| 05 mayo, 2018
La cuatro que quedaban marchan a Orense y el colegio queda totalmente en manos de laicos.
Eso nos cuenta un comentarista habitual.
Pues un caso más de este goteo incesante que está acabando con la vida religiosa en España.
Se moleste quien se moleste.
No se pierde nada.
La segunda parte del problema, que nadie reconoce, como he dicho en el comentario de la entrada anterior, es que, como ha señalado el bloger infinitas veces, es que nadie quiere parecerse a esta gente.
Siempre que salen las vedrunas, me acuerdo de Acólito (qepd), tan entusiasta de la orden.
Realmente resulta trágica la desaparición de la vida religiosa en España con toda la repercusión que esto tiene en la enseñanza, como en este caso, o en la sanidad, etc. Pero para hacer honor a la verdad, y dejar a cada uno en su sitio, sobre las Vedrunas, concretamente, vean, si lo desean, varios videos en Youtube, sobre el último capítulo general de estas religiosas, donde eligieron a la nueva superiora general de la congregación, si tienen estómago y mas tragaderas que la boca del Metro. Yo, por mi parte lo calificaré con unas simples palabras: Estupor, verguenza ajena, cretinez. Ellas solitas van derechas al precipicio, sin que nadie las empuje. Ni una lágrima. Abur. En pocos años se extinguirán. Laus Deo.
«Seguro que en el plúmbeo Berlín, bajo la vara florida de nuestro padre Puigdemont, fructificaremos pronto copiosamente, hermanas…»