| 03 mayo, 2015
Si se tratara de equipos de futbol muchos habrían despedido ya al entrenador. Pero religiosos y religiosas antes muertos que reformados. O, mejor dicho, contrarreformados.
Si se tratara de equipos de futbol muchos habrían despedido ya al entrenador. Pero religiosos y religiosas antes muertos que reformados. O, mejor dicho, contrarreformados.
Lo terrorífico son las estadísticas actuales en las que SOLAMENTE EL 15 POR CIENTO de los jóvenes españoles afirman ser católicos, después de haber pasado todos por la catequesis modernista, las misas de niños bailando y dando palmas sin arrodillarse jamás y comulgando en la mano. CURAS Y OBISPOS TRAIDORES !!!
¿Y este señor del pectoral sobre el clergyman de qué se ríe tan satisfechísimo?. ¡Cuando las barbas de tu vecino veas pelar….! Ya les tocará también a estos guías des-obispados. Cuando se queden sin fieles y se haya denunciado el Concordato es posible que se les corte la satisfacción del reformatorio en seco.
¿Cómo creerán las gentes si no se les predica la FE de la Revelación? Creo recodar que algo así dejó escrito San Pablo. Ahora van a inculturizarse, no a predicar la Salvación que hemos de lucrarnos en el Señor. Y es que para inculturizarse e inculturizar al gentío se bastan y sobran los Artetas aunque nadie les llame. Pero se hacen los imprescindibles y los boquiabiertos de pasmo dialéctico.
Sinceramente creo que se toma con cierta ligereza la situación de la vida religiosa femenina. Miren, lo crean o no, muchos de los carismas de estas congregaciones (desconozco concretamente el de esta congregación), nacieron para atender una situación determinada, bien sean los pobres, la educación, etc. y en nuestros días, esta función la cumple de sobra el Estado u otras realidades sociales.
El problema, en mi opinión, radica en que la vida religiosa ha perdido un poco la dirección de ser religiosos valga la redundancia. Nos hemos fijado a veces mucho en las obras de Dios, y no en el Dios que sostiene verdaderamente nuestra razón de ser. Los consagrados estamos llamados a ser símbolo en medio del mundo de la grandeza del Evangelio, no siendo superiores o «bichos raros», sino convirtiéndonos en modelo de caridad. Todo esto, que es común a todas las congregaciones se ha perdido bastante, no por el Concilio, si se leen «Perfectae Caritatis», en esencia dice esto, pero se ha sustituido la vida por la funcionalidad, y esto, y lo anteriormente dicho sobre los carismas, son en mi opinión los dos motivos de nuestra crisis.
Si son esas monjas las que había, es lógico que se vayan a un sitio donde las cuiden.
La sonrisa del obispo es un enigma.
No podemos alegrarnos de este desastre, aunque en gran medida se lo hayan buscado y lo peor es que no se ve propósito de enmienda.
Como estas son cosas de Dios, Él sabrá lo que hace, que sin duda sera para mayor gloria suya.
En 2020 habrán desaparecido más de un centenar de órdenes religiosas y otras tantas habrán entrado en la agonía.Si estoy vivo, pienso llorar a moco tendido…de risa de ver los resultados del desconcierto vaticano II.