Las impresentables amistades de Omella: Maradiaga

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1 comentarios en “Las impresentables amistades de Omella: Maradiaga
  1. Esto demuestra mi oposición frontal, en todos los casos, a la aceptación de renuncias cardenalicias antes de los ochenta años. Y ahora lo explico: un purpurado no viene con garantía; no es un coche ni una lavadora. Nadie nos puede asegurar que el sucesor de un cardenal sea mejor. ¿Era mejor Osoro que Rouco? ¿Es mejor Cobo que Osoro? ¿Es mejor Omella que Martínez Sistach? Evidentemente, no; por lo tanto, se debió dejar a Rouco y a Martínez hasta los ochenta en su cargo. Si hicieran eso, Osoro seguiría en Madrid y no tendríamos a Cobo, bastante peor que él, ni como arzobispo ni como cardenal. Urge modificar la edad de retiro cardenalicio y ponerla en 80 años para todos. Y urge también esto que pongo a continuación. Primero: nadie puede ser prelado con menos de 50 años. Segundo: nadie puede ser arzobispo con menos de 60 años. Tercero: nadie puede ser cardenal con menos de 65. Y se debería ir prorrogando poco a poco la pérdida del derecho de sufragio, a razón de seis meses por año, hasta llegar a los 85. De este modo, no se nos llenaría la Iglesia de cardenales jovenzuelos e imberbes y no habría tanto emérito dando la murga. En caso contrario, y dada su longevidad, pronto tendremos trescientos o cuatrocientos cardenales.

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