Gabriel Calvo Zarraute: De la crisis de fe a la descomposición de España. Homo Legens, Madrid, 2021, 650 pgs.
Otro libro muy importante de este sacerdote toledano. Que entusiasmará a la inmensa mayoría de los lectores del Blog. Lo leí hará unos seis meses, antes de estar impreso, para escribir un prólogo al mismo. Que os transcribo. En él queda constancia de mi óptima impresión:
«Este nuevo libro de Gabriel Calvo Zarraute, sacerdote toledano de no lejana ordenación, en la línea de su anterior libro Verdades y mitos de la Iglesia Católica. La historia contra la mentira (ACTAS, Madrid, 2019), confirma lo que en aquella obra ya no era promesa sino logrado empeño intelectual.
Hasta el punto de acreditarse como destacado apologista en días en los que tan necesarios son, al redoblarse los ataques a la Iglesia, mientras que sus defensores parecen haber abandonado el campo del testimonio y del honor. Cobardía de muchos, traición de no pocos, ignorancia de tantos y como consecuencia de todo ello los enemigos campan a sus anchas entre las ruinas de templos que se desmoronan en ausencia de quienes debían ser sus defensores y conservadores.
Gabriel Calvo no es de esos y muestra evidente de que el espíritu del Rancio y del obispo de Orense por antonomasia, de Monescillo y Manterola, Balmes, Roca Ponsa y Sardá, Donoso, Menéndez Pelayo, Maeztu, Piñar… vuelve a renacer cuando la Iglesia y la Patria reclaman valor y sacrificio.
No es hombre de buenismos, irenismos, entreguismos… Lo “políticamente correcto” no parece irle. “Es imposible vencer sin combatir” y este es un libro de combate que parece revivir la sentencia de Maeztu: “ser es defenderse”.
Lo hace desde muy abundantes lecturas que despojan al texto de cualquier aspecto de improvisación. Y de autores clásicos, modernos y hasta actualísimos.
“No sentir la putrefacción del mundo moderno es indicio seguro de contagio” y es absolutamente evidente que el autor no está contagiado. El diagnóstico que hace nos parece muy acertado. Eso es lo que está ocurriendo dirá cualquier lector con algunos saberes del trasfondo de la actualidad . Aunque creo cierto que también sorprenderá a muchos que, pese a ir en la procesión no saben de la misa la media. Esos serán particularmente beneficiarios de su lectura porque ya va siendo hora de que se enteren de lo mucho que está en juego tanto en lo eclesiástico como en lo meramente civil.
Y con peso decisivo en lo uno y en lo otro el eclipse de Dios. Buena prueba de ello es haber llegado a ser una nación con mucho más movimiento en los cementerios que en los paritorios y en la que en las casas de su capital. modelo de crecimiento y de todo, haya más perros que niños.
Y el Islam, Putin, Trump, Viganó, Hitler, el Valle, Franco, el coronavirus… El tratamiento del nazismo, desde una impecable ortodoxia católica, debería impedir que memos al uso se abstuvieran de achacarle la más mínima simpatía por aquel régimen absolutamente anticatólico.
Parte esencial del libro es la denuncia de la hispanofobia de muchos de nuestros compatriotas que, desconociendo nuestra historia, sin embargo, la odian.
Desde un apabullante muestrario de lecturas, denuncia la falsificación del pasado de modo contundente y con pormenorización. La petulante Ley de Memoria Histórica, como pueden suponer, no sale bien parada.
La confesionalidad religiosa, el entreguismo de parte de la Iglesia y su colaboración en el socavamiento del régimen nacido el 18 de julio, la masonería…, sería difícil encontrar alguna cuestión en este campo que no sea tratada.
No se muestra particularmente entusiasta del rey emérito. Yo tampoco.
No dejan de aparecer los partidos políticos actuales: PP, VOX, socialistas, comunistas…Su interpretación del PP está muy en línea con la de Federico Jiménez Losantos.
Entre una religión y una política basadas en la verdad o en la sociología la elección de Calvo no sorprenderá. Porque en ello no admite transacciones. No es libro de medias tintas y componendas, Cree en unas verdades, las expone y las defiende. A pecho descubierto.
Tiene muy claro, y esa es la motivación del libro, que la tarea de la Iglesia no consiste en asemejarse al mundo en cada momento sino la de transformarlo de acuerdo con el mandato de Jesucristo y que la referencia para el cristiano, clérigo o laico, no es el mundo sino Jesucristo. Desde esa base se comprende que resulten malparados muchos de los que pululan por la actualidad.
El Nuevo Orden Mundial sería el triunfo de la Civitas Diaboli sobre la Civitas Dei y es obvio en defensa de cual de esas Ciudades se sitúa el autor para quien el abrazo al Diablo excluye el abrazo a Dios. Con todas sus consecuencias. Entre ellas el eclipse de la verdadera Iglesia. Causada a la vez por un complejo de inferioridad y una sensación de insuficienc¡a que nunca se dio entre los apologistas de raza y ya he dicho que Gabriel Calvo lo es. Nada que ver con la postura de los neoconservadores eclesiales que rechazan los excesos pero no los principios que conducen a esos excesos.
Estamos ante la crítica de una Iglesia abierta a todo y a todos, menos a Jesucristo y su palabra, con lo que deviene un Iglesia líquida, sin solidez alguna y que está comprobando su absoluto fracaso con la desaparición bautizos, matrimonios, enfermos que reclamen los sacramentos, vocaciones y un precipitado abandono de la asistencia a misa y de la contribución económica.
La lectura de este libro hará pensar sobre todo esto lo que me parece de la mayor importancia y, además, el estilo del autor sacude e interpela. Iba a añadir que los tibios se abstuvieran pero, pensándolo mejor, creo que ellos serían los mejores destinatarios si no quieren ser expulsados de la boca del Señor.
Y los que están convencidos de que la verdad que han abrazado no es su verdad sino la de Dios verán confirmada su entrega, aumentada su fidelidad y crecido su valor en este combate por la causa de Cristo que Él recompensará con el ciento por uno y mucho más.
Porque lo ha dicho: Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan y con mentira digan contra vosotros todo género de mal por mi causa. Alegraos y regocijaos porque grande será vuestra recompensa en los cielos».