Weigel, George: El próximo Papa. Homo Legens, Madrid, 2020, 194 pgs.
Weigel (Baltimore, USA, 1951), católico comprometido, gran biógrafo de Juan Pablo II y experto reconocido en la Iglesia actual sus Papas y su crisis, nos presenta este pequeño gran libro, la traducción es de Pablo Cervera, que no es una conjetura sobre quien va a ser el próximo Papa sino un análisis sobre las condiciones que debe reunir el Pontífice que suceda a Francisco en esta época crítica de la Iglesia tras un pontificado que los años del Papa, 85 el próximo diciembre, auguran terminal y que ha sido como poco más que discutido y discutible. En palabras de Wergel, que sin duda suscribo, “hay profundas divisiones sobre la doctrina y la identidad católicas, la práctica católica y la misión católica dentro de la Iglesia misma. La oscura sombra del escándalo se cierne sobre michas Iglesias locales. El momento no es tranquilizador”.
En capítulos muy breves pero muy cargados de contenido y también de inquietudes, Weigel enfrenta al próximo Papa con la nueva evangelización, el ministerio de Pedro, la plenitud de la fe católica, la crisis de la persona humana y el humanismo cristiano, los obispos, los sacerdotes, los laicos, la reforma del Vaticano, el ecumenismo y el diálogo interreligioso y los asuntos del mundo para concluir que la Iglesia está “llamada a ser radicalmente cristocéntrica y evangélica” y no una ONG buenista acomodada a lo que reclama el mundo de hoy tan alejado de Cristo. Y un Papa que tiene que tener vlara conciencia de que “el hombre que se sienta en la Cátedra de Pedro no es el dueño de la tradición católica sino su servidor”. “No debe imaginar que está por encima de la tradición o del Evangelio porque entonces él y la Iglesia están en grave peligro”.
Libro muy importante para estos tiempos que nos han tocado y en los que debemos estar informados de lo que es la Iglesia, de lo que es el Papa y de lo que tiene que ser nuestra actitud católica ante los acontecimientos que se puedan presentar. Tan distante de precipitaciones insensatas como de aceptaciones de lo católicamente inaceptables.
La Iglesia está en grave peligro, la única forma de escapar de el únicamente sería por la Misericordia Divina librándonos de Bergoglio , la semana entrante organizará un aquelarre globalista con promotores del aborto , eutanasia y demás aberraciones.
Tal cual. Suscribo
El próximo Papa no será el que necesita la Iglesia sino el que menos comprometido esté. En general.
Morena de Abril y Sierra.
Estrella de Montserrat:
¡Otra vez Iluminad
la que siempre fue tu tierra!
Unos clérigos farsantes
han vuelto a Cristo a vender.
La cuna de Verdaguer
ya no es Tuya como antes.
Y en su infernal osadía,
han hecho de tus Mansiones
refugio de sus pasiones
y pendón de apostasía…
Reina y Señora de allí,
Princesa de nuestra España.
Que Contemplas tanta saña,
haciendo estéril tu Sí.
Señora de Piel Morena,
cual de cedro libanés.
Que Sientas a AQUÉL QUE ES
en tu Regazo angulado.
De Gracia-¡hasta humana!-Llena,
en tu primario tallado.
Trono sublime y dorado
del Señor que ES Uno en Tres.
Conjunción de pan de oro
y de iroko que oscurece.
Belleza que el tiempo crece,
de Cataluña Tesoro…:
Vuelve,Madre,tu Mirada
sobre esta tierra española,
que ayer era tuya sóla,
y hoy sobrevive asolada.
Pues…,cuando Cristo no Está,
y no Estás Tú…¡todo sobra!
Rosa de Abril…:¡Pronto,Obra,
y -de nuevo-a Cristo Da!
Rosa que alegra este Día,
Primor de la primavera.
Que,con un Capullo,Espera
en su serrana Abadía.
Esencia de la Ternura,
que Está detrás de este canto:
¡Cúbranos siempre su Manto,
con su infinita Donura!
Habrá que leerlo para hacer un juicio exacto, pero el problema no es la crisis del humanismo si no la crisis de Fe. El humanismo ha degenerado en un narcisismo prometeico del hombre, pero esto es más grave en el enfoque de la predicación que en la realidad del mundo. El mundo es hostil a Cristo desde siempre, pero la Iglesia tenía el deber de dar testimonio contra ese mundo denunciándolo de frente. En vez de eso ha jugado a la pastoral de las sonrisas y cuando se ha dado cuenta el mundo ha infestado la Iglesia. Ya no se habla de los tres enemigos del alma: El mundo, el demonio y la carne
Tal cual. Suscribo