| 11 julio, 2021
Como para que las imitemos:
https://www.religionenlibertad.com/mundo/73124457/iglesias-ideologia-lgtb-se-hunden-7-ejemplos.html
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Como para que las imitemos:
https://www.religionenlibertad.com/mundo/73124457/iglesias-ideologia-lgtb-se-hunden-7-ejemplos.html
Ciegos guías de ciegos. Aceptar las ideologías homosexualista y el LGBTebera dentro de la Iglesia es como poner plomo a las alas de un avión. Eso no va a ir nunca hacia arriba por mucho gas que le inyectemos al motor, más bien va a ir hacia abajo por ser un peso muerto. Cristo llamó a aceptar a los pecadores mediante la conversión y el arrepentimiento, no mediante la aceptación del pecado y el error.
Hombre, en ReligionEnLibertad el artículo empieza citando la doctrina católica sobre homosexualidad del Catecismo, y ahí queda claro que la Iglesia católica «no es una de ellas» (de las que acepta la ideología LGTB).
desde el punto de vista estadistico las comunidades eclesiales de origen historico, anglicanismo y luteranismo, con una clara tendencia prohomosexualista hasta la nausea, son las que mas fieles pierden a un ritmo imparable. y ese es un hecho irrefutable. en contraste, las comunidades eclesiales de tipo pentecostal, bautistas, evangelicos, pentecostales, entre otros sin denominacion alguna, y que se caracterizan por una ferrea moral sexual, son las que mas crecen a un ritmo imparable, sobre todo en america latina, ejemplo de ello, centroamerica y brazil. y ese es otro hecho irrefutable.
En los EEUU, las iglesias cristianas «conservadoras» (aquí les llamarían «rígidas») no pierden fieles: captan adeptos que huyen horrorizados de quienes tergiversan la Biblia con el descaro más absoluto.
Algunos detalles sobre el artículo:
1. Las iglesias anglicanas y ELCA sí son sacramentales.
2. «Post hoc ergo propter hoc» (lo que ocurre después tiene por causa lo que ocurrió antes) es una falacia no formal muy conocida, que constituye la columna vertebral del artículo. Dándole la vuelta al asunto, sería fácil notar que no funciona bien: si esas iglesias estuvieran creciendo por alguna razón (supongamos que una generación futura decide que el capitalismo de consumo no le basta, sino que allí encuentran prácticas espirituales que complementan sus vidas), ¿significaría ello algo en especial sobre su posición en torno a la homosexualidad? Podría ser por otra cosa: que a la gente de entonces les gusta su manera de rezar o su música.
3. Las iglesias protestantes de cuño evangélico (algunas anglicanas lo son, otras no; no sé en concreto las que se mencionan allí) comparten la idea de la ‘sola Scriptura’ (la Biblia es la única fuente autoritativa). Tienen especiales dificultades para introducir variaciones doctrinales, disciplinares o cualesquiera otras sobre sus previas interpretaciones de la Biblia (cada iglesia la suya; por eso hay decenas de miles), a las que tienden a dar gran autoridad dogmática. Pero el ‘sola Scriptura’ es un error no solo teológico sino también sociológico, respecto a la dinámica de cómo se transmiten y se modifican conocimientos y convicciones. Esto no solo se muestra ahora respecto a la homosexualidad, sino que lo hizo clamorosamente en los siglos XIX-XX en torno a la esclavitud primero y la segregación luego; o incluso actualmente en torno a la evolución de las especies, por ejemplo. Las iglesias católica y ortodoxas cuentan con otros dos lugares teológicos reconocidos (la tradición y el magisterio) que les permiten más flexibilidad en la búsqueda de la voluntad de Dios. Los católicos no leemos el Génesis textualmente, pero no porque la Biblia diga que no hay que hacerlo, ni porque hasta el siglo XIX la tradición católica no lo considerara rigurosa y unánimemente histórico, sino porque el sentido común y divino nos ha acompañado lo bastante para que el magisterio no se aferrara más de la cuenta ni a la Biblia ni a la tradición.
4. Uniendo 2 y 3, hay que notar que no es raro que los mayores que tuvieron por la misma voz de Dios una cierta interpretación de algunos pasajes bíblicos, se retiren de su iglesia original hacia nuevas denominaciones, o directamente a su casa. El efecto a largo plazo es difícil de pronosticar, sin embargo, porque la normalización social de la homosexualidad solo está comenzando. La ‘ideología LGTBetc’ constituye una expresión radical, politizada y coactiva de esa normalización, por muchos capítulos rechazable. Pero solo es el mascarón de proa de un barco mucho más grande y mucho menos obvio desde el punto de vista ético. Habrá que esperar unas décadas para ver si las definiciones de esas iglesias respecto a la sexualidad de sus pastores, el matrimonio homosexual, etc. constituyen un activo o un pasivo en su aceptación por los jóvenes y jóvenes adultos de entonces.
Lo mismo puede decirse de la iglesia católica respecto a los mismos temas, puesto el sentido común recomienda no correr el riesgo de dividirla con un cambio de doctrina sobre un punto que es central para tanta gente en ella. Pero en cincuenta años puede ocurrir que el consenso social esté en torno a lo contrario; igual que en cincuenta años puede resultar impensable que en una organización las mujeres puedan ser miembros pero no directivos. Quién sabe: pretender fijar para siempre una posición moral sobre un tema fundamentalmente desconocido desde el punto de vista psicológico hasta hace pocas décadas, tomando como base pronunciamientos de hace siglos, no parece sabio.
La historia doctrinal de la iglesia católica respecto a la evolución de las especies da una buena pista al respecto: aunque en general la Congregación del Índice se oponía a ella (en sus juicios a finales del s.XIX a algunos filósofos y teólogos católicos que la habían incorporado, cuyas actas son públicas desde 1988), evitó hacer grandes pronunciamientos públicos y menos comprometer a los Papas de entonces en una condena del evolucionismo en nombre de la Biblia y la previa tradición unánime. Ello facilitó mucho después asimilar la teoría de la evolución en el dogma de la Creación. Sobre la homosexualidad, quizás convenga mantenernos en el ‘pensar en siglos’ y limitar nuestra oposición vehemente a los aspectos verdaderamente inaceptables de la ideología LGTBetc, sin sobreactuar. No necesitamos ‘heredar’ el fundamentalismo evangélico, cuando precisamente el sentido común y la búsqueda de equilibrios razonables los tenemos desde bastante antes (¿qué cosa más importante nos enseñó Santo Tomás de Aquino?).
4. Si la situación actual respecto al punto de la homosexualidad interesa al lector, le recomiendo que siga en detalle el proceso de la United Methodist Church (la tercera denominación más grande de USA, pero también muy extendida en África) que está en trance de dividirse precisamente por esto.
Me parece uno de los comentarios más inteligentes que he leído últimamente sobre este tema y en un foro Católico.
Y la Iglesia Católica los seguirá si sigue Francisco sin sancionar al no católico James Martín y si no deshace la red MacCarrick, por encender una vela a Dios y otra al diablo. Sí sí no no, lo demás viene del demonio.
De momento, los jesuitas encabezan las órdenes y congregaciones decadentes que afortunadamente las veremos desaparecer por extinción muy pronto ante la falta de vocaciones, hasta que los buenos la gobiernen y expulsen a todos los no jesuitas no católicos.
A esperar y ver pasar el cadáver por delante de mi tienda. Los muertos entierran a los muertos. Donde hay buitres, ahí está el cuerpo.
Pues en «Religión en libertad» deberían graduarse la vista, porque la Iglesia católica es virtualmente una de ellas. Por eso –entre otras razones de parecido jaez– se ha venido abajo estrepitosamente en número de fieles y en vida de fe. Porque de Dios no se ríe nadie.