Confieso que ambas me apasionan pero si fuera cierto, que no lo niego, que la historia es maestra de la vida, es ciertísimo que la arqueología y la prehistoria no lo son.
Y ello puede extrapolarse a personas de hoy. También en la Iglesia.
Lo que fueran en su juventud, e incluso años después, si luego corrigieron esas actitudes, no sirve de nada airearlas como si algo tuvieran que ver con su hoy. Que ya fue otro. Me parece incluso mendaz.
Hacerlo supondría prescindir de San Pablo, San Agustín, San Ignacio de Loyola y muchos otros. Hasta de Ratzinger. Cretinismo puro. Uno es por lo que muere y no por lo que nace. Tampoco sirve de nada lo contrario. Recordar pasados irreprochables en quienes luego los repudian. Que también hay no pocos casos.
El hombre es poliédrico y variable, inmutable sólo es Dios, y no pocos han atravesado formas de cristalización distintas a lo largo de sus vidas. La que vale, la que quieren, es la actual. Que incluso pudiera no ser la definitiva,
Se da en los perfeccionistas, mucho más dados a reclamar perfecciones ajenas que la propias, que no las niego si existieran pero que suelen ser desconocidas, el rechazo a personas que podrán tener un ayer discutible pero que el hoy es irreprochable. Dentro de lo irreprochable que cabe a los humanos.
Y, sin tanta irreprochabilidad, no valorar acciones buenas y positivas si alguna de ayer o anteayer tuviera fallos. Son ganas de vivir amargados permanentemente y no disfrutar, y agradecer, actuaciones positivas de hoy.
Uno no es entusiasta de todo lo que dice y hace el Papa Francisco. Cree incluso que su tan público dicho sobre quienes tienen cara de pepinillos en vinagre puede dar la impresión de que en muchas ocasiones él no se mira en el espejo cuando se afeita. Pero reconozco sin el menor problema que hay enfrente quienes la tienen. O dan la impresión de que la tienen porque son tan desconocidos que ni su cara sabemos.
Uno procura hablar con lo que su conciencia le dicta. Acertada o equivocadamente. Y lo que digo no se me transluce en la cara. Quienes me conocen creo que no me ven miradas torvas ni cara de pepinillo en vinagre. Y ni siquiera en las escasas fotografías que de mi persona circulan. Aunque, como el marqués de Bradomín, me reconozca feo, católico y sentimental.
La finalidad de esta entrada es pedirle a mis lectores, amigos no pocos aunque casi todos desconocidos por mí, que se gocen, como yo, ante realidades gozosas, que es lo importante, y no disminuirlas porque quien nos las causa, ayer, anteayer o hace treinta años metiera la pata. Lo que vale es el día en el que vivimos. La prehistoria o la arqueología para los estudiosos de ellas. Por supuesto que ahí están. Pero ¿vamos a rechazar las epístolas paulinas por sus años anteriores?
por ahí me he entrado, por buena fuente, que el troll rufus t. firefly antes se llamaba javier ejias. es decir, el mismo troll pero con distinto nick.
Me ha alegrado el día la noticia sobre Mongolia.Hoy descansaré bien y me sentiré feliz y todo por la labor que los entregados a Dios están haciendo.Que Dios, que da ciento por uno, les dé mi parte, porque la merecen mucho más que yo, que, a su lado, no valgo ni un pimiento de Padrón.
“¡Por favor Echenique! ¡Vete a Mongolia! ¡Te necesitan! ¡Ya tardas!“
lo anterior fue un troll exponiendo su nulo intelecto.
¿ Porqué no nos dedicamos a evangelizar en vez de estar siempre a la defensiva ? Otros lo hacen con resultados sorprendentes, como en Mongolia.
IN MONGOLIA LA CHIESA CATTOLICA HA SOLO 25 ANNI. INIZIÒ DA TRE MISSIONARI, OGGI CI SONO 1500 FEDELI
In Mongolia la Chiesa Cattolica ha solo 25 anni. Iniziò da tre missionari, oggi ci sono 1500 fedeli
da AsiaNews
La Chiesa cattolica di Mongolia ha celebrato, domenica scorsa, 9 luglio, i suoi 25 anni. Nel 1992, infatti, tre missionari arrivarono nel “Paese dal cielo blu” e tentarono di ricostituire una Chiesa che la tradizione vuole fondata nel VI secolo, ma che i secoli e 70 anni di dominazione sovietica avevano annientato.
I tre religiosi del Cuore Immacolato di Maria (Cicm) cominciarono la loro missione da un appartamento preso in affitto. Fra loro c’era anche il futuro Prefetto mons. Padilla. Da allora le conversioni al cattolicesimo sono state più di 1.500, le parrocchie da zero sono divenute sei e la comunità cattolica ha creato infrastrutture sanitarie ed educative molto apprezzate nel Paese.
Dal 28 agosto 2016, inoltre, la Chiesa ha il suo primo sacerdote autoctono, Joseph Enkh-Baatar . Ordinato diacono nel 2014, è andato in seminario in Corea del Sud e, una volta rientrato, prima della sua ordinazione ha visitato tutte le parrocchie locali, passando almeno un mese in ciascuna di esse.
Attualmente c’è un altro giovane che mongolo che studia in seminario e continuano a esserci dei battesimi, in un Paese a forte tradizione buddista. Padre Giorgio Marengo, missionario della Consolata, che vive nelle steppe dell’Asia dal 2003, ha raccontato ad AsiaNews che in un Paese come la Mongolia, “dove la maggioranza della popolazione è buddista e sciamanica ed esiste una forte sovrapposizione tra l’elemento religioso e l’appartenenza culturale, l’unico modo per evangelizzare è arrivare al cuore delle persone, sussurrando il cristianesimo”.
E padre Lusuka Mende, parroco della cattedrale di Ulaanbaatar, in una intervista a Radio Vaticana ha detto: “ci sono molte scuole materne. Con Caritas Mongolia abbiamo avuto dei progetti sull’agricoltura nel deserto di Gobi, che sono stati realizzati. Aiutiamo anche il reinserimento sociale dei mongoli che tornano dall’estero”.
A ostacolare la crescita della giovane Chiesa mongola ci sono alcuni ostacoli posti dalle autorità. Come il fatto che solo i mongoli possono essere proprietari di beni, il che non aiuta una Chiesa composta soprattutto di missionari stranieri o che le istituzioni straniere debbono utilizzare dal 75 al 95 per cento di personale mongolo.
Ma, ha raccontato a Pasqua di quest’anno padre Marengo, “la fede di queste persone è coraggiosa come quei fili d’erba che timidamente spuntano dalla terra ghiaiosa” del deserto di Gobi.