| 07 febrero, 2018
Son ya muchas veces en las que se repiten imágenes análogas y cada vez con menos público. Hubo un tiempo que el límite estaba en el Obelisco. Ahora es que no hay nadie. Algo se tiene que estar haciendo muy mal. Y el Papa forzosamente tiene que darse cuenta de ese grandísimo vacío. Y que su «inmensa» popularidad no atrae ya a nadie. Porque ese «éxito» es una vergüenza.
«Misereo super turbas…» En plena estampida de la religión Católica, única verdadera de la Iglesia, como ovejas sin Pastor.
Parece que es lo que se quiere y se rebusca para dar lugar a la iglesia de iglesias promiscuas unidas en la nada de la «telogía QUEER» que ahora toma excremento a seguido de la Teososfía de la Liberación y como apéndice evolutivo. Ya liberarse del todo de toda religiosidad trascendente y quedarse con la «espiritualidad de los sentidos» o sea del materialismo.
Queer o cuir es un término global (del inglés queer, «raro» en sentido peyorativo) para designar a quienes no son heterosexuales o no son cisgénero. En el contexto de la identidad política occidental, la gente que se identifica como queer suele buscar situarse aparte del discurso, la ideología y el estilo de vida que tipifican.
Algunas personas le sumaron la “Q” a la sigla LGBTI. ¿A qué se refiere esta letra y qué tan válida es incluirla ahí? Especial “Queer con plastilina”.
(Wikipedia)
Entran en retiro.
Etiquetas: Evangelios, Hacia la espiritualidad de los sentidos, José Tolentino Mendonça, Joseph Roth, mística, Michel Certau, Walt Whitman
Sobre el autor
Berta Ares
Berta Ares es Licenciada en Periodismo (UPSA) y Máster en Estudios comparativos de Literatura, Arte y Pensamiento (UPF). Realizó estudios y una investigación de posgrado en Tel Aviv University (TAU), cuyas conclusiones se publicaron en la prestigiosa ‘Qesher’ (N. 24) que se edita en Tel Aviv y Nueva York. Trabaja en el campo de la comunicación cultural y la comunicación corporativa, y escribe su tesis doctoral, sobre Joseph Roth, en el Departamento de Humanidades de la UPF. Sus inquietudes literarias se inscriben en el campo de la memoria, el laicismo, la religión, la modernidad y Europa.
Según su comentario,queda patente que es eso lo que se busca: vaciar la Iglesia de católicos. Si no, habría cambiado de rumbo hace tiempo. A estas alturas, no puede no darse cuenta. Sigue apresuradamente su ruta, pq sabe que ningún humano se opondrá frontalmente a su desviada teología .
Hombre Filemón, pues se puede ir a Roma sin ir a ver al Papa. Mi familia y yo vamos a ir próximamente y no pensamos acercarnos.Encima de la que está organizando y del desastre de pontificado no vamos a ir a aplaudirle. ¡Faltaría más!.Encima de cornudos apaleados.
Pues a ver si a los pobres romanos les quiere meter un millón de inmigrantes, y el con tanto espacio y con poder de expedir pasaportes no quiere cargar ni con uno, pues normal que no le quieran ni ver. Ese carga pesados fardos sobre la sanidad de los romanos, asistencia social, vivienda, escuela, pero el no coge ni una triste paja.
«Lógicamente, los visitantes de la Ciudad Eterna no dejarán de faltar al encuentro con el Santo Padre»
No tiene por qué ser así ni mucho menos.
El show de Bergoglio en el Vaticano es como sus misas tango en Buenos Aires, el primer día causaron un revuelo mediático-escandalera. Después se vaciaron las misas y la misma iglesia hasta no venir nadie, ni los bailongos ni los de los bongos. Ni que lo hiciese a propósito. Luego se queja de que tras las catequesis (modernistas) imperantes, los jóvenes abandonan la iglesia y no vuelven jamás. Lógico. Pero de autocrítica cero.
No debe uno apresurarse a sacar a conclusiones sin haber escuchado antes los motivos por los que la asistencia era antes mayor que ahora. Habría que preguntar las razones a los que antes iban y ahora no van. Lógicamente, los visitantes de la Ciudad Eterna no dejarán de faltar al encuentro con el Santo Padre así que la pregunta debería dirigirse a los residentes en Roma, a los romanos. A los que antes iban y a los que ahora van. La profecía sobre la ciudad se refiere a la Roma de las siete colinas, el Vaticano es sólo una de ellas y el Papa no es el emperador.
Según Gloria TV, Juan Pablo II tuvo una asistencia media de 32.000 personas en sus audiencias y Benedicto XVI, de 33.000. De enero de 2015 a diciembre de 2017, Francisco ha tenido sólo un promedio de 9.041 personas en sus audiencias:
https://gloria.tv/article/69pRsH2m61AF1QwUXiU6LbB9u
La foto oficial del Vaticano sitúa la audiencia en la Sala Nervi, no en la plaza
efectivamente, el show de bergoglio, el tirano banderas del vaticano, esta perdiendo publico. ante esto, habrá que traer al truchete fernandez, a walter kasperoso, a porky marx, al bocazas maradiaga, al bigotillo sosa, a antonio spadarito, al lobby gay del vaticano, y toda la chusma anticatolica para que intenten llenar los notables huecos de la plaza de san pedro.
Pues que baje un rato lo más dilatado posible del solio que abochorna a diario, nos dé un respiro y saque así tiempo para llamar a compadres y comadres…