| 14 octubre, 2018
El Papa actual no se caracteriza por el buen gusto, ni en personas ni en cosas, y la elegancia no es precisamente característica que le acompañe. Se nota en muchísimos aspectos. Por ejemplo en las férulas que usa bastantes de las cuales más parecen fístulas o pústulas. Pienso que algunas más que rozan el sacrilegio y bastantes no eozan sino que caen de lleno en el espanto.
Vean la colección que nos muestra Liturgia Papal.
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La segunda férula que aparece en el catálogo es la utilizada por Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. La sensación de derrota que le transmite a algunos es una sensación que debe buscarse más en el receptor que la interpreta a su modo particular que en el emisor.
Por el contrario, para mi Cristo en la Cruz, su dolor, su recuerdo de víctima inocente y que es Dios mismo, es imprescindible para entender la vida humana y es el fundamento de mi esperanza.
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Tneis un problena en internet: no deja leer en horizontal, solo en vertical.
Y esa lectura no alcanz toda la linea
No hay nada en él de elegancia, de belleza o, simplemente, de corrección. Remite más a determinados adefesios que todos tenemos en la cabeza que a la dignidad de su ministerio.
las férulas no son espantosas, el espantoso es bergoglio mismo.
No hay duda. Estamos ante Pedro, el Romano.
La número cuatro es blasfema y la 23 la usa el mismísimo asmodeo. Parece el garrote de un Orco de Mordock.
Que largo se me está haciendo este pontificado.
Resulta inapropiado llamar a ese cayado férula, lo correcto sería denominarlo BÁCULO y lo usan todos los Prelados en sus Diócesis en las misas de Pontifical excepto el Papa que como Pontífice Máximo lo usa por todo el orbe católico.
¡Qué horror!
La segunda férula que aparece en el catálogo es la utilizada por Pablo VI y Juan Pablo II. Modelada por Lello Scorzelli, presenta un Cristo rendido en la cruz, que transmite sensación de derrota, lo cual resulta, cuando menos, inapropiado.
Permítame expresarle mi disconformidad con lo que expone, Hermenegildo. La férula diseñada por Scorzelli no presenta a un Cristo rendido en la cruz, sino que él la concibió como expresión de la kénosis del Hijo de Dios que comba la Cruz como si fuera un arco y convierte ese movimiento en el preludio de la definitiva victoria del Cordero sobre Satanás, alzándose como una flecha disparada hacia el Cielo con mucha más fuerza que la humana que lo quiso vencer en la Cruz. Gracias.