Hay, entre otros muchos, tres libros que refutan bastante bien los dogmas ecologistas:
— El ecologista escéptico de B. Lomborg.
— La réligion ecologiste, de Christian Girondeau, y
— Les douze mensonges du GIEC, del mismo autor.
Si lo de abajo pasa arriba y lo de arriba, abajo. Si lo bueno es malo y lo malo es bueno… Si la verdad es falsa y la mentira, cierta. Si la Iglesia en lugar de católica es sinodal… ¿No estaremos pecando contra el Espíritu Santo?
(Lo de «estaremos» lo pongo como figura literaria, por no decir estarán)
Efectivamente, nos toca a los laicos y a muy pocos obispos mantener la fé. La INMENSÍSIMA cantidad de obispos actuales,( además de Bergoglio) a parte de ser simplemente funcionarios, son masones en distintos grados. ¡¡NADA bueno podemos esperar de ellos !! .
Esto se va al garete. Lo afirma bien claro el articulista. Por cierto, para quienes desconozcan el sueco, Greta es el diminutivo de Margaretha, es decir, Margarita, nombre hace décadas muy común en España (hoy, según el INE, en decadencia total).
Wanderer no tiene desperdicio hoy como siempre. Combina comentarios serios con el buen humor, necesario dado que estamos en una situación tan desastrosa. San Felipe Neri vivía en una época complicada para la Iglesia y nos dejó el ejemplo del buen humor como otras muchas virtudes.
¿Dentro de 500 años, quién se acordará de Bergoglio? La Iglesia perdurará y podremos venerar a los grandes santos, mártires y doctores que abundan a lo largo de los siglos. ¿Quién se acuerda de los papas contemporáneos de Santa Teresa de Jesús o Santa Catalina de Siena? Muy pocos, pero muchos, son devotos de esas grandes Santas y Doctoras de la Iglesia, entre una multitud de otros santos y santas que nos estimulan con su entrega al Señor y a la Iglesia. En el siglo IV, la época del Arrianismo, San Jerónimo comentaba que el mundo gemía descubriendo Arriano. La casi totalidad de los obispos, con la excepción de San Atanasio, San Hilario y los Padres Capadocios, Santos Basilio, Gregorio Nacianceno y San Gregorio de Nisa y pocos más, salvaron la Iglesia. El Papa Liberio falló. Llegaron otros grandes obispos como San Ambrosio y San Agustín. El Cardenal Newman, ahora Santo, declaró que en aquella época, la «iglesia docente» falló, pero los fieles laicos o la «iglesia discente» mantuvieron la fe.
Por favor que alguien lo lleve al Asilo de alienados.
Hay, entre otros muchos, tres libros que refutan bastante bien los dogmas ecologistas:
— El ecologista escéptico de B. Lomborg.
— La réligion ecologiste, de Christian Girondeau, y
— Les douze mensonges du GIEC, del mismo autor.
Si lo de abajo pasa arriba y lo de arriba, abajo. Si lo bueno es malo y lo malo es bueno… Si la verdad es falsa y la mentira, cierta. Si la Iglesia en lugar de católica es sinodal… ¿No estaremos pecando contra el Espíritu Santo?
(Lo de «estaremos» lo pongo como figura literaria, por no decir estarán)
Efectivamente, nos toca a los laicos y a muy pocos obispos mantener la fé. La INMENSÍSIMA cantidad de obispos actuales,( además de Bergoglio) a parte de ser simplemente funcionarios, son masones en distintos grados. ¡¡NADA bueno podemos esperar de ellos !! .
Esto se va al garete. Lo afirma bien claro el articulista. Por cierto, para quienes desconozcan el sueco, Greta es el diminutivo de Margaretha, es decir, Margarita, nombre hace décadas muy común en España (hoy, según el INE, en decadencia total).
Wanderer no tiene desperdicio hoy como siempre. Combina comentarios serios con el buen humor, necesario dado que estamos en una situación tan desastrosa. San Felipe Neri vivía en una época complicada para la Iglesia y nos dejó el ejemplo del buen humor como otras muchas virtudes.
¿Dentro de 500 años, quién se acordará de Bergoglio? La Iglesia perdurará y podremos venerar a los grandes santos, mártires y doctores que abundan a lo largo de los siglos. ¿Quién se acuerda de los papas contemporáneos de Santa Teresa de Jesús o Santa Catalina de Siena? Muy pocos, pero muchos, son devotos de esas grandes Santas y Doctoras de la Iglesia, entre una multitud de otros santos y santas que nos estimulan con su entrega al Señor y a la Iglesia. En el siglo IV, la época del Arrianismo, San Jerónimo comentaba que el mundo gemía descubriendo Arriano. La casi totalidad de los obispos, con la excepción de San Atanasio, San Hilario y los Padres Capadocios, Santos Basilio, Gregorio Nacianceno y San Gregorio de Nisa y pocos más, salvaron la Iglesia. El Papa Liberio falló. Llegaron otros grandes obispos como San Ambrosio y San Agustín. El Cardenal Newman, ahora Santo, declaró que en aquella época, la «iglesia docente» falló, pero los fieles laicos o la «iglesia discente» mantuvieron la fe.