De Specola:
«Todos podemos tener, faltaría más, las simpatías que queramos, serán buenas o malas, son las nuestras. Para un obispo, no digamos para un papa, no pude permitirse que sus simpatías sean excluyentes en una iglesia, que al menos en teoría caben ‘todos, todos, todos’. Las simpatías del Papa Francisco son universalmente conocidas y no se molesta en disimularlas y todas en la misma linea muy previsible. Mensaje de felicitación a la hermana Jeannine Gramick de ‘Acceptancè’, aceptación que cumple 50 años y es considerada la segunda asociación católica Lgbtq+ más antigua del mundo. “Ninguno de nosotros esperaba tal saludo, pero el Papa Francisco es un Papa tan maravilloso, ¿por qué nos sorprendió?. Su interacción acogedora, pastoral y reflexiva con las personas LGBTQ+, que se remonta a sus días como Arzobispo y Cardenal en Argentina, es una señal poderosa, y sus saludos en nuestro 50 aniversario refuerzan su genuina preocupación por los marginados de la Iglesia». La felicitación llegó a través de Jeannine Gramick, una monja estadounidense que ha servido a la comunidad católica Lgbtq+ desde 1971 y mantiene contacto con el Papa Francisco.
Cada vez más empezamos a ser conscientes de que se utilizan a determinadas minorías para destruir a ma mayoría. Adinolfi responde a La Stampa: “No tienes idea de lo que estás hablando y estoy sorprendido en La Stampa. Las familias que se quieren desmantelar incluyen a 29 millones de italianos casados regularmente entre sí, que crían a 15 millones de menores o adultos que no tienen un trabajo estable, sustentan materialmente la vida de 3,8 millones de personas con discapacidades graves, incluidos millones de ancianos no autosuficientes, gente que, sin la familia que se quiere desmantelar, quedarían en la calle».
La familia queer está bien para las portadas de Vanity Fair, pero no trata sobre adolescentes con problemas o ancianos con Alzheimer y odian explícitamente a los niños. En la vida real, con menos de 2.000 uniones civiles homosexuales al año en las que no se exige fidelidad, todavía hay casi 200.000 matrimonios cada año entre un hombre y una mujer que están comprometidos con la fidelidad conyugal absoluta. Y en la Italia de la trágica crisis natal, cuatrocientos mil niños nacen cada año de esas parejas, frente a cinco o seis niños de un vientre subrogado que pasan a formar una nueva «familia arcoíris». Estamos ante un problema de imposición ideológica que no corresponde en ningún caso a la realidad».
Pues la 2ª Carta de San Juan, en su versículo 10⁰, nos lo dice muy claro:
«Si alguno va a vosotros y no lleva esta doctrina, no lo recibáis en casa ni le dirijáis el saludo»