Lo del general de los Jesuitas es intolerable

|

Parecía imposible pero la Sosa Cáustica ha superado a todos sus antecesores y a leguas de distancia en el horror. Este hombre no es católico. No cree en la palabra de Cristo. Con la memez supina de que no había grabadores entonces. Ahora se nos descuelga con que el Diablo no existe. No pasa de un mero símbolo. Es la muestra más acabada del caos eclesial presente. Y nadie le llama la atención.

¡Pobre Compañía de Jesús! ¡Pobre Iglesia!

<

https://infovaticana.com/2017/06/01/general-los-jesuitas-cree-diablo-una-figura-simbolica/

https://infovaticana.com/blogs/el-olivo/quien-corrige-al-preposito-general-los-jesuitas/

http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=29537

http://www.marcotosatti.com/2017/06/02/il-diavolo-e-uninvenzione-simbolica-per-il-capo-dei-gesuiti-se-lo-sentisse-santignazio-di-Loyola/

http://www.riposte-catholique.fr/en-une/arturo-sosa-diable-fabrication-hommes

http://infocatolica.com/blog/nonmeavoluntas.php/1706021151-el-diablo-no-existe-el-papa-n

(El artículo de Aberasturi una vez más insuperable)

 

 

 

 

 

Comentarios
23 comentarios en “Lo del general de los Jesuitas es intolerable
  1. Echenique:

    San Juan Pablo II y Benedicto XVI corriegieron a multitud de hejeres mediante Doctrina de Fe, que es lo que yo propongo, y cuyo proceso lleva su tiempo. Ninguno de los dos iba declarando «Fulanito dijo el lunes pasado tal cosa y no tiene razón».

    Y como promoción de «heterodoxos», te recuerdo los nombramientos poco afortunados que hicieron estos dos papas, como el de Kasper, sin ir más lejos.

    El hecho es que tú no paras de acusar al papa Francisco de hereje, basándote en supuestas opiones suyas que te desmontamos algunos con declaraciones oficiales, pero a ti te da igual. Tú mismo.

  2. En el último medio siglo, muchas veces Roma se ha visto casi sola para señalar y condenar graves errores. Y eso es una vergüenza. Las Notificaciones reprobatorias, p. ej., de la Congregación de la Fe –recuerdo algunas: Hans Küng, 1975, 1979; Jacques Pohier, 1979; Edward Schillebeecks, 1979, 1980, 1984, 1986; Leonardo Boff, 1985; Anthony De Mello, 1998; Jacques Dupuys, 2001; Marciano Vidal, 2001; Jon Sobrino, 2006, etc– pocas veces fueron precedidas de reprobaciones fuertes y numerosas de Obispos y teólogos. En muchas ocasiones, por el contrario, éstos guardaron hacia esos autores un silencio respetuoso, cuando no una actitud favorable. Y aún se ha dado el caso de que, tras la intervención de Roma, hayan continuado sus apoyos hacia los notificados.

  3. Nadie es perfecto, Juan pablo II y benedicto XVI corrigieron cantidad de herejías y herejes de sus pontificados. Pregúntale, sin ir más lejos a Hans Küng o a los teólogos de la liberación marxista. el problema es que eres un ignorante o un malvado que trata de confundir. francisco, por el contrario, sólo persigue a los ortodoxos; los heterodoxos como Sosa, Kasper, Forte, Sorondo, Spadaro, Paglia, Coccopalmerio y un largo etc, son premiados y animados a decir el mayor número de barbaridades posible, en cantidad y calidad. Ésa es la gran diferencia entre este desastroso pontificado y los anteriores. De ahí los continuos insultos a los católicos rígidos, como jesucristo, que sigue sin admitir el divorcio.

  4. D. Francisco José:

    Ni san Juan Pablo II ni Benedicto XVI corrigieron personalmente la miríada de errores o herejías que se propagaron en sus pontificados. El papa no está para rebatir, citando su nombre, a cada imbécil que dice algo contra la doctrina. Él ha sido claro exponiendo la doctrina correcta en este punto.

    La Congregración para la Doctrina de la Fe debería hacer algo, sin duda, por indicación del papa o de oficio.

    Pero en su blog se acusa al papa de pensar lo mismo de Sosa (herejía) y Ud. lo permite. Y no es una vez ni dos.

    Saludos cordiales.

  5. Nadie es perfecto: Jamás he puesto en duda que el Papa no creyera en el infierno. En ocasiones he leído afirmaciones suyas que no permitían duda alguna. En mi entrada no hablaba del Papa sino del general de los jesuitas. Aunque lo qe sí parece cierto es que el Papa. que cree en el Infierno. no corrige a Sosa

  6. Don Francisco José:

    Ya está bien de permitir las calumnias de Echenique (y otros) respecto al papa Francisco.

    Lo que dice el Papa sobre el infierno:

    ««Dios de infinita misericordia, encomendamos a tu inmensa bondad a cuantos dejaron este mundo por la eternidad, en la que tú esperas a toda la humanidad redimida por la sangre preciosa de Cristo, tu Hijo, muerto en rescate por nuestros pecados. No tengas en cuenta, Señor, las numerosas pobrezas, miserias y debilidades humanas cuando nos presentemos ante tu tribunal a fin de ser juzgados para la felicidad o para la condena. Dirige a nosotros tu mirada piadosa, que nace de la ternura de tu corazón, y ayúdanos a caminar por la senda de una completa purificación. Que no se pierda ninguno de tus hijos en el fuego eterno del infierno, en donde no puede haber arrepentimiento».
    https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2014/documents/papa-francesco_angelus_20141102.html

    » Pero ella [La Virgen de Fátima], previendo y advirtiéndonos sobre el peligro del infierno [en el contexto de Fátima, el Infierno de los Novísimos] al que nos lleva una vida ―a menudo propuesta e impuesta― sin Dios y que profana a Dios en sus criaturas, vino a recordarnos la Luz de Dios que mora en nosotros».
    https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/05/13/rit.html

    Sobre el demonio, ser personal, ángel caído:

    «Satanás siempre busca destruir al hombre (…) esa inteligencia tan grande del ángel no podía soportar en sus hombros esta humillación, que una creatura inferior fuera hecha superior; y buscaba destruirla».
    https://w2.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/documents/papa-francesco_20140929_angeles-demonios.html

    » San Pablo subraya que esta lucha no es contra las cosas pequeñas, “sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal. Es decir, contra el diablo y los suyos”.
    Sin embargo, continuó el Papa, “a esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! ¡Lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios! Aunque no estamos muy convencidos de ello”.»
    https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-el-diablo-no-es-un-mito-y-debemos-combatirlo-52130/

  7. Echenique, recuerdo que Francisco al inicio de su pontificado expresó un desiderátum respecto a la salvación de las almas. Eso significa que realmente cree en el infierno y, hasta tal punto, que parecía rogar porque nadie acabara condenándose aunque lo expresara en presente de indicativo. El General de los jesuitas no era todavía el padre Arturo Sosa.

    Que el demonio, la personificación del mal, se exprese simbólicamente no debería sorprendernos (imágenes profanadas, fuerza sobrehumana, vómito de clavos, lenguas muertas, levitaciones, gritos desesperados, etc.) porque el demonio existe, pero ¿cuál su esencia? Hemos oído hablar de apariciones de Jesucristo, de la Virgen, de Ángeles y de Santos, sin embargo, nunca de la persona de Satanás. El demonio necesita un medio para poder expresarse (una persona, un animal, un objeto…) y, por eso, es fácil confundirlo con el símbolo bajo el que aparece y deducir que es una invención del hombre.

    Los pastores de Fátima vieron a los demonios y a las almas condenadas en el infierno pero no pudieron distinguir a ninguno de ellos. No pudieron darles nombre pero eso no significa que no lo tengan como se recoge en las Escrituras o como cualquier exorcista le podrá explicar. La nimiedad del demonio (como pavesas en incendio) no dispone de ser en sí para mostrarse tal y como es porque su nombre es su vicio, su no ser. Ese vicio es el que se puede percibir en el rostro del que está en pecado.

    Juzga usted con dureza inusitada las palabras y decisiones del Papa y del General de los jesuitas sin dar opción a explicarse. Algo parecido a lo que pasa con Amoris Laetitia. Las exhortaciones se escriben en un momento determinado pero con una validez perenne. ¿Cuándo fue escrita la Familiaris Consortio? Hace 30 años. ¿En qué momento la leyó usted? Pasados esos 30 años a instancias de la AL. Si FC se publica cuando el proceso de secularización parece estar ya en marcha en las sociedades cristianas, Amoris Laetitia lo hace cuando otro proceso aparece en el horizonte.

    Una sociedad no puede vivir sin una ley y cuando desaparece la vigente otra viene a sustituirla. Dentro de tres décadas recordará la sabiduría de ese documento porque AL es la guía a seguir si el Islam se acaba imponiendo en los países cristianos. AL es la defensa de la mujer ante la imposición forzada del matrimonio islámico y de los homosexuales ante la brutalidad de la sharia. Es una exhortación y, por lo tanto, una advertencia y no una declaración dogmática.

  8. Jose Luis Aberásturi.
    Lo acaba de declarar, tal cual y de un tirón, el sr Sousa, actual jefe supremo o prepósito general de los jesuitas de todo el mundo: “el diablo es un invento de los hombres». Hay que reconocer que, al menos, ha tenido la delicadeza de no dar nombres; ni siquiera el de Benedicto XVI, que no sé por qué se me viene ahora mismo a la memoria.

    Y es un “invento», sigue empecinadamente intentando explicar su increíble invento, diciendo que “era un modo de dar nombre al mal». Está todo en una entrevista a un diario español de cuyo nombre no me acuerdo: palabrita… Pero está.

    Este buen hombre es todo un hereje declarado; no “camuflado” porque no pretende ocultar nada de nada. Bien porque tiene barra libre, y así lo cree él; bien porque de la doctrina católica no solo no tiene ya ni un remoto recuerdo, sino que está en perfecto y total desacuerdo con ella. Y lo dice. ¿Qué pasa?

    Pues hemos llegado a un punto en que no va a pasar nada. Para el Vaticano -y ya ha saltado a la palestra el correspondiente: ¡rápido, rápido!- la tragedia es que Trump se haya salido del pacto de París por el cambio climático que había firmado su predecesor. O los abusos sexuales: de la corrupción de las conciencias, ni una palabra, oiga. ¡Y ya está bien de hablar del aborto, porfa!; hay que hablar del alargamiento del muro y de la deforestación de la amazonia: ¡eso sí son auténticas tragedias! ¿El aborto?, Baaaahhhhhh. ¡Ya está bien de esclavizar las conciencias!

    Para liberarlas -supongo que por lo menos tendrá esta “buena intención»-, el Sousa se marca la machada anterior -me aburre hasta el volverla a copiar, así que no la copio-: ¡no hay demonio! ¡Ni ha existido, ni existe, ni existirá! ¡Si lo sabrá él! Y de buena tinta, además.

    Porque vamos a ver. ¿Qué es eso de los ángeles que se rebelaron contra Dios, y fueron combatidos por el arcángel san Miguel; y, derrotados -no les duraron ni medio segundo, la verdad-, fueron convertidos en demonios y arrojados al infierno?

    Un poquito de seriedad, oiga. ¿Quién se cree, a estas alturas del hombre moderno, adulto y descristianizado -sin Fe y sin Dios, pero endiosado en su pensamiento y su altivez- semejante “patraña»? (Que Dios me perdone por escribir esto; pero pretendo defender la doctrina de siempre, nacida en la misma Revelación divina).

    Cómo, ¿pero la existencia de los demonios es “Palabra de Dios»? Pues va a ser que sí. El mismo Jesús en varias ocasiones los cita, y no precisamente alabándolos. En una de ellas, lo denuncia, a la vez que lo define, como “mentiroso y padre de la mentira». Vamos, como para fiarse de él…

    El problema está en la ausencia de grabadoras en aquella época; cosa que ya denunció, con la autoridad que le confiere su condición de prepósito de los jesuitas y de sacerdote especialista en “ciencias políticas” -como los de ‘podemos’ mismamente- el tal Sousa. Porque lo de los Evangelios y los evangelistas es que no le da ninguna confianza a este buen señor; y claro, sin grabadoras…, la fe se hace muy cuesta arriba, ¡qué les voy a decir!

    Pues les voy a decir una cosa más, aunque sea repetirme: ya escribi en su momento -en la declarada sobre las grabadoras- que los jesuitas, con este señor a la cabeza, habían firmado su certificado de defunción.

    Y en ello están: cavándose la fosa. “A la sousa», que ahora es la especialidad de la casa.

  9. El Purgatorio y el Infierno son dos realidades sobrenaturales de las cuales se habla poco y se conocen mucho menos. Sin embargo, como católicos sabemos que después de morir, nuestra alma puede irse al Cielo, al Purgatorio o al Infierno: depende de cómo fue nuestra vida en la Tierra.

    En tiempos pasados, cuando se enseñaba la fe, se nos decía mucho: “Dios te va a castigar” o “Te vas a ir al infierno”. Frases por el estilo nos impedían entender la bondad de Dios.

    Ahora, en cambio, las afirmaciones que escuchamos con mayor frecuencia son: “El infierno no existe” o “No pasa nada si hiciste algo malo”.

    Pareciera que se está en el otro extremo y no se llega a la verdadera comprensión de lo que es el Infierno o el Purgatorio.

    De hecho, hay quienes sostienen que el Demonio ganó una batalla importante: el hacer creer al hombre que el Infierno no existe…

    El Infierno es un estado que corresponde, en el más allá, a los que mueren en pecado mortal y enemistad con Dios, habiendo perdido la gracia santificante por un acto personal, es decir, inteligente, libre y voluntario.

    ¿Crees que si no existiera el Infierno, Jesús hubiera empleado su tiempo, que Él sabía muy valioso, hablando de una mentira, algo ficticio, sólo para asustar a los hombres? Jesucristo sabía lo que es el Infierno y por eso vino al mundo: a librarnos de ese castigo eterno y a enseñarnos el camino para llegar al Cielo.

    Por otra parte, si el Infierno no existiera, ¿qué sentido tendría la salvación? ¿A qué hubiera venido Jesús al mundo? ¿A salvarnos de qué?

    No podemos escapar de creer que el Infierno es algo real. Debemos tomar en serio la posibilidad de ser desgraciados para siempre.

    ¿Existe el Purgatorio?

    Las almas que llegaron a la muerte en estado de gracia, pero no totalmente purificadas para entrar al Cielo, pasan a un estado de purificación que conocemos con el nombre de Purgatorio.

    Existe el riesgo de presentar al Purgatorio como un “infierno temporal”. Pero debe quedar claro que no es así. No sólo son distintos, sino contrarios, ya que el Infierno se centra en el odio, mientras que el Purgatorio se centra en el amor.

    El retraso en la posesión de la persona amada provoca sufrimiento y ese sufrimiento purifica el amor, lleva a un amor más pleno. De esto se trata el Purgatorio: amor fundado en la esperanza de estar con el amado, al cual no se puede alcanzar en ese momento.

    ¿Cómo es posible que exista el Infierno, si Dios es infinitamente misericordioso?

    Dios ofrece su amistad sobrenatural al hombre, quien puede rechazarla libremente. Dios ofrece esta amistad gratuita y libremente, pero nunca la impone. Además, nos da la vida terrena para elegirla.
    Después de la muerte, el hombre ya no tendrá posibilidad de elección. El hombre que ha rechazado en su vida la amistad con Dios, ya no es admitido a ella.

    Esta conciencia de no admisión y el saber que ya no tiene remedio, que ya no hay posibilidad de conversión, hace que surja en el condenado el odio y el endurecimiento.

    En el momento de la muerte, el alma separada del cuerpo, por ser espíritu puro, queda fija para siempre en la posición a favor o en contra de Dios que tenía en el último momento de vida. Dios rechaza eternamente al condenado, pero no porque lo odie, pues su amor es siempre fiel, sino porque el condenado está eternamente cerrado a recibir el perdón. ¿Cómo poder perdonar a alguien que no quiere ser perdonado?

    ¿Hay alguien que realmente esté en el Infierno?

    Eso no lo podemos afirmar. Sabemos que existe el Infierno con la misma certeza con la afirmamos que existe el Cielo. La Iglesia nos asegura que hay gente en el Cielo y que son los que han sido canonizados (declarados santos o santas). Pero, nunca se ha hecho una “canonización al revés”, que nos asegure que cierta persona está en el Infierno.

    Sin embargo, hay quienes Dios les ha concedido una visión del Infierno, como Santa Teresa de Ávila, que escribió: “Vi almas que caían al Infierno como hojas que caen en el otoño”.

    ¿Puedo salvarme si me arrepiento en el último momento?

    Es demasiado arriesgado pensar que puedes vivir como quieras y arrepentirte en el momento de la muerte, pues ese momento será muy difícil para ti.

    Como dijo la Madre Teresa: “En el momento de la agonía, el hombre sufre tanto, que es muy fácil que se sienta invadido por la desesperación y la angustia, y estos sentimientos lo vuelvan incapaz de arrepentirse y recibir el perdón de Dios”.

    Será muy difícil que en el último momento tengas la fuerza y la valentía para arrepentirte, si viviste toda tu vida lejos de Dios. Sin embargo, si te empeñas en arriesgarte, es verdad que Dios te da la posibilidad de arrepentirte hasta el último instante de vida y puedes salvarte con ese único acto de arrepentimiento

    ¿En qué consistirán las penas del Infierno?

    Así como en el Cielo disfrutaremos plenamente, como hombres formados de cuerpo y alma, en el Infierno también se darán dos elementos de sufrimiento:

    El sufrimiento del alma por no poder ver a Dios, llamado pena de daño. Este sufrimiento se deriva de que los que fueron condenados ya vieron a Dios, con toda su belleza y grandiosidad, en el día del juicio y… ya no lo podrán ver jamás. Es el sufrimiento ocasionado por sentirse irresistiblemente atraídos hacia Dios, sabiéndose eternamente rechazados por Él.

    El sufrimiento del cuerpo o pena de sentido.

    Aquí se trata de un elemento material que causa un daño físico, un dolor intensísimo en el cuerpo. Para significar este gran sufrimiento, Cristo habla en el Evangelio de “fuego”, y aunque no necesariamente es un fuego como el que conocemos en la Tierra, ésta es la imagen que comúnmente tenemos de las penas del Infierno.

    ¿Puede un condenado arrepentirse?

    ¡Ojalá pudiera, pero ya no tiene esta posibilidad! El corazón de los condenados se endurece. Sufren por no estar con Dios, pero ese sufrimiento se transforma en envidia y en odio. Se convierten en enemigos de Dios.

    Santa María Magdalena de Pazzi oyó una vez la voz de Dios que le dijo:
    “Entre los condenados reina el odio, pues cada uno ve ahí a aquél que fue la causa de su condenación y lo odia por haberlo llevado ahí. De esta manera, los recién llegados aumentan la rabia que ya existía antes de su llegada”.

    ¿Podemos imaginar el Infierno?

    Si hacemos la operación inversa a pensar en el Cielo, es posible hacernos una idea aproximada acerca de cómo podría ser el Infierno. Aunque será una analogía, pues como ya dijimos, el cuerpo resucitado no será un cuerpo como el que ahora tenemos, sino diferente, que ya no estará sujeto al espacio y al tiempo.

    Para hacerte una idea de lo que es el Infierno, imagina el lugar más horrible que puedas, quítale lo poco bello que le quede y llénalo de las cosas más repugnantes y aterradoras. Imagínate haciendo lo que más aborreces, sufriendo dolores en todo el cuerpo; contemplando imágenes espantosas; escuchando sonidos estridentes y desafinados; experimentando los sabores más amargos; sufriendo con los olores más desagradables, y sintiendo en tu corazón los peores sentimientos: envidia, celos, remordimiento, rencor, odio.

    Después, rodéate de las personas más abominables que te puedas imaginar: orgullosas, envidiosas, egoístas, criticonas, sarcásticas, sádicas y degeneradas. Y lo peor de todo… te sientes irresistiblemente atraído hacia Dios y sabes que nunca podrás llegar a estar con Él.

    Piensa que en ese lugar estarás aprisionado para siempre, sin posibilidad alguna de escapar. Esta puede ser una imagen semejante al Infierno, pero debes tener la seguridad de que cualquier cosa que te imagines será mínima frente a la realidad, pues nuestra condición humana nos hace incapaz de imaginar un sufrimiento sin límites.

    El camino seguro para ir al infierno:

    Si sigues los pasos que a continuación se presentan, puedes estar seguro de estar en el camino ancho y espacioso que lleva a la perdición. No tienes que hacer todo, sólo con que cumplas bien alguno de ellos, habrás asegurado tu infelicidad eterna.

    Búrlate de lo que hacen los demás, con la seguridad de que nadie puede hacer las cosas tan bien como las haces tú. Piensa sólo en ti, en tus intereses y deseos y no vayas a cometer nunca el error de preocuparte por lo que piensan o sienten los demás. Siempre muéstrate indiferente ante los problemas de los demás. Convéncete de que cada cual debe de preocuparse de lo propio.

    Procura desconfiar de todo el mundo. Piensa mal de todos y de todo. No olvides hablar mal de ellos y hacer públicos sus errores.

    Cuando alguien te haga enojar, descarga tu furia sobre él con actos y palabras. Nunca vayas a cometer el error de perdonarlo.

    Prueba todas las experiencias autodestructivas que se te presenten en el camino. Sigue los consejos de todas las campañas publicitarias, ve todas las películas y revistas que lleguen a tus manos, sin importar su contenido, de esta manera llenarás tu corazón de ideas materialistas y ya no existirá lugar alguno por donde Dios pueda entrar. Ten cuidado de no dejar ni un hueco, pues Dios puede infiltrarse por ahí para intentar salvarte.

    Apégate lo que más puedas a las cosas materiales. Funda tu felicidad en ellas y siéntete desgraciado cuando no tengas algo o pierdas aquello que ya tenías. Desea siempre tener más y más, y nunca vayas a compartirlo con nadie.

    Come y bebe lo más que puedas. Si se trata de bebidas alcohólicas o drogas, aún mejor. De esta manera, perderás la conciencia de tus actos y podrás cometer atrocidades sin los molestos remordimientos de conciencia que tal vez podrían hacerte cambiar.

    Entristécete por todo lo bueno que les suceda a los demás y deséales el mal a todos. Piensa que nadie tiene derecho a ser más feliz que tú. Si esto llegara a suceder, saca todas las armas para destruir con tus actos y tus palabras a la persona que haya osado tener una cualidad o una cosa que tú mereces y ella no.

    No te esfuerces por nada. Cualquier cosa que te cueste un poco podría hacer de ti una mejor persona y librarte del infierno.
    ¡Cuidado!

    Jamás hagas oración.

    ¿Dónde se habla del Infierno en el Evangelio?

    Jesucristo habla del Infierno en el Evangelio y expresa claramente su carácter de castigo doloroso y eterno.

    Algunas de estas citas se encuentran en:
    San Mateo:
    “Quien dijere a su hermano “insensato”, será reo de la gehena del fuego” (5,22).
    “No temáis a los que matan el cuerpo; temed más bien a los que pueden arruinar el cuerpo y el alma en el fuego eterno” (10,28).
    “Y los echarán al horno de fuego; allí llorarán y les rechinarán los dientes” (13,50).
    “Atadlo y echadlo fuera a las tinieblas, donde habrá llanto y crujir de dientes” (22,13).
    “Y el siervo inútil será arrojado a las tinieblas”. (25,30)
    “ irán éstos al tormento eterno” (25,46).
    San Marcos:
    “Más te vale entrar manco al Cielo, que entrar con las dos manos a la gehena, al fuego inextinguible” (9,43-48).
    San Lucas:
    “… para que no vengan también ellos a este lugar de tormento…” (16, 28).

    Algunas personas, incluso algunos sacerdotes, podrán decirte que el Infierno es una especie de Purgatorio transitorio.
    Recuerda que el Infierno es la separación eterna de Dios, infelicidad plena (Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1033-1037).
    También, podrás encontrar a quienes te digan que el Purgatorio es un invento de la Edad Media. El Purgatorio es la purificación final de los elegidos, completamente distinta del castigo de los condenados (Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1031).

    El verdadero camino es el de la puerta estrecha, si queremos llegar a Dios.

  10. Lo nombraron los jesuítas, pero goza de la más absoluta confianza de Bergoglio, quien ni lo corrige ni lo corregirá porque, en el fondo, piensa lo mismo, aunque no se atreva a tanto. Sosa prepara el camino, quizás hasta por indicación de Bergoglio. Tanto silencio resulta sospechoso, altamente sospechoso.

  11. Una cosa es estar en el mundo,otra que el fin justifique los medios. Pero esta BASURA no se justifica con nada y a nadie hace bien!

  12. Yo prefiero ni leerlo. De verdad que esa superioridad intelectual acaba degenerando en inferioridad moral. Yo en esa iglesia tan moderna y tan cool no creo, lo malo es que parece que se dirigen a los ateos y esos no van a creer por mucho que hagan una iglesia a su medida.

  13. Me vuelve a atacar la duda: si de verdad quedan ignacianos (como dice Johnny Gin), en la Compañía, ¿por qué no salen? ¿Por qué no abandonan? ¿Esperan regenerar algo?

  14. Menudo escándalo, y no es el primero. Aquí sólo falta la actuación de la autoridad competente y de la incompetente. Y me explico, la competente la del Papa y del dicasterio correspondiente. La «incompetente» es a veces la más difícil, porque, a pesar de lo que expresa «Fco. Antonio», los jesuitas que no están de acuerdo con esa predicación deberían llenar de cartas de protesta -con todo el debido respeto que se quiera- su mesa, la del Prepósito. Rezar sólo, salvo que uno no tenga otras posibilidades y las ejercite, por pequeñas que sean, no es algo que agrade a Dios ni sea AMDG. Demasiados perros mudos que participan a veces de lo malo o de lo incorrecto.

  15. El Papa tendrá las virtudes y los defectos que tenga. Pero el Desprepósito y Despropósito de la Compañía de Jesús n lo nombró él. Fueron los jesuitas.

  16. El problema, siendo gravísimo, no es que el general Sosa sea un instrumento del Diablo. Ni que el papa jesuita -quién le propuso para el cargo- le auspicie. Muchísimo más grave es la degeneración a la que ha llegado la Compañía de Jesús, donde una mayoría de sus miembros está por la demolición de la Iglesia de Cristo y, lo que es peor, causando de manera sistemática y premeditada, auténticos estragos en la vida de muchos de sus dirigidos.

    Mientras, algunos jesuitas ignacianos a quienes conozco, inmovilizados y, por tanto, impotentes ante tanta degeneración, no se sienten capaces más que para rezar y callar…

    (Johnny-Gin)

  17. Pues Francisco no sólo lo tolera. Lo ha elevado a despropósito general. Quizás nos pòdemos consolar con que no había otro peor.

  18. El blogger lo resume muy bien: «Este hombre no es católico». Esas declaraciones, y otras anteriores expresan claramente que no comparte la fe de la Iglesia Católica. Es tremendo, dada la relevancia del cargo que ocupa, que nadie corrija, que nadie matice. Cualquiera de los Pontífices anteriores de los últimos 3 siglos, lo hubiera destituido en el acto.

  19. el bigotillo sosa vuelve a hacer de las suyas con el apoyo de bergoglio.

    y por cierto, la una vez gloriosa compañía de jesus, hoy en día se ha convertido en una grotesca y diabólica caricatura de sí misma ocupada o mas bien okupada por comunistas, anticapitalistas, revolucionarios, maricones, abortistas, herejes, apostatas y hasta por marvin el marciano. y mientras que la una vez gloriosa compañía de jesus se hunde cada día más en la mi..da, bergoglio, el del bigotillo, nicolas pachon, antonio spadaro y compañía solo se les ocurre tocar la lira y cantar sus bufonadas como neron. qué bárbaro son estos tíos jesuitas!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *