, no tanto, que da demasiado al ojo !
Afortunadamente, a los jesuitas no les quedan más de 20 años para que pasen a la Historia. !Que gran dia será ese!
La Compañía de Jesús, de esta guisa, y, mientras, son los Franciscanos de la Inmaculada los intervenidos por la Santa Sede… De verdad esto es la abominación de la desolación.