Y ahora llega un gran batacazo a Sebastián, que inaugura su secretariado general de la Conferencia Episcopal con uno y lo concluye con otro todavía más monumental. En Roma los vientos habían cambiado radicalmente aunque en la CEE no se notara por la gran mayoría de obispos de una línea que nos había dejado Dadaglio. Y que era la de Sebastián. El obispo se sentía incapaz de atender debidamente a su diócesis y a la Secretaría y pidió a Roma un obispo auxiliar en León. La respuesta fue un no: que se arreglara con sus vicarios. “Entonces aquella respuesta me contrarió” (pg. 276). Ya no estaba Pablo VI y la estrella de Tarancón había declinado. “Fue un momento muy doloroso” el de su renuncia a León. “Me quedaba en el aire, pues la condición de Secretario era claramente transitoria. Los sacerdotes y fieles de León no podían entender mi decisión. Se sintieron un poco traicionados por su obispo. Algunos me identificaron como el “obispo estafa”. Aquella decisión cambió mi vida” (pg. 277). “Es posible que en aquellos momentos valorase la labor de la Conferencia más de lo justo” (pg. 277). “Aquella decisión ha pesado mucho en mi vida. En Roma algunos no la vieron bien. Debieron de considerarla como un desaire hacia el Santo Padre. Las Conferencias no estaban muy bien vistas en la Santa Sede y yo en cambio la ponía por delante de una encomienda pontificia. Luego he sabido que algunos, en Roma y en Madrid, interpretaron mi decisión como consecuencia de mi afición a la política y a las relaciones con los políticos. S equivocaban del todo. Para mí lo importante del cargo de Secretario y lo que más valoraba de mi trabajo no era la relación con los políticos sino el servicio y ayuda a obispos y sacerdotes en la urgente labor de clarificar la situación de la Iglesia en España y formular con acierto y claridad sus prioridades pastorales en las nuevas condiciones de la sociedad española” (pgs. 277-278). ¿Vanidosillo? Pienso que sí. ¿Es arriesgado deducir que una diócesis de segunda división le parecía poca cosa mientras que desde la Secretaría tenía un campo más amplio y de más poder? De su labor de Secretario no dice mucho y lo lamento. Porque su mandato que cubrió prácticamente la presidencia de Díaz Merchán, fue muy importante en aquella época, en mi opinión nefasta, del gabinato. “Nombré como Vicesecretario de Información y Portavoz a Don Joaquín Luis Ortega, sacerdote burgalés, Licenciado en Historia de la Iglesia, periodista, hombre avisado y prudente, de muy buen sentido eclesial y de palabra precisa y clara, tanto en lenguaje hablado como escrito” (pg. 282). Otro “amigo” de la misma cuerda. Su sucesor en el secretariado, García Gasco, prescindió de él (pg. 282). Trata después de sus relaciones con el Gobierno socialista que se inauguraba. “Por lo general había voluntad de acuerdo por las dos partes” (pg. 284). “Para cuestiones menores (las más importantes las trataba la Comisión Mixta que por el Gobierno la presidía Guerra y formaban parte de ella el Ministro de Justicia y el que lo era de los asuntos a tratar y por la Iglesia el presidente era el vicepresidente de la CEE, Delicado Baeza, más Sebastián y el presidente de la Comisión episcopal que correspondiera (pg. 284)) me veía con Alfonso Guerra en su despacho de la Moncloa. Generalmente me atendía con prontitud. Nos entendíamos bien. Con él no era difícil saber lo que se podía hacer y lo que no” (pg. 285). “Guerra es una persona inteligente y siempre n poco sarcástico. En algunas ocasiones hablamos de religión” (pg. 285). “Por las dos partes buscábamos con sinceridad fórmulas de compatibilidad y convivencia” (pg. 286). Todo casi idílico. En lo que no hubo acuerdo, ni siquiera discusión, fue en lo de la “asignación tributaria”. Se trató de una imposición del Gobierno (pgs. 286-287). En la “Guerra de los Catecismos” llegaron a una solución consensuada (pg. 287). También aceptaron los obispos los Colegios concertados costándoles más trabajo convencer a la FERE que aceptar la propuesta socialista (pgs. 290-291). Y aquí una frase feliz de Sebastián con la que estoy totalmente de acuerdo: “Si los Colegios católicos no son capaces de fortalecer la fe de sus alumnos y prepararlos para vivir cristianamente en la sociedad actual, es que no están cumpliendo con su misión primordial” (pg. 292). Ahora que le sobra el tiempo bueno sería que dedicara alguno a convencer a la FERE, así como la convenció entonces de las “bondades” de la enseñanza concertada, de que unos colegios católicos que no formen católicos, y la mayoría de los de hoy no los forman, no sólo no sirven para nada bueno sino que consiguen mucho malo. Nos narra ahora algunos encontronacillos que tuvo con sus amigos de siempre. Me da la impresión de que para intentar demostrar que no era tan progresista. Pienso que no se deben tanto a una “derechización” de Sebastián cuanto a una radicalización de sus amigos. Iglesia Viva, la revista que él fundara, se había desmadrado y publicó un artículo contrario “al programa pastoral de la Conferencia Episcopal al que yo, con verdadero dolor en el corazón, me vi obligado a responder” (pgs. 292-293). Artículo de su antigua revista que se publicó además también en Ecclesia, que era la revista de los obispos y por tanto bajo la dependencia del mismo Sebastián. A esos extremos se había llegado (pgs. 292-294). Sebastián publicó su réplica en Ecclesia y “los responsables de la revista me respondieron con firmeza” (pg. 295). Sigo pensando que nuestro autor no había cambiado en nada, eran sus amigos los que habían cruzado ya la última línea eclesial. Menciona también una polemiquilla con Ellacuría, “ahora mártir de la fe cristiana” (pg. 296), que le viene muy bien para resaltar su “centrismo” (pgs. 295-296). Y ahora un par de frases afortunadas aunque la primera en cierto modo reconoce el fracaso de sus ilusiones: “Las deficiencias doctrinales alteraron la confianza y hasta la vida sacramental de muchos fieles. Se hundió la práctica del sacramento del perdón y de la penitencia. En la “primavera espiritual” que se odía esperar después del Concilio, el clima interior de la Iglesia se volvió tenso y áspero. Crecieron pr todas partes la desconfianza y el disentimiento. Todavía no hemos salido del todo de aquella crisis de confianza y de claridad doctrinal” (pg. 298). “En el bautismo y en los matrimoios estamos manteniendo una ficción que desfigura la realidad de la Iglesia (…) Sin caer en puritanismos ni pelagianismos, es evidente que tenemos que ser más serios y auténticos en la celebración de estos sacramentos” (pg. 299).
Lecturas LXXXV (XI): Las Memorias del cardenal Sebastián
| 05 marzo, 2016
La renuncia a León para ocuparse de la CEE fue de traca, después Málaga ya era otra cosa….y con otro clima, ahí está viviendo ahora. Lo de su confianza ciega en Carrillo-Guerra, de juzgado de guardia, así promovió el declive de la Iglesia en España a partir de los años 70. Y lo del Opus Dei, yendo con Gabino Díaz Merchán a Roma para presentar una protesta formal contra la decisión vaticana de erigir ese Instituto en Prelatura Personal, de aurora boreal. No tiene que extrañarle que en Navarra no se le quisiera, con el peso de la Obra en esa región (Universidad, Clínica,…) y en el otro lado, una izquierda nacionalista muy beligerante. Sus comentarios sobre «Camino» y el Opus Dei (restrictivo, elitista,…) rayan en el sectarismo y proviniendo de un Obispo, le tendrían que haber incapacitado para llevar adelante su misión como pastor de todos sus diocesanos. No es un tema menor que aceptara sin pestañear la oferta del Yanero como Obispo Auxiliar en Zaragoza, antes de ofrecerle el Nuncio la sede leonesa…menudos compañeros de viaje, lo peor del episcopado español del Siglo XX. Afortunadamente los taranconianos Yanes, Merchán, Sebastián, Dorado, Sánchez, Cirarda,….están de retirada, aunque con el actual Papa los más válidos Reig Plá, D. Demetrio, Sanz Montes, Asenjo, incluso el defenestrado Ureña…están marginados a favor de los tibios Osoro, Omella y Blázquez, los dos primeros especialmente carreristas y centrados en la obtención a corto plazo del capelo en una adhesión cerrada ypoco decorosa al Pontífice
TRANSCRIBO:Y ahora un par de frases afortunadas aunque la primera en cierto modo reconoce el fracaso de sus ilusiones: “Las deficiencias doctrinales alteraron la confianza y hasta la vida sacramental de muchos fieles. Se hundió la práctica del sacramento del perdón y de la penitencia. En la “primavera espiritual” que se odía esperar después del Concilio, el clima interior de la Iglesia se volvió tenso y áspero. Crecieron pr todas partes la desconfianza y el disentimiento. Todavía no hemos salido del todo de aquella crisis de confianza y de claridad doctrinal” (pg. 298).
Este Sebastian es un enorme vanidoso y escurre el bulto a mansalva. ¿Es que acaso el con las enormes responsabilidades que ha tenido en la Iglesia de España no ha contribuido a eso que el mismo denuncia? ¿Nos toma por idiotas?
Nadie es absolutamente bueno, sólo Dios ni nadie es absolutamente malo, yo creo que ni el demonio, pero sobre esto me remito a los doctores.
.
Esta introducción viene a que en un libro con unas memorias tan espantosas, hay algo bueno y el bloger lo ha señalado y es la consideración sobre el fin de los colegios religiosos. Yo también coincido. O se forman cristianos para el mundo o el último que apague la luz.
Hoy en IrReligión Digital anuncian la muerte del famoso «cura Paco» (Francisco García Salve), uno de los «curas rojos» más activos durante la época que se trata aquí. Como tantos otros de su cuerda, en su día fue famosísimo y se dijo que era el futuro de la Iglesia (por contraste con obispos «reaccionarios» como don Marcelo González), y hoy muere en el más absoluto de los olvidos, con sus ilusiones hechas pedazos y no habiendo dejado otra cosa que pérdida masiva de fe, ruinas y eriales en lo que antes eran vergeles. Más, aquí: http://www.periodistadigital.com/religion/espana/2016/03/05/mi-cabeza-es-mi-mundo-religion-iglesia-muerte-garcia-salve.shtml
En el sacramento del matrimonio, la ficción ya se está hundiendo:
http://www.infovaticana.com/2016/03/01/los-espanoles-ya-no-se-casan-por-la-iglesia/
¿Tolerancia, aperturas de ideas con otras sensibilidades sociales?, sí hombre, sí, la misma que tienen ellos con nosotros.
El mensaje evangélico es el que es, de una vez y para siempre. Llamaban modernizar la Iglesia y aggiornamiento a una vulgar protestantinización con aplicación de marxismo a diestro y siniestro. Hablando con gente de sesenta para arriba se nota tela, siendo mas firmes en la fe los «descendientes» de Juan Pablo II entre los que me cuento. No tenemos mas Verdad que la de Cristo en el Evangelio , el protestantismo es un fraude y a los marxistas recordarles sus asesinatos día y noche.
De obispo estafa nada. Hizo siempre lo que le ordenaban sus enmandilados amos. Ha sido un gran compañero de viaje al que nunca le agradeceremos suficientemente sus manejos y triquiñuelas para debilitar a la nefasta carcundia católica.
¡Bravo, Sebastián! Sabemos que te movía el resentimiento, porque hubieses querido ser mandamás y te quedaste en mandapoquito, pero lo que importa es el resultado y fuiste una magnífico peón de nuestra causa.
Espero que pronto vengas a nuestro círculo de espiritualidad, donde se te valora como mereces.
Vamos, que lo que le gustaba era la política eclesiástica y la diócesis que tenían encomendada era un estorbo para sus actividades. Menuda perla.
Ab obispos politiqueros libera nos, Domine!