| 03 junio, 2017
¿Hasta cuando? ¿Y no decían que si la misericordia…?
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“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)
“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)
¿Hasta cuando? ¿Y no decían que si la misericordia…?
Guisasola: los santos son perseguidos por la Iglesia, como dices, sólo en los últimos 50 ó 60. En el resto de la Historia de la Iglesia (en los 20 siglos anteriores) los santos siempre habían sido perseguidos por los herejes y/o paganos (romanos, arrianos, musulmanes, protestantes, comunistas, masones, etc) pero esa persecución nunca había partido de la jerarquía misma de la Iglesia, hasta época reciente. ¿Los signos de los tiempos?
Hoy mismo en la Homilía de la Liturgia Sacramental en la Solemnidad del Espíritu Santo ha dicho Francisco:»»desciende una vez más sobre nosotros y enséñanos la unidad, renueva nuestros corazones y enséñanos a amar como tú nos amas, a perdonar como tú nos perdonas. Amén». Igualmente:» Solo hay una vía que invita a recorrer el Espíritu, y esa es la «del doble sentido del perdón ofrecido y recibido, de la misericordia divina que se hace amor al prójimo, de la caridad». Y los Franciscanos de la Inmaculada sin un mal indicio que alguien con poder y sin perdón les libere del potro de tormento de la Cama de Procusto al ser perdonados, en caso de que hayan delinquido, ya 1.424 días por no querer abandonar a su suerte la Santa Misa según el ordenamiento tridentino que nadie abolió y que fue confirmado con la modificación de Juan XXIII por Benedicto XVI en su SummoruimPonntificum.
Hay despotismos que se califican solos. Y palabras, muchas palabras animosas para carismáticos y pentecostales.
El P. Stefano Manelli, lo han convertido en un nuevo P. Pío, perseguido y atosigado por sus superiores. Es la historia de siempre, los santos son perseguidos por miembros de la Iglesia. ¿Causas? La fidelidad, como la de San Pío de Pietrelcina, Santa Teresa de Jesús, y un etc infinito. Ciertamente la dictadura autoritaria del padre de la misericordia barata es un bochorno y una VERGÜENZA, misericordia para los que son herejes y para los enemigos de la Iglesia, y mano de hierro para los que se mantienen fieles.
Pues una vergüenza que tira por tierra la tan traída y llevada Misericordia de este pontificado. Es una VERGÜENZA que no se respeten ni los mínimos derechos procesales siquiera normales en cualquier sitio del mundo occidental.
Ni se sabe de qué les acusan ni nada, preventivamente llevan mucho tiempo así. Todo muy sospechoso y muy feo.
Eso sí los bocazas de la cuerda hablando a diestro y siniestro de todo lo opinable y más y nadie les dice nada porque en Roma no hay ni orden ni concierto.
Lo mismo con los derechos de los trabajadores, es muy bonito poenr obligaciones a los demás, que si el destino, que si tal y me parece bien pero si tú haces lo mismo. No parecen opinar que sus derechos como trabajadores sean respetados los empleados del Estado Vaticano.
La infamia sigue ¿Por qué? ¿ Porque son fieles? ¿Porque esa misma fidelidad es el dedo acusador contra sus infames verdugos? La malicia, la injusticia que se está cometiendo con estos frailes cada día es más patente. Y más, si la comparamos con la indulgencia con que se trata a todo tipo de herejes y gente desastrosa en general. ¿Por qué está inquina?…sería bueno que alguien nos diera una explicación, si es que la hay.
Y el principal responsable de esto, todos sabemos quién es. Cada día que pasa, a pesar de su verborrea, se ve con mayor claridad su verdadera faz.
Mientras los que defienden la Fe católica, como el Padre Stefano Manelli, son perseguidos por la misma Iglesia y sancionados canónicamente, en cambio los que atentan contra la Fe católica, como Arturo Sosa, el cardenal Kasper, y una larga lista de herejes contemporaneos, son defendidos por la Roma modernista e incluso promocionados por ella. El bien es perseguido mientras el mal es promocionado, en la misma Iglesia.
la situación de la franciscanos de la inmaculada, una vergüenza e infamia bergogliana que demuestra lo hipócrita y siniestro que este desastroso pontificado bergogliano.