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Las religiosas en el Annuario Pontificio 2020 (VII)

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Hemos concluido la relación de institutos femeninos. Seguro que con ausencias. Si algún lector quiere que se incluya alguna más, que sea de derecho pontificio porque las diocesanas no aparecen en el Annuario Pontificio, con mucho gusto las incluiré siempre que tengan presencia en España y las encuentre. No tiene sentido ampliar esta ya larga lista con unas religiosas que tengan tres casas en los Cárpatos.

Esta no es una tesis doctoral. No he tenido el menor deseo de hacerla y no se puede criticar por no ser lo que no quiso ser. Observarán que los datos comienzan casi todos en 1973 para los institutos femeninos. ¿Por qué esa fecha? La explicación es sencillísima. Porque el Annuario Pontificio más antiguo que tengo es el de 1974 y nunca tuve humor de pasarme horas en alguna biblioteca para comparar el número de hoy con el máximo que tuvieron en el pasado. Hay algunas congregaciones, incluso, que la primera cifra es bastante posterior a 1973 al comenzar a aparecer en el Annuario en años posteriores.

Sin embargo, las más importante órdenes y congregaciones masculinas tienen referida su disminución al año de máximos efectivos porque los recoge para ellas Catholic Hierarchy y sobre esos datos está calculada la disminución que hoy sufren.

En las femeninas, todas, y en algunas masculinas, la disminución señalada es referida al año 1973. Con lo que salen muy favorecidas pues en los inmediatos años posconciliares fueron los de los comienzos de la desbandada general, sobre todo en los institutos de varones. Y en los que los abandonos superaban en muchísimo a las defunciones. Hoy en cambio el fenómeno es al revés. La inmensa mayoría son defunciones y los abandonos, que sigue habiéndolos, son mínimos.

Por lo dicho la situación actual de las religiosas es bastante peor que la indicada. No me baso en ningún estudio concreto, que inicié con los religiosos sin mayor esfuerzo comparando de C. H. los datos de 1965 a 1973 y extrapolándolos a aquellos institutos con datos posteriores. Pero ello no es traducible a las religiosas por varios motivos. La desbandada comenzó más tarde que en los varones, en ellas prevalecieron las defunciones a los abandonos y la motivación sexual fue mucho menos acusada. Por ello, aunque los porcentajes de disminución deben corregirse al alza, pensamos que el incremento podría llegar a un 5% en las más perjudicadas y cufras menores n las restantes.

La realidad es tristísima. La mayoría de la vida religiosa, con muy contadas excepciones, agoniza o se acerca a ello. Son cada vez menos y más viejos. Con lo que el número de fallecimientos en los próximos años se va a multiplicar. Ya me dirán lo que puede esperar una congregación en la que quedan 120 religiosas de las que 60 tienen más de ochenta años. Pero lo peor es que de las 60 restantes, 50 tiene entre 60 y 80 años, y apenas quedan 10 entre 50 y 60. Y, en cada una de las franjas, la mayoría más cerca de la cifra superior que de la inferior

Claro que no es lo mismo el mañana de las que son 200 que el de las que todavía suman varios miles. Sin duda estas sobrevivirán algo más.

Luego está la cuestión de las habitadas y las deshabitadas. Que algunos tanto me reprochan. Claro que no pocas de riguroso hábito y estricto cumplimiento de la regla se mueren. Creo que tonto del todo no soy y ciertamente lo sería si proclamara como panacea de tanto y tan inmenso desastre la vuelta al hábito. Jamás he sostenido eso. Lo que digo es que las que crecen o disminuyen poco son habitadas y las que se hunden son deshabitadas y habitadas. No hay una deshabitada con buenos o aceptables resultados. Y si hubiera una, que es posible, sería la excepción que confirmara la regla.

Las causas de tan descomunal ruina son muchas. La secularización de la sociedad y de muchas familias católicas, al menos de nombre, la secularización de no pocas congregaciones, la disminución del número de hijos hasta extremos alarmantísimos, los millones de abortos, los matrimonios rotos, el decaimiento de la práctica religiosa, el desinterés de tantos religiosos y sacerdotes seculares por la pastoral vocacional, la estupidez de no pocas superioras, la maldad de algunas y algunos…

Y así ha llegado lo que llegó y que va a ir a más. Sería absurdo achacar al Papa Francisco una especial responsabilidad en todo esto. Pero parece que sus años de pontificado no han atenuado nada la decadencia que sigue aumentando año tras año. Y cada vez más.

Concluiré con un último capítulo que vengo llamando Cuadro de Deshonor. En el que relacionaré las congregaciones encabezándolo por las que más religiosas han perdido. Creo que las que han perdidos más del 50% serían como para correr a gorrazos a sus superioras. O a no pocas de ellas. Me consta de algunas que se han encontrado un día con el cáncer que las mata sin que ellas hubieran hecho nada para contraerlo. Pero muchas se lo buscaron a conciencia y hasta con saña.

Las que están entre el 30 y el 50% pues en situación de alarma. Más grave cuanto más se aproximen al tope. Las que se encuentren entre el 10 y el 30% pues a esforzarse más en la oración por la llegada de vocaciones. Y las que ni llegan al 10% para felicitarlas muy efusivamente.

De las que son más que desde la primera fecha, aunque alguna haya perdido religiosas tras una fecha más alta posterior, es evidente que no pueden figurar en ningún Cuadro de Deshonor sino en uno con todos los honores. Que el Señor las siga bendiciendo. Y creo que en su apoyo nos deberíamos volcar todos.

E

Concluyo, esta larguísima y tristísima serie, las excepciones por desgracia son escasísimas, con lo que he dado en llamar Cuadro de Deshonor, recordando el que había en mi colegio de jesuitas en sentido contrario porque era un Cuadro de Honor. Y en el que, no es vanagloria sino pura realidad, tantas veces estuvo mi nombre. Lo digo para acallar a aquellos que quieren suponer resentimientos pasados en mi historia. No hay ninguno sino grandes reconocimientos. Los jesuitas me trataron seguramente por encima de mis merecimientos aunque algunos fueran. Les estoy agradecidísimo a la formación y al trato que me dieron. Hasta el último año me nombraron Príncipe de Colegio que era la mayor distinción que en él se podía recibir. Traumas juveniles pues, ni uno. Sólo el recuerdo de unos años para mí maravillosos.

El deshonor se refiere solamente a los resultados. Sin implicar en él a muchísimas religiosas de vida dignísima y en bastantes incluso santa. Eso les ha llegado siendo pobres, castas y obedientes. Y estoy seguro de que con inmenso dolor de su corazón. ¿Crédulas en lo que les decían y las engañaban?  Pues muchas. Pero no todas las mujeres son Teresas o Catalinas. Sin que esto suponga la menor debilidad machista. ¿Cree alguien que entre Teresa de Calcuta  o Teresa Benedicta, por seguir con Teresas, y entre Obama y Trump, Rajoy e Iglesias, Almodóvar o Messi o Ronaldo tengo la menor vacilación? Ni la más mínima.

Creo sin embargo que en esta inmensa tragedia de la vida religiosa en la Iglesia ha habido ellos y ellas culpabilísimos. Pero no es este el momento de señalarlos nominatim.

Quede simplemente el resultado de lo que consiguieron.

Omito en la relación a aquellas congregaciones con datos superiores a los de 1973. No pueden figurar, con todo lo que ha caído, en este cuadro porque el suyo es honorosísimo. En la relación pormenorizada tenéis sus institutos su sin ya de Derecho pontificio y los he encontrado

Doy el resultado de la hecatombe de la vida religiosa femenina en España a 1 de enero de 2019. Hoy, más un año y medio después, seguro que es todavía peor. No digamos ya tras el coronavirus. Cada vez son menos y mayores. De no pocas ya me dirán su futuro.

Por no hacer más farragosa la relación, al ser tantas las congregaciones femeninas, la dividiré en tres partes. Las que han perdido más del 60% de su instituto, que me parecen sin remedio humano, del divino Él sabrá. Las que están entre el 40 y el 60% que lo tienen muy difícil pero en situación menos desesperada, y mucho mejor cuanto más bajo estén en la franja, Y por último las que han perdido menos del 30% de las que las de menos de un 10% sin unas privilegiadas que han capeado tan recio temporal como jabatas.

Han perdido, como poco, los siguientes porcentajes:

82%: Hermanas d la Misericordia de Sées

78%: Hermanitas de la Asunción

76%: Salesas, Estigmatinas e Hijas de la Cruz Hermanas de San Andrés

74%: Franciscanas Hijas de la Misericordia

73%: Hermanas del Niño Jesús Pobre y Hermanas de la Misericordia de Moissac

72%: Franciscanas Misioneras de la Inmaculada Concepción, Hermanas de la Instrucción Caritativa del Santo Niño, Hermanas Mantellate Siervas de María y Misioneras de Nuestra Señora de África (Hermanas Blancas)

71%; Sagrado Corazón (Magdalena Sofía Barat), Hijas del Corazón de María, Instituto Catequista Dolores Sopeña (antes Damas Catequistas) y Presentación de María

69%: Misioneras del Corazón de María, Sagrada Familia de Villefranche-Rouergue y Hermanas de Santa Dorotea

68%: Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastir, Institución Javeriana y Religiosas de los Santos Ángeles Custodios

67%: Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Carmelitas de la Caridad (Vedrunas), Bernardas (Cistercienses), Sagrada Familia de Burdeos y Redentoristas

66%: Hijas de María Santísima del Huerto

64%: Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento, Hermanas de la Doctrina Cristiana, Hijas de San José y Hospitalarias de la Santa Cruz

63%: Apostolado del Sagrado Corazón de Jesús, Franciscanas Misioneras de la Natividad de Nuestra Señora (Darderas), Hermanas Mercedarias de la Caridad y Hermanitas de los Pobres de Maiquetía

62%: Compañía de María (Religiosas de la Enseñanza), Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, Dominicas, Auxiliadoras de las Ánimas del Purgatorio y Ursulinas de Jesús

61%: Adoratrices de la Sangre de Cristo, Dominicas de la Presentación, Hermanitas de los Pobres y Misioneras de la Inmaculada Concepción

60%: Hermanas de la Caridad de Namur, Esclavas del Divino Corazón, Hijas del Patrocinio de María, Franciscanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, Hermanas de María, José y de la Misericordia, Misioneras de la Doctrina Cristiana, Misioneras de Nuestra Señora del Pilar y Sagrada Familia de Urgel

A destacar por la importancia que tuvieron en España el estado terminal de las Salesas (.76%), la tremenda situación de las Religiosas del Sagrado Corazón (-71%)m y la ya comprometidísima de Hijas de la Caridad y Vedrunas (-67%), Adoratrices (-64%), Compañía de María (Enseñanza) y Esclavas dl Sagrado Corazón (-62%) y Hermanitas de los Pobres (-61%).

Comentarios
10 comentarios en “Las religiosas en el Annuario Pontificio 2020 (VII)
  1. A todo lo dicho yo añadiría que desde las propias parroquias hay mucha pasividad y no se les plantea a los jóvenes la vocación la posible vocación, ni se les acompaña espiritualmente. Aunque es cierto que tampoco se ven muchos. También veo que hace falta unidad. En más de algún pueblo se da el caso que por una parte está la parroquia, por otra hay un colegio religioso y por otro una residencia de personas mayores llevadas por religiosas y cada uno funciona independientemente y en muchos casos no hay ni relación entre ellos nada más por el hecho que a veces en vez de ir a la parroquia vas a la misa que se da en la residencia y que curiosamente la da un sacerdote misionero o distinto al que lleva la parroquia.

  2. Señor Fernández de la Cigoña. Quisiera interesarme por la Congregación Marta y María. En la Diócesis de Tenerife tienen diez casas y con religiosas bastantes jóvenes en gran parte. Van de hábito. Son una Congregación de origen centroamericano pero no se si son de derecho pontificio. Un saludo. Isidoro Rodríguez. Presbítero.

    F. de la C.: Familia Monástica de Belén de la Asunción de la Virgen y de San Bruno: En el año 2000 eran 417 y el 1 de enero de 2019, 549. Crecimiento extraodinario,

    1. La Congregación de Marta y María tiene tés ramas: una activa,otra contemplativa y otra semicontemplativa. Es ciertamente una fundación guatemalteca.

  3. «La verdadera crisis de las vocaciones: nadie se casa». Jajaja… Apostaría un millón de $ si los tuviese, a que el autor de esa frase es progre.
    Los progres tienden a ocultar la verdadera causa -que ellos saben muy bien cuál es- con otros factores que sí, pueden tener su influencia, pero que a mi modo de ver no son los decisivos. Evidentemente, si disminuye la población, van a disminuir las vocaciones. Si la sociedad se seculariza, también disminuyen. Por cierto, ¿quién ha causado principalmente, durante la primavera eclesial, a que en la misma no broten flores vocacionales? Pregunta retórica.
    Conozco algo la vida religiosa. Creo no equivocarme si digo que la auténtica causa de esta catástrofe eclesial se halla en la mundanización o secularización de tantas órdenes religiosas La prueba la podemos ver en los institutos más alejados del mundo: atraen vocaciones. Lo podemos ver en la Fraternidad Sacerdotal de S. Pío X, o en la de S. Pedro y en otros análogos. Esa gente tiene vocaciones. ¿Por qué ellos atraen a los jóvenes y los otros no?

    1. Te doy toda la razón, la crisis de vocaciones está dentro. Prueba de ello es que los religiosos enseñantes están a cero, no crean ambiente cristiano entorno a sus colegios llenos de niños y jóvenes. ¿Cómo se puede culpar a la secularización social de la falta de vocaciones cuando la sociedad ya no es cristiana? ¿No será el problema la secularización de las comunidades cristianas? De esto segundo no se quiere hablar, en plena cuarentena se hablaba de un renacer espiritual y ahora esos mismos «linces» celebran Misa con las iglesias vacías… ese es el «renacimiento espiritual» de unas comunidades cristianas más que anémicas.

  4. Me gustaría saber las cifras de las monjas que estaban en sigena, que siguen en la cartuja de Jerez, la familia monástica de Belén de la Asunción de la virgen y de San Bruno. Dice en su página web que son de derecho pontificio.

  5. Estimado investigador de la evolución de las vocaciones: quiero que sepa que valoro su trabajo, que lo estimo positivo para ayudar a que todos seamos conscientes de lo que está sucediendo y no vivamos en «Disneylandia». De todos modos, quiero decir algo obvio (Orwel decía que la misión del intelectual contemporáneo es recordar lo obvio). En mi país, Argentina, en 1980 la tasa de nupcialidad en las parejas convivientes era casi del 90 % y no había divorcio vincular. En 2015 la tasa nupcial era del 4 o 5 % y hay divorcio vincular. Fenómenos parecidos se dan en todas las naciones. No podemos pretender seminarios con 500 o 1000 seminaristas, como los hubo en España, en una sociedad apóstata, aún cuando en algunos pocos casos esto se de como premio de Dios a la fidelidad con que se vive un carisma (pero estos premios son excepciones de Dios). Por tanto, la obviedad consiste en que, en una sociedad donde más del 90 % de los hijos que nacen son hijos de familias concubinarias o ensambladas, y en general no practicantes, el semillero de vocaciones quedó muy reducido. La vocación por naturaleza se manifiesta en la familia cristiana, que hoy es rara avis. Y los seminaristas y novicias que llegan desde hogares no cristianos, con frecuencia arrastran dificultades emocionales que repercuten en la perseverancia. Es cierto que el vigor con que se vive la vocación es fuente de otras vocaciones, y la tibieza incrementa la aridez vocacional y la progresiva autodestrucción de las órdenes y congregaciones, pero mientas la Fe esté ausente en la inmensísima mayoría de los ciudadanos cristianos, casi le diría que los números actuales son positivos (una suerte de misericordia de Dios). Eso sí, habría que examinar hasta que punto la tibieza en la vivencia de la vocación sacerdotal o consagrada (crisis de la Iglesia) ha sido responsable del deterioro de la vida cristiana y retroceso (aparente, por supuesto) del reinado social de Cristo. Yo lo animo a estudiar, país por país, parroquia por parroquia, y diócesis por diócesis, la verdadera crisis de vocaciones: nadie se casa. Hace falta tener números precisos para percibir que esta crisis, fuente de la otra (crisis vocacional al celibato) es la que más urge: animar a que los jóvenes se casen. En Argentina hay un matrimonio civil cada 44 habitantes (saque usted sus conclusiones). En fin estimado autor, sepa que valoro su información, y tome estas palabras como un pensamiento mío, en voz alta, por si de algo sirve.

    1. Le doy la razón, pero la falta de nupcialidad no es la gran razón, porque las vocaciones salen de las comunidades cristianas no de la sociedad en general que cristiana ya no lo es. Y aún así, están entrando en seminarios y noviciados no pocos chicos hijos de divorciados (muchos) y también hijos de parejas no casadas o casadas civilmente… Lo cual muestra que hoy las vocaciones se «crean» y que la época del «fraile recojón», es decir el que iba recogiendo candidatos al seminario menor pasó, ya no hay nada que recoger y mucho que crear…

  6. No he encontrado a las de la Obra Misionera de Jesús y María fundadas por la Beata María Pilar Izquierdo. Datos, por favor, de las Hijas de María Inmaculada de Agen (Hermanas Marianistas) fundadas por la Beata Adela de Batz de Trenquelleon y el Beato Guillermo José Chaminade. GRACIAS

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