La Iglesia es como es, no como al perroflauta de turno se le ocurra que deba ser. Y ciertamente no es asamblearia sino que en ella hay una autoridad que viene del mismo Cristo a Pedro y los Apóstoles y de ellos a sus sucesores. Y además asambleario no es nada salvo en pequeñísimos grupos y bien avenidos. No hay más que ver lo que son muchas asambleas de vecinos y eso que se reúnen para tratar problemas comunes y todos se conocen.
Un párroco de la diócesis de Getafe creó un Consejo Pastoral, naturalmente a su gusto, como es normal, y cesado el párroco y el consejo, éste protesta por lo uno y por lo otro. También normal en quienes no saben de Iglesia y además quieren mangonearla.
Es potestad irrenunciable del obispo nombrar y cesar a los párrocos. Y al que no le guste que se haga presbiteriano. En esos nombramientos y ceses cabe de todo como también es normal. Hay nombramientos y ceses acertadísimos, otros son un claro y penoso error del obispo, por desconocimiento, incompetencia, vagancia, dejarse aconsejar o influenciar por quienes no debiera… Los hay también que responden a claras injusticias, venganzas, antipatías personales injustificadas o aunque fueran justificadas. En los casos más extremos existe en teoría un procedimiento que repare la injusticia e incluso la canallada. De muy dudosos resultados pues el corporativismo suele imperar en las alturas. Aunque en algunas ocasiones se haga justicia. ¿Por casualidad como en la flauta del burro? Vayan ustedes a saber. Pero esto no es peculiaridad de la Iglesia sino de la misma condición humana? Sobre todo si los que juzgan no son ajenos a la cuestión. Un trabajador de una empresa lo tiene crudo frente al director de la misma, un soldado con el sargento o un comandante con el general. Ya en un partido político no digamos. ¿María San Gil o Esperanza Aguirre con Rajoy? ¿Gómez o Carmona con Sánchez? ¿La noche de los cuchillos largos con Hitler o Trosky con Stalin? Por no hablar de las purgas stalinistas. ¿Casillas con Mourinho? En casos clarísimos, y más si hay delito por medio, puede ganar el inocente pero una elemental prudencia aconseja no irritar al superior. Aunque sea un asco de superior. Que abundan.
Ninguna organización puede sobrevivir sin autoridad, aunque en ocasiones sea desacertada y hasta injusta, y la Iglesia tampoco. Pues en Getafe, se ha producido un caso al que algunos parece que quieren dar aire contra el obispo. Y que no es nuevo. Hemos vivido numerosos casos de protestas parroquiales ante un traslado de párroco. Flor de un día. Huelga de misas, concentraciones en la puerta de la iglesia par impedir el acceso del nuevo párroco, eco mediático en los medios de siempre… Y luego…, nada. Los soplagaitas se aburrían enseguida de soplar el instrumento, que además sonaba desafinadísimo, si desaparecían de la Iglesia más bien le hacían un gran favor, el cura destituido aceptaba otro destino o se iba con viento fresco también con notable beneficio eclesial y la tremebunda tormenta meses después no la recordaba nadie.
Don Joaquín López de Andújar, obispo de Getafe, ha hecho, por fin, lo que debía haber decidido hace tiempo. Y en mi opinión con un error que va a traer consecuencias. Ese ya expárroco, en la parroquia, va a ser una constante fuente de conflictos. No me las doy de profeta pero me apuesto algo que va a ser así. U otro sitio o puerta. Y hasta me parece complicado lo de otro sitio.
Han reunido algunos miles de firmas, no tantos, contra la decisión del obispo. ¿Qué valen? ¿Son de católicos comprometidos con la Iglesia, de práctica sacramental frecuente o a la mayoría no se le ha visto jamás en el templo? Porque esas prácticas son tan torticeras que sólo engañan a los bobos. ¿No creen ustedes que si el PP se dedicara a recoger firmas entre sus afiliados reclamando el cese de Sánchez podrían llegar a varios millones? ¿O el PSOE entre los suyos y afines pidiendo la retirada de Rajoy?
Ya lo de presentar al obispo de Getafe como el colmo de la maldad por afirmar la doctrina de la Iglesia indica sobradamente quienes son los apoyos de ese cura y me temo que también quien es el cura. Aunque sólo sea por aquello del dime con quien andas…
http://www.periodistadigital.com/religion/diocesis/2016/09/03/guerra-abierta-entre-el-obispo-de-getafe-y-una-parroquia-de-fuenlabrada-religion-iglesia-despido.shtml
Creo que no es necesario añadir que en esta ocasión uno está a tope con el obispo. Y estoy seguro de que los católicos que frecuentan las iglesias de la diócesis, también.
Veo que te has aprendido bien mi nombre, pero eso no te da derecho a faltarme el respeto. Progresaurio es una definición, que debes conocer perfectamente, porque no aportas nada nuevo. Como no te conozco (gracias a Dios) no voy a entrar en descalificaciones. Alguien que escribe con tanto desprecio hacia los demás no merece muchas más líneas. En cualquier gracias.
si hablamos de estrechez mental patológica, de violencia verbal y de decir estupideces, definitivamente el mamarracho bergogliano Aarvend se lleva la medalla de oro. y en cuanto al progresaurio Francisco Javier Pérez-Cejuela Alonso, bueno, que siga con sus payasadas, que a lo mejor se convertirá en el primer hombre en pisar pluton.
Gracias Aarvend por tus palabras. Creo que las discrepancias vienen más bien por el desconocimiento, de lo que en la entrevista mantenida con el Sr. Obispo sucedió. Y lo que hace perder toda razón, o al menos gran parte de ella, es sin duda alguna el trato que se le ha dado a Javier (Párroco de la Sagrada Familia) no comunicándose con él, a lo largo del proceso. Máxime cuando se encontraba en su período vacacional, autorizado expresamente por Getafe hasta el próximo día 14 de septiembre. Reitero mi agradecimiento a tu amable respuesta.
Francisco Javier, he leído tu escrito y no encuentro oposición entre ese «decálogo» y la conducta, en lo general, de los obispos españoles, y menos aún en particular de Mons. López de Andújar. Me recuerda al «conflicto» entre el cardenal Rouco y la parroquia singular de San Carlos Borromeo de Entrevías: el asunto que está en cuestión no es la dedicación a los pobres y desfavorecidos, ni tampoco el diálogo o el «no imponer» nada. Siendo sincero, no podrás decir que el obispo haya recriminado ese modo de actuar, ni tampoco la pastoral y el acogimiento de la gente de la cárcel. Igual que en Entrevías nadie recriminó la atención a la gente sin recursos, a inmigrantes o marginados. No sé si alguien en la Iglesia, antes, después o nunca se habrá atrevido a echar en la cara a un sacerdote la atención a los pobres. Por corrompidas que estuvieran las costumbres y los miembros del clero distantes, la dedicación a los pobres. Nunca ha podido ser reprobada, porque está en la entraña de la Iglesia desde que Jesucristo la fundó.
El problema suele venir cuando el acogimiento a todos implica relativizar la fe de la Iglesia, o cuestionar la moral del Evangelio tal como la expone el Magisterio, o convertir a asuntos opinables y discutibles en banderas para seguir en una parroquia.
La jerarquía es un servicio, pero también un orden. Así se desprende de la vida de la Iglesia desde que los Apóstoles acompañaban a Jesús. Jesús sí decía las cosas con autoridad, decía lo que era pecado y lo que era el camino del Reino. Y por eso se le enemistaron las clases acomodadas (saduceos y fariseos), por su modo de hablar, por sul trato cercano y espiritual con el Padre, como también los zelotes y los que querían el reinado temporal y la sublevación anti-romana. Pero lo que debemos intentar seguir son sus pasos. Éso es lo que nos debe unir. Es por eso incomprensible una reacción tan violenta a un cambio de destino de un sacerdote.
Y que cada uno intente vivir lo mejor que pueda el mensaje de Jesús. También por eso resulta tan irritante entrar en estos blogs donde gente que se dice católica y muy defensora de la doctrina y la moral, que en cuanto alguien discrepa de lo que ellos entienden (hay varios comentaristas por aquí que tienen una estrechez mental patológica, y te has encontrado a uno, Batman o man with no name, que ha lanzado una de sus coces habituales), reaccionan con una violencia verbal y unas estupideces que abochornan realmente a cualquiera que piense que son sus hermanos . Lo cual esta gente, significativamente, suele negar, puesto que para ellos la ley de la caridad de Cristo es menos interesante que las condenas, los anatemas y las maldiciones.
Es muy alentador ver que algo de lo que he escrito, pudiera molestarle D. Man With No Name. Sinceramente escondido tras su ridículo nick, francamente no le veo con catadura moral suficiente como para tildar de payasadas, lo que anteriormente expuse. No creo que nosotros seamos el problema de esta iglesia, sino gente oscura y frívola en los comentarios, como con los que usted se ha referido a mi persona… sin conocerme en absoluto.
Es muy respetuoso y tranquilizador por su parte Sr. Man With No Name (por cierto muy oportuno su avatar – se descalifica solo)… Sus amables palabras. No entiendo muy bien lo de «payasadas» sobre todo cuando se refiere a alguien que no se esconde tras un absurdo nick como el suyo.
En cualquier caso como dijo D. Quijote… y un compañero de fatigas «ladran luego cabalgamos»
este es el problema de la iglesia actualmente, que sujetos como el tal Francisco Javier Pérez-Cejuela Alonso utilizan a bergoglio como excusa para justificar sus payasadas sin limites.
Discúlpenme pero estoy francamente desesperanzado.
No se si es correcto o no todo lo que estamos viviendo, pero lo que me intranquiliza más, es pensar que nuestros Obispos se apartan a mi entender, del decálogo que el Papa Francisco estableció en su hoja de ruta para la iglesia española, hace ya unos tres (3) años.
Transcribo de la página http://www.parresia-apostolica.es
Decálogo para la nueva primavera eclesial:
1.- «Abrir caminos nuevos al Evangelio», sin contentarse con lo de siempre. Innovación y creatividad. Avanzar sin miedos. Con unos obispos que se pongan «al frente de la renovación».
2.- Obispos en actitud de «escucha atenta a todos», de «corazón a corazón», buscando siempre lo que une y no lo que separa. Un consejo que huele y suena a Juan XXIII.
3.- Prelados que, según el Papa, tienen que poner en práctica sobre todo estas cuatro virtudes: humildad, paciencia, ternura y misericordia.
4.- Además, los obispos no pueden ser señores, sino pastores que confían en «la grey», porque ésta «tiene olfato para las cosas de Dios». La grey conformada por curas, frailes, monjas y laicos.
5.- La Iglesia española tiene que dejar sus «grupos-estufa», su psicología de gueto y salir a las periferias geográficas y existenciales. Desinstalarse.
6.- Una Iglesia en estado de misión, dedicada no sólo a conservar lo que ya tiene, sino volcada en ir a buscar a los «alejados», a las ovejas perdidas. Una Iglesia consciente de que «la fe no es una mera herencia cultural».
7.- Una Iglesia que cuide especialmente la transmisión y la educación de la fe de los niños. Porque la infancia es la patria de la vida y, si el misterio de Dios entra en el alma en esas edades primeras, permanece para siempre.
8.- Una Iglesia volcada en el acompañamiento de las familias, como espacios de amor, de vida y de fe. Ofreciendo este caudal de virtud a la sociedad, sin querer imponer el modelo matrimonial católico como el único y exclusivo.
9.- Francisco pie a los obispos atención «prioritaria» a las vocaciones sacerdotales y religiosas. Eso sí, con una acertada selección de candidatos, para que no se cuelen en los seminarios más manzanas podridas.
10.- Y por último, pero siempre como primero en la agenda papal, «el servicio a los pobres» de una Iglesia que «es madre y nunca puede olvidar a sus hijos más desfavorecidos». Un ámbito en el que Francisco elogió explícitamente la labor de Cáritas española, que «ha merecido el reconocimiento de creyentes y no creyentes».
Pues miren esto es lo que esta parroquia lleva haciendo desde al menos 15 años, Para nosotros ayudar a los hermanos pequeños, gente desfavorecida sin arraigo social; los chavales de Navalcarnero, si presidiarios todos ellos pero tan queridos por esta comunidad, como cualquier otro miembro; nuestros chavales del centro/residencia, cada uno con su alegría e inocencia, y sus grandes dificultades todos ellos… que respiran sencillez, nobleza y bondad por todos sus poros; los compañeros y compañeras de Cáritas, Comercio Justo y demás grupos que se fueron formando y consolidando durante estos años, que lo único que han sabido hacer como les cuento, es intentar hacer de esta vida y este mundo, algo un poco mejor para ellos y con ellos.
Por supuesto a la cabeza de todo lo que les he indicado, está nuestro querido Javier (Párroco de la Sagrada Familia). Nunca impuso nada a nadie, ni creó un Consejo Pastoral a su imagen y semejanza… como he leído que alguno de Vds. piensan. Lo que consiguió de nosotros lo hizo, porque nos enganchó su forma de vivir, sentir, sufrir y amar al prójimo, a todos esos pequeños del Evangelio, a las Marías Magdalenas, etc. ¿Es esto contrario a lo que dicta nuestra Santa Madre Iglesia, o lo que repite en cada oportunidad nuestro Papa Francisco? Si es así pido disculpas por no haber entendido nada, pero si no lo es, díganme ¿por qué hay que cambiar algo tan maravilloso y que ha funcionado tan bien durante tantos años?
Alguien comenta que la iglesia es jerarquía, que si no hay jerarquía no es iglesia… pues que pena, si solo buscamos en la palabra de Dios y en los Evangelios, la jerarquización de los problemas, en vez de resolverlos como buenos hermanos, diligentes y conciliadores.
Muchas gracias por permitirme expresarme con libertad.
Discúlpenme pero estoy francamente desesperanzado. No se si es correcto o no todo esto pero lo que me intranquiliza más, es pensar que nuestros Obispos se apartan a mi entender, del decálogo que el Papa Francisco estableció en su hoja de ruta para la iglesia española, hace ya unos tres (3) años.
Transcribo de la página http://www.parresia-apostolica.es
Decálogo para la nueva primavera eclesial:
1.- «Abrir caminos nuevos al Evangelio», sin contentarse con lo de siempre. Innovación y creatividad. Avanzar sin miedos. Con unos obispos que se pongan «al frente de la renovación».
2.- Obispos en actitud de «escucha atenta a todos», de «corazón a corazón», buscando siempre lo que une y no lo que separa. Un consejo que huele y suena a Juan XXIII.
3.- Prelados que, según el Papa, tienen que poner en práctica sobre todo estas cuatro virtudes: humildad, paciencia, ternura y misericordia.
4.- Además, los obispos no pueden ser señores, sino pastores que confían en «la grey», porque ésta «tiene olfato para las cosas de Dios». La grey conformada por curas, frailes, monjas y laicos.
5.- La Iglesia española tiene que dejar sus «grupos-estufa», su psicología de gueto y salir a las periferias geográficas y existenciales. Desinstalarse.
6.- Una Iglesia en estado de misión, dedicada no sólo a conservar lo que ya tiene, sino volcada en ir a buscar a los «alejados», a las ovejas perdidas. Una Iglesia consciente de que «la fe no es una mera herencia cultural».
7.- Una Iglesia que cuide especialmente la transmisión y la educación de la fe de los niños. Porque la infancia es la patria de la vida y, si el misterio de Dios entra en el alma en esas edades primeras, permanece para siempre.
8.- Una Iglesia volcada en el acompañamiento de las familias, como espacios de amor, de vida y de fe. Ofreciendo este caudal de virtud a la sociedad, sin querer imponer el modelo matrimonial católico como el único y exclusivo.
9.- Francisco pie a los obispos atención «prioritaria» a las vocaciones sacerdotales y religiosas. Eso sí, con una acertada selección de candidatos, para que no se cuelen en los seminarios más manzanas podridas.
10.- Y por último, pero siempre como primero en la agenda papal, «el servicio a los pobres» de una Iglesia que «es madre y nunca puede olvidar a sus hijos más desfavorecidos». Un ámbito en el que Francisco elogió explícitamente la labor de Cáritas española, que «ha merecido el reconocimiento de creyentes y no creyentes».
Pues miren esto es lo que esta parroquia lleva haciendo desde al menos 15 años, Para nosotros ayudar a los hermanos pequeños, gente desfavorecida sin arraigo social; los chavales de Navalcarnero, si presidiarios todos ellos pero tan queridos por esta comunidad, como cualquier otro miembro; nuestros chavales del centro… cada uno con su alegría e inocencia, que respiran sencillez, nobleza y bondad por todos sus poros, los compañeros y compañeras de Cáritas, Comercio Justo y demás grupos, que lo único que han sabido hacer como os cuento, es intentar hacer de esta vida y este mundo, algo un poco mejor para ellos.
Y por supuesto a la cabeza de todo lo que les he indicado, está nuestro querido Javier (Párroco de la Sagrada Familia). Nunca impuso nada a nadie, ni creó un Consejo Pastoral a su imagen y semejanza… como he leído que alguno de Vds. piensan. Lo que consiguió de nosotros lo hizo, porque nos enganchó su forma de vivir, sentir, sufrir y amar al prójimo, a todos esos pequeños del Evangelio, a las María Magdalenas, etc. ¿Es esto contrario a lo que dicta nuestra Santa Madre Iglesia, o lo que comenta en cada oportunidad nuestro Papa Francisco? Si es así pido disculpas por no haber entendido nada, pero si no lo es, díganme ¿por qué hay que cambiar algo tan maravilloso y que ha funcionado tan bien durante tantos años?
Alguien comenta que la iglesia es jerarquía, que si no hay jerarquía no es iglesia… pues que pena, si solo buscamos en la palabra de Dios y en los Evangelios, la jerarquización de los problemas, en vez de resolverlos como buenos hermanos, diligentes y conciliadores.
Muchas gracias por permitirme expresarme con libertad.
Hay absolutos doctrinales que nos hacen mucho bien y de la Iglesia se puede decir muchas cosas, pero la Iglesia es y punto (como nos decía el antiguo maestro dominico) es como la muerte, de la muerte opina lo que quieras pero la muerte es y como la muerte es, es y tambien la suya, es igual que digas que no digas. Pues igual la Iglesia, de la Iglesia opina lo que quieras, pero la Iglesia es y punto. Es igual q recojas una firma como 20 millones… si ese párroco se ha tenido que ir, pues adiós muy buenas, «¿Prometes obediencia a mí y a mis sucesores?… Sí, prometo», pues hala, a ahuecar el ala donde el obispo te lo diga.
Carlos López:
1) Como dice Aarvend, en los Hechos de los Apóstoles ya vemos una Iglesia jerarquizada. Aún así, es la forma actual de la Iglesia a la que pertenecemos, si queréis cambiarla pedirlo, pero ateneos mientras tanto.
2) Si de verdad queréis llegar a vuestros objetivos, llamar al obispo «demonio» y decir «que no es de los nuestros», no es cristiano de verdad… Simplemente no es buena opción.
3) No conozco a vuestro ordinario personalmente, pero si a conocidos suyos. Es una persona decente, piadosa y amable, por lo que me han dicho.
Me gustaría saber si alguno de los que apoyan al Obispo le conoce personalmente. ¿Han hablado alguna vez con él? ¿Se han reunido y dialogado?. Creo que no. Nuestra comunidad parroquial confirma el talante conciliador y negociador hasta que se le lleva la contraria. Han leído en la petición de change.org la formas que usa?. Para él los católicos de base somos «tropa» y no se habla con la tropa, a pesar de que le mantenemos su Parroquia. «Jesús» hizo jerarquía alguna vez? dejó de escuchar a su gente? impuso sus pensamientos? dejó pensar libremente a quién quisiera unirse a él y cuando alguién se oponía le seguía queriendo.
Algo que no ha hecho este Obispo, que se comprometió ante el Consejo Pastoral Parroquial, a hablar con Javi personalmente para hablar del traspado de poderes a los nuevos, y una vez tranquilizadas las aguas por haber aceptado el cambio (sí, la Comunidad y Javi lo aceptamos), no volvió a hablar con él, cesó al Consejo, ignoró a Javi, y todo ocurrió mientras estába de vacaciones. Contra eso luchamos. Es un falso y un mentiroso por lo anterior, y un soberbio y engreido por no auxiliar a su pastor en estos momentos e ignorarle, ¿Esto es amor cristiano? que lo demuestre. No merece ser llamado O-B-I-S-P-O sino D-E-M-O-N-I-O ya que desune más que une.
Si la Iglesia deja de ser jerárquica, deja de ser Iglesia.Por suerte para la diócesis, la dimisión del obispo tardará en ser aceptada, pues no toca hasta setiembre del 2017 y no parece que en Roma se den mucha prisa en aceptar renuncias.
Me basta con haberle oído, con estos oídos que Dios me ha dado, sostener herejías. Me abstengo de hacer más comentarios a cualquier chorrada que pueda usted decir para defender a tan impresentable y nefasto personaje, porque, además de que las comparaciones son odiosas, como ya he dicho (el obispo de Getafe al menos es católico), no es el tema de esta entrada, aunque a usted le encante desviar cada entrada en la que mete baza.
Si los progresaurios apoyan al cura, cura malo fijo.
Bien por el obispo, aunque tarde.
No diga memeces, que además de que las comparaciones son odiosas, el cardenal arzobispo de Viena ha hecho, y hace, méritos propios para ser definido -que no «denigrado»-, sin necesidad de escándalos ajenos a su persona. No creo que ningún presbítero bajo su responsabilidad escandalice más que él, teniendo además en cuenta la dignidad que debería ostentar -y que no ostenta-.
Esto no pasaría con Osoro. Contra los cobardes nunca se recogen firmas.