Pablo Cervera Barranco: Operación a corazón abierto. Ocho días de Ejercicios espirituales ignacianos. BAC, Madrid 2016, 343 pgs,
No es un libro sobre los Ejercicios Espirituales de San Ignacio aino unos Ejercicios Espirituales ignacianos que cada uno puede hacer desde su casa.
Pablo Cervera ha sido un gran error de la Compañía de Jesús en estos días desnortados de la misma. Rechazaron a un jesuita como la copa de un pino, de un pino muy grande, y él sigue siendo jesuita aunque sea más allá de la periferia. Este libro de Ejercicios Espirituales deja sobrada constancia de ello.
Entre los múltiples ministerios de la Compañía de Jesús, meritísimos todos antaño, y tal vez sea yo uno delos últimos testigos de ello, los Ejercicios de San Ignacio eran seguramente la quintaesencia de su ministerio. Miles y miles de jesuitas se dedicaron a esa labor con frutos extraordinarios. Fueron tales que otras congregaciones dedicaron buena parte de sus afanes apostólicos a copiar el modelo. También con excelentes resultados. Hoy de eso apenas queda nada. Cuatro tandas escuálidas de asistencia, vale, más bien cuarenta, sin la menor repercusión social y casi ni eclesial.
Como muy bien dice el autor de la presentación del libro, el jesuita P. Mendizábal, uno de los últimos maestros en Ejercicios, los Ejercicios se dan. Y eso es lo que hace Pablo Cervera en el presente libro. Que son unos auténticos Ejercicios sólo que leídos en vez de escuchados. Y con él se pueden hacer desde la propia casa y sin el retiro propio de los mismos. No es igual pero sin duda también beneficioso para el espíritu. Todos los días meditar tres o cuatro páginas y en un par de meses o algo más uno habría hecho de modo algo sui generis Ejercicios. Porque es obra más para meditar que para leer seguido. Como los propios Ejercicios que requieren meditación.
Estoy seguro de que este trabajo reciente de Pablo Cervera hará mucho bien a quienes lo lean con voluntad de «ejercitantes». Aunque también sirva para dar a conocer al lector que lo ignore, hoy la gran mayoría de los españoles, lo que son los Ejercicios Espirituales ignacianos que tanto bien hicieron a lo largo de los siglos a tantísimas almas. Los da un gran jesuita que no es jesuita oficial aunque ya quisieran muchos de los hijos de San Ignacio de hoy parecerse, aunque fuere remotamente a Pablo Cervera.
Nota: falta en mi comentario,
Con lo cual quedaban «desfasados y sin vigencia teológica» los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola…
Disculpen la omisión involuntaria,por favor.
El problemón reside en que ya no hay Dos Banderas, no hay infierno porque en realidad Dios nos quiere tal como somos, perdona siempre, lo perdona todo y a todos, somos hijos de Dios desde que nacemos y por lo mismo tenemos derecho inherente de Salvación. Ningún peligro de condenación.
Se sabe que Dios no es católico desde hace unos meses.
En la santa Cueva de Manresa han hecho sus preces los masones del Priorato de Sión. Y en los años setenta siendo Jacinto Argaya obispo de San Sebastián y Setién su obispo auxiliar yo mismo presencié el acto público ecuménico interconfesional unitario con mínima asistencia de seglares que tuvo lugar en la basílica aneja a la Santa Casa donde nació Iñigo López de Oñaz y Loyola que llegó a San Ignacio de Loyola.
Con lo cual quedaban los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, fundamentales en el espíiritu y fundación de la Compañía de Jesús que ha dado paso al sucedáneo SJ arrupítica-nicolaítica-sosaítica.
Es el problema de la esfinge profana puesta en medio de la Religión Católica.
Gracias por tu comentario, Paco Pepe. Ojalá, como dices, muchos empleen el libro para hacer los Ejercicios en la vida diaria.